viernes, 30 de noviembre de 2012

Humanidad





La conferencia que el Maestro iba a pronunciar sobre “la destrucción del mundo” había sido profusamente anunciada, y fue mucha la gente que acudió a los jardines del monasterio para escucharle.

La conferencia concluyó en menos de un minuto. Todo lo que el Maestro dijo fue:

- Estas son las cosas que acabarán con la raza humana:

- La política sin principios.


- El progreso sin compasión.


- La riqueza sin esfuerzo.


- La erudición sin silencio.


- La religión sin riesgo.


- El culto sin consciencia.

Fuente: ¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello


viernes, 23 de noviembre de 2012

Palabras que te pueden cambiar la vida


(Traducido y extraído de un artículo de A. Newberg y M. Waldman)

La neurociencia del lenguaje, la consciencia y la comunicación suelen dar lugar a cuestiones fundamentales, cuya respuesta desafía su propia definición. Por ejemplo: cuando hablamos ¿de donde proceden las palabras? ¿de nuestro cerebro o de nuestra mente? ¿y qué entendemos por mente? Lo mismo  ocurre cuando tratamos de profundizar sobre la naturaleza de la consciencia,¿qué es?, ¿dónde se encuentra? Está generada únicamente por la actividad neurológica, o se trata de una fuerza ajena que influencia la actividad del cerebro?  Existen muchas hipótesis, pero nadie tiene una respuesta fiable.

Lo que sí sabemos es que existe una relación entre el cerebro, la mente y nuestra capacidad de comunicarnos adecuadamente con los demás. Parece que la consciencia depende de un área ubicada en los lóbulos frontales donde  se procesa la memoria de trabajo. Nuestro cerebro almacena muchísima información en la memoria a largo plazo pero selecciona únicamente la parte más esencial de esta información para responder de la forma más adecuada ante cualquier tarea.

¿Cuánta información puede mantener nuestra mente consciente en la memoria de trabajo? Tan sólo unas cuatro partes y sólo durante 30 segundos aproximadamente. Esa pequeña parte de información contenida en ese pequeño espacio de tiempo es lo que usamos para comunicar nuestras necesidades a los demás. Esta evidencia nos ha convencido de la necesidad de  modificar la Comunicación Compasiva de forma fundamental. En nuestras conversaciones con los demás, deberíamos limitarnos, siempre que sea posible, a hablar sólo durante 20 ó 30 segundos, incluso cuando una frase comprenda más de 4 partes. Ya que si hablamos durante varios minutos, el cerebro de la otra persona solo podrá recordar una fracción de lo que le hemos dicho y puede que no sea precisamente lo que intentamos transmitirle.

¿Cual sería entonces la solución? Brevedad, seguida de una escucha intensiva para asegurarse de que la otra persona ha captado los puntos claves que queremos transmitirle. Si es así muy bien, podemos seguir con otra frase, sino de nada sirve  ya que la otra persona no nos va a entender.

Cuando nos limitamos a la regla de los 30 segundo, la mente se adapta  rápidamente  desechando la información  irrelevante y por otra parte  el hecho de  ser breves interrumpe nuestra tendencia a expresar emociones negativas.

El poder del SI
¿Qué sabemos del poder de la palabra SI? Mediante el uso de un escáner cerebral, sabemos ahora lo que ocurre cuando oímos palabras y frases positivas. Las palabras positivas no representan una amenaza  para nuestra supervivencia, de modo que nuestro cerebro no necesita una respuesta tan rápida como ante la palabra “NO”. Esto es una pega ya que se  ha demostrado que el pensamiento positivo resulta esencial para el desarrollo de unas relaciones sanas y un trabajo productivo.

¿Podríamos  entrenar a nuestro cerebro para que tuviera una respuesta más ágil ante  el “SI”? Pensamos que es posible mediante un enfoque repetitivo en imágenes, sentimientos y creencias positivas, ya sea que esto se oriente al pensamiento positivo en el ámbito científico, de los negocios o de la espiritualidad. De hecho se ha demostrado que las creencias irracionales positivas incrementan la sensación de felicidad, bienestar y satisfacción en la vida de un@. Incluso en aquellas personas que  tienen una tendencia genética hacia la infelicidad, el pensamiento positivo puede ayudarles a alcanzar una actitud vital más optimista.

En un estudio sobre Psicología Positiva, con un numeroso grupo de adultos de edades comprendidas entre los 35 y los 54 años, se les pidió que anotaran cada noche 3 cosas que les  había ido bien durante el día, indicando una  breve explicación del porqué. Durante los 3 meses siguientes su grado de felicidad siguió incrementándose a la vez que se iban reduciendo los sentimientos depresivos, aún cuando se hubiera dado por finalizado el experimento. De este modo vemos como mediante el lenguaje podemos centrarnos en el pensamiento y las emociones positivas, incrementando nuestro bienestar y mejorar el funcionamiento de la mente.

Las palabras positivas impulsan los centros motivacionales del cerebro hacia la acción y nos permiten crear resiliencia* cuando nos enfrentamos a un sinfín de problemas en nuestras vidas. De ahí que se recomiende el uso del lenguaje y el pensamiento positivo, compartiendo hechos o situaciones agradables con los demás y disfrutar de nuestras experiencias positivas, siendo más optimista, más activos y abiertos.

¿Existe un límite al pensamiento positivo?
Sí, cuando nos pasamos y exageramos. Los demás desconfían, cuando usamos demasiadas palabras positivas en nuestro discurso o al escribir y  entienden que podemos llevarles a una decepción, o que les estamos engañando, esto suele ocurrir bastante en la publicidad. NO es necesario sobreactuar. Si estamos seguros de algo, si las palabras nos resuenan como verdaderas, los demás también las van a percibir como auténticas, además de las claves que van a  captar mediante nuestras señales no verbales.

* La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Jardín Zen



(Para Chema)
Un maestro zen le pidió a su discípulo que limpiara el jardín del monasterio. El discípulo limpió el jardín y lo dejó en un estado impecable. El maestro no quedó satisfecho. Le mandó hacer de nuevo la limpieza una segunda vez, luego una tercera. Desalentado, el pobre discípulo se quejó:
- Pero, maestro, no hay nada más que poner en orden, ¿que limpiar en este jardín? ¡Todo está hecho!
- Falta una cosa – respondió el maestro.
Sacudió un árbol y algunas hojas se desprendieron, tapizando el suelo.
- Ahora el jardín está perfecto – concluyó.
Maestro: El orden perfecto sólo existe al lado del desorden. El orden total en un jardín mata el jardín.





viernes, 9 de noviembre de 2012

Por una mejor calidad de vida


 Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, solamente. Oscar Wilde


A veces nos paramos a pensar y nos cuestionamos, con cierta envidia, sobre personas o personajes emblemáticos que presumen de haber conseguido mejorar su calidad de vida. Pensamos que puede ser por una cuestión de suerte, mayor que la nuestra, porque son más inteligentes o porque vivieron  circunstancias distintas a las nuestras.

Sin embargo, lo que diferencia a esas personas es su capacidad de acción, ellos han  actuado en un momento de sus vidas, con frecuencia se han atrevido a hacer algo que nosotros no hemos hecho y por eso han  mejorado su calidad de vida, lo más probable es que no sean ni mejores, ni mucho más inteligentes, sencillamente han generado y han aprovechado oportunidades y han tomado conciencia de lo que puede representar para ellos una vida mejor.

Para mejorar la calidad de nuestra vida podemos empezar en detenernos un momento y reflexionar, comprender lo que tenemos o de lo que disponemos ahora mismo y cómo podemos modificarlo para dejar tan sólo de existir y empezar a vivir y generar una mejor calidad de vida.

Para ello hay que  aprender a convertirse en observador de nuestra propia vida, analizar lo que hacemos cómo lo hacemos, tomar notas  y  reflexionar.

Aprenderemos también cómo funcionan las personas que consideramos tienen una buena calidad de vida. ¿Qué hacen? ¿Que hábitos tienen? Aprendamos de ellos, tomemos notas también.

A continuación compararemos esas notas, estableceremos algunas metas personales y empezaremos a llevar a cabo los cambios que consideremos necesarios y empezaremos ya!

A continuación se indican algunos aspectos de la vida en los que podemos poner  un énfasis especial  para mejorar  nuestra calidad de vida:

·      Alimentación
·      Cultura
·      Salud mental
·      Salud física
·      Felicidad
·      Espiritualidad
·      Relaciones con los demás
·      Libertad
·      Valor personal
·      Situación  financiera
·      Situación laboral
·      Nivel de consumo


En todos ellos podemos realizar cambios positivos para obtener mejor calidad de vida modificando nuestros hábitos, con práctica y paciencia. La decisión es nuestra y lo que importa es tener una buena motivación.


viernes, 2 de noviembre de 2012

¡Es hora de despertar a la vida!

 Es posible que algunos de ustedes conozcan el experimento que se realizó hace algún tiempo, en el cual un violinista estuvo tocando conocidas obras clásicas en una estación del metro  de Washington a las 8 de la mañana de un frío día laborable del mes de enero, como lo haría  cualquier músico callejero. Mas de mil personas circularon delante de él  en la hora punta para tomar el metro en dirección a sus lugares de trabajo. Tan solo  unas pocas personas constataron su presencia y  en los 45 minutos que estuvo tocando, tan solo 7 personas se pararon para escucharle. Cuando terminó de tocar nadie lo  reconoció, ni agradeció su música y de las más de 1000 personas que pasaron delante de él, tan solo una lo reconoció, los demás ni siquiera sospecharon que era el famoso violinista Joshua Bell que estaba tocando con un Stradivarius de 1713 y que tan solo dos días antes había dado un concierto muy cotizado en un teatro de Boston.

El experimento lo realizó el Washington Post en el marco de una investigación sobre la percepción, los gustos y la prioridades de actuación de las personas.
Las hipótesis de  dicha investigación eran las siguientes :

  •   ¿Somos capaces de percibir la belleza en un entorno  habitual a una hora  inapropiada?
  •    ¿Solemos pararnos para apreciarla?
  •   ¿Somos capaces de reconocer el talento en un contexto inesperado?


Una posible conclusión de esto es la siguiente :

Si no tenemos tiempo de pararnos para escuchar a uno de los mejores músicos del mundo tocando algunas de la más hermosas partituras que se conocen, ¿Cuántas otras cosas excepcionales pasamos por alto a lo largo de nuestro quehacer diario?

Será tal vez porque: “La belleza es un estado de animo”, (Emilio Zola) ó desgraciadamente, porque: “Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe. Eso es todo”. (Oscar Wilde)

Les deseo una semana llena de pequeñas cosas excepcionales.