viernes, 22 de junio de 2012

Podemos elegir cómo envejecer (2)



Desde la psicología el punto de partida está en uno mismo. Si queremos cambiar el mundo, primero tenemos que cambiar individualmente, al menos algunos patrones internos.

Y es que la vejez puede experimentarse como un obstáculo para vivir o como una nueva etapa que nos permite abordar nuevas experiencias gratificantes.

Poco podemos hacer, aportar o cambiar si no modificamos nuestra forma de percibir nuestro entorno o de pensar sobre lo que somos o cómo somos. Porque reconozcámoslo, honestamente, no resulta nada fácil aceptar que estamos envejeciendo. Para muchas personas esto es una fuente de miedos y produce mucha de angustia, lo cual repercute en todo lo que les rodea, para esas personas el paso de los años  ya no se asemeja con el crecimiento y la evolución sino con deterioro, jubilación, rechazo y muerte.

A los niños y adolescentes, no les preocupa en absoluto la vejez, de hecho cuando están con personas mayores sienten que pertenecen a mundos distintos. Sin embargo, cuando uno alcanza la etapa de la madurez, empieza a tomar conciencia al ver envejecer a sus padres.

Curiosamente, un@ tiene la impresión de que no cambia, de que siempre está igual, por mucho que se mire en el espejo, parece que los que cambian son los demás, el mundo, etc… Pero envejecer es algo ineludible y al llegar a esta etapa, podemos hacer dos cosas :

1) Aceptar e ir envejeciendo en paz o
2) Volvernos unos  quejicas, cuando nos entra el miedo y la rabia por sentirnos apartados.

De modo que si no queremos vivir amargados todos estos años que aún nos quedan, tenemos que hacer algo.

El miedo a envejecer, es también el miedo a la cercanía de la muerte.  Cuando perdemos a un ser querido especialmente en esa etapa de la vida, nos obliga a reflexionar sobre el sentido de nuestra propia existencia y esa reflexión puede llevarnos también a revisar lo que ha sido nuestra vida desde la infancia, recordándonos las cosas que realmente son importantes. Precisamente el hecho de saber que nuestra vida se acerca al final, en lugar de producirnos angustia debería de motivarnos a entender que cada día, cada momento es una  oportunidad que se nos ofrece de ser felices.

La etapa del envejecimiento no puede separarse de las demás etapas de la vida, la vejez forma parte de nuestro viaje por la vida y debemos prepararnos por la última etapa del camino.

Prepararnos mentalmente, incrementando la autoestima y también porque no, espiritualmente, según las creencias de cada uno. Estos son dos aspectos a tener en cuenta para sentirnos en paz. Para ello podemos usar técnicas de relajación y también de meditación o mediante la oración realizada de forma consciente. Se ha observado científicamente que con sólo diez minutos de meditación podemos bajar dos puntos la tensión, y eso sin necesidad de tomar  medicamento alguno.


trucos blogger

4 comentarios:

  1. Pues si es verdad no ace mucho tiempo que me di cuenta que los años llegaban deprisa y queria acer muchas cosas que no ice cuando trabajaba y desde entonces me encuentro mucho mejor y sati fecha, no veo los dias pasar.Une bise.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Françoise es un articulo inmejorable y sobre la meditación no se si me baja la tensión
    pero que me tonifica,segurisimo.Practico cuanto puedo.Sevilla muy interesante, no?

    ResponderEliminar
  3. Ya sabes que es verdad eso de que Sevilla es una maravilla!!! Precioso, delicioso (en el más amplio sentido de la palabra...) lo malo el excesivo calor.

    ResponderEliminar