viernes, 30 de agosto de 2013

Jardín Zen



Un maestro zen le pidió a su discípulo que limpiara el jardín del monasterio. El discípulo limpió el jardín y lo dejó en un estado impecable. El maestro no quedó satisfecho. Le mandó hacer de nuevo la limpieza una segunda vez, luego una tercera. Desalentado, el pobre discípulo se quejó:
- Pero, maestro, no hay nada más que poner en orden, ¿que limpiar en este jardín? ¡Todo está hecho!
- Falta una cosa – respondió el maestro.
Sacudió un árbol y algunas hojas se desprendieron, tapizando el suelo.
- Ahora el jardín está perfecto – concluyó.
Maestro: El orden perfecto sólo existe al lado del desorden. El orden total en un jardín mata el jardín



viernes, 23 de agosto de 2013

¿Y ahora a donde vamos?


Isla de Patmos. Entrada a la gruta donde San Juan escribió el Apocalipsis (Año 95 después de JC)

He visto recientemente una película que se llama así, ”¿Y ahora adonde vamos?” Se trata de una película libanesa de la directora Nadine Labaki realizada en el año 2011 que les recomiendo muy encarecidamente. Es realmente ejemplar, muy buena.

Describe una situación terriblemente dramática pero tratada con una extrema sensibilidad, demostrando que con el sentido común y el sentido del humor se pueden llegar a resolver las peores lacras que asolan desde hace dos milenios y particularmente en estos momentos a nuestra civilización, como está ocurriendo  ahora mismo en Egipto.

La película  trata de la convivencia pacífica en un pueblo donde un grupo de  personas pertenecientes a dos religiones que nos quieren hacer creer que son antagónicas, la  islámica y la  cristiana y que gracias a la superación del dolor y el amor logran zanjar sus diferencias.

Tantos siglos de luchas internas, de guerras, tantos avances científicos y seguimos reaccionando como si acabáramos de salir de la edad de piedra. Movimientos fundamentalistas que sólo buscan el poder y la dominación mediante el engaño, la manipulación, la doble moral, los intereses ocultos y la destrucción. No hemos aprendido nada, seguimos funcionando bajo los impulsos de nuestro cerebro reptiliano. Me  entristece y desespera ver como permanece ese instinto destructor dentro de los seres humanos que a menudo se escuda en los fundamentos de dudosa veracidad de unas creencias que manifiestan mucha incoherencia y muy poca espiritualidad.

Y si Dios fuera mujer?  ¿las cosas  serían diferentes?

Mezquita Azul en Estambul
 Hagia Sofía en Estambul, antigua iglesia cristiana convertida en mezquita.
 El Vaticano, Plaza de San Pedro, Roma
Mezquita de  Cordoba, convertida en iglesia cristiana.
 Fortaleza cátara en Villerouge de thermenés, cerca de Montsegur. Francia (Occitania)

viernes, 16 de agosto de 2013

Es su problema





Sucedió que un Maestro Zen estaba pasando por una calle, cuando un hombre llegó corriendo y lo golpeó con fuerza.

El Maestro cayó. Luego se levantó y continuó caminando en la misma dirección en la que estaba yendo, sin siquiera mirar hacia atrás. Un discípulo iba con el Maestro; se quedó atónito y dijo: "¿Quién es ese hombre? ¿Qué es esto? Si uno vive en esta forma, entonces cualquiera puede venir y matarte. Y ni siquiera has mirado a la persona y no sabes quién es, ni por qué lo hizo".

El Maestro dijo: "Es su problema, no el mío".


viernes, 9 de agosto de 2013

Flexibilidad

El discípulo fue a visitar al maestro en el lecho de muerte.

- "Déjame en herencia un poco de tu sabiduría", le pidió.

El sabio abrió la boca y pidió al joven que se la mirara por dentro

- “¿Tengo lengua?”

- "Seguro", respondió el discípulo.

   - "¿Y los dientes, tengo aún dientes?"

   - "No", replicó el discípulo. "No veo los dientes."

  - "¿Y sabes por qué la lengua dura más que los dientes? Porque es flexible. Los dientes, en cambio, se caen antes porque son duros e inflexibles. Así que acabas de aprender lo único que vale la pena aprender."


Bruno Ferrero



viernes, 2 de agosto de 2013

Estar libre



Conocer el camino es conocerse a sí mismo.
Conocerse a sí mismo es olvidarse de sí mismo.
Olvidarse de sí mismo es liberar al verdadero ser de la prisión del ego.
La palabra japonesa “gedatsu” – liberación – está compuesta de dos caracteres: “estar suelto” y “escaparse”; significa literalmente salir del cautiverio, estar libre.
Autor: Dogen,