viernes, 30 de junio de 2017

Re-crearnos



Vivimos en una sociedad que fomenta el hedonismo y sobre todo, el pensamiento positivo a ultranza, lo cual a mi juicio es bastante nefasto, ya que nos aleja de la realidad, y cuando esta se concreta  incrementa  la frustración tanto a nivel persona, como social. Es verdad  que un toque de optimismo y de esperanza nunca viene mal, pero eso de pensar que por centrarnos exclusivamente en lo positivo  todo se va a solucionar... bajemos de la nube. 

Por otra parte, ser introvertido se considera casi un trastorno de personalidad, pues si hay una cosa que rechaza el ser humano, esa es la soledad. Todo nos empuja a estar siempre inmersos en la cacofonía de ruido y actividades que nos envuelve, ya sea real o virtual. Nos dicen que estar solo no es bueno, que tenemos que salir, relacionarnos con gente, conocer a otras personas e interactuar constantemente. Pero nos olvidamos que esta conducta de distracción o dispersión constante puede terminar por alejarnos de algo esencial.

Todos necesitamos de momentos de introspección que solo se pueden realizar en soledad, pues en ella reside un auténtico tesoro, ya sea en silencio o escuchando algo de música, nos permite contactar con esa persona tan importante para nuestra salud mental que somos nosotros mismos, pensar, meditar, recordar, asimilar, soñar y también crear, o debería decir, crearnos a nosotros mismos, alejados de la contaminación del ruido ajeno, de los juicios, de los cotilleos, etc…

El fomentar momentos diarios de soledad, de paz, nos permite volver a centrarnos, cuando  los acontecimiento de nuestra vida o el ruido del mundo nos rompe, nos hace perder el equilibrio, nos confunde y nos agota. Es un ejercicio muy necesario para poder regresar más adelante sanados y fortalecidos, capacitados para acercarnos y socializar con los demás cuando apetece o es necesario, para escucharlos, ayudarlos o simplemente compartir y disfrutar unos momentos juntos.

Françoise M.



viernes, 16 de junio de 2017

Intrepidez


"¿Que es el amor?"
"La ausencia total de miedo", dijo el maestro.
"¿Y qué es a lo que tenemos miedo?"
"Al amor", respondió el maestro.







viernes, 2 de junio de 2017

Felicidad, una nueva reflexión sobre ello.


Hace poco leí esta frase que me pareció genial :
“La felicidad no viene de no tener problemas, la felicidad viene de solucionar los problemas.” ¡Y que verdad es! Y que ajeno a ese concepto ilusorio que se tiene con frecuencia de la felicidad cuando pensamos que ésta nos la tiene que  proporcionar otro, o tiene que llegar por un golpe de suerte.

No hay nada como el subidón de autoestima que produce el superar un problema y cuanto más grande el problema,  mayor es el subidón al sentir esa descarga de endorfinas que nos transporta a un estado cercano a la “gracia divina” y que nos anima a afrontar nuevos problemas.

Yo prefiero llamarlos retos, pues cada vez que superamos algún problema, lo cual requiere una lucha y un esfuerzo, experimentamos una sensación de euforia y amor propio que hace que nos valoremos y confiemos más en nosotros mismos y en los demás, haciéndonos ver las cosas desde un punto de vista benévolo, que nos abre más hacia el mundo y los demás. 

No se puede comparar la satisfacción de aquello que nos viene dado, por muy grato que resulte, de lo que hemos conseguido con esfuerzo y tesón, lo uno nos mantiene en un estado irreal y nos hace dependientes y expectantes de algo ajeno y lo otro nos fortalece y nos hace madurar.

Françoise M.