viernes, 26 de noviembre de 2010

El cuento del rabino

(Según Jorje Bucay)

Esta historia nos cuenta de un famoso rabino Hasídico: Baal Shem Tov.

Baal Shem Tov era muy conocido dentro de su comunidad porque todos decían que él era un hombre tan piadoso, tan bondadoso, tan casto y tan puro que Dios escuchaba sus palabras cuando él hablaba.

Se había hecho una tradición en este pueblo: Todos los que tenían un deseo insatisfecho necesitaban algo que no habían podido conseguir iban a ver al rabino.

Baal Shem Tov se reunía con ellos una vez por año, en un día especial que él elegía. Y los llevaba a todos juntos a un lugar único, que él conocía en medio del bosque.

Y una vez allí, cuenta la leyenda, que Baal Shem Tov armaba con ramas y hojas un fuego de una manera muy particular y muy hermosa, y entonaba después una oración en voz muy baja... como si fuera para él mismo.

Y dicen...

Que a Dios le gustaba tanto esas palabras que Baal Shem Tov decía, se fascinaba tanto con el fuego armado de esa manera, quería tanto a esa reunión de gente en ese lugar del bosque... que no podía resistir el pedido de Baal Shem Tov y concedía los deseos de todas las personas que ahí estaban.

Cuando el rabino murió, la gente se dio cuenta que nadie sabía las palabras que Baal Shem Tov decía cuando iban todos juntos a pedir algo...

Pero conocían el lugar en el bosque. Sabían como armar el fuego.

Una vez por año, siguiendo la tradición que Baal Shem Tov había instituido, todos los que tenían necesidades y deseos insatisfechos se reunían en ese mismo lugar del bosque, prendían el fuego de la manera en que habían aprendido del viejo rabino, y como no conocían las palabras cantaban cualquier canción o recitaban un salmo, o solo se miraban y hablaban de cualquier cosa en ese mismo lugar alrededor del fuego.

Y dicen...

Que Dios gustaba tanto del fuego encendido, gustaba tanto de ese lugar en el bosque y de esa gente reunida... que aunque nadie decía las palabras adecuadas, igual concedía los deseos a todos los que allí estaban.

El tiempo ha pasado y de generación en generación la sabiduría se ha ido perdiendo...

Y aquí estamos nosotros.

Nosotros no sabemos cuál es el lugar en el bosque.

No sabemos cuáles son las palabras...

Ni siquiera sabemos cómo encender el fuego a la manera en que Baal Shem Tov lo hacía...

Sin embargo hay algo que sí sabemos:

Sabemos esta historia,

Sabemos este cuento...

Y dicen...

Que Dios adora tanto este cuento...

Que le gustaba tanto esta historia...

Que basta que alguien la cuente...

Y que alguien la escuche...

Para que él complacido, satisfaga cualquier necesidad.

Y conceda cualquier deseo a todos los que están compartiendo este momento...

Así sea...





viernes, 19 de noviembre de 2010

La renovación del águila

El águila , es el ave que posee la mayor longevidad de su especie. Llega a vivir 70 años. Pero para llegar a esa edad, a los 40 años de vida tiene que tomar una seria decisión.

A los 40 años, sus uñas curvas y flexibles, no consiguen agarrar a las presas de las que se alimenta. Su pico alargado y puntiagudo, también se curva. Apuntando contra el pecho están las alas , envejecidas y pesadas por las gruesas plumas. ¡Volar es ahora muy difícil ! Entonces el águila tiene sólo dos alternativas: Morir ..... ó enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días.

Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido, próximo a una pared, donde no necesite volar. Entonces, apenas encuentra ese lugar, el águila comienza a golpear con su pico la pared, hasta conseguir arrancárselo. Apenas lo arranca, debe esperar a que nazca un nuevo pico con el cual después, va a arrancar sus viejas uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, prosigue arrancando sus viejas plumas.

Y después de cinco meses sale victorioso para su famoso vuelo de renovación y de revivir, y entonces dispone de 30 años más.

A veces nos preguntamos: ¿ Por qué renovarnos ?

En nuestra vida, muchas veces, tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación. Para que reanudemos un vuelo victorioso, nos debemos desprender de ataduras, costumbres y otras tradiciones del pasado. Solamente libres del peso del pasado, podremos aprovechar el valioso resultado de una renovación.




viernes, 12 de noviembre de 2010

Cielo e infierno

Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada entorno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado. El motivo era el siguiente: Debían comer aquel arroz con una especie de palillos semejantes a aquellos con los que comen los chinos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.

Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara famélica; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar, con aquellos largos palillos, al compañero que tenía enfrente.

Leyenda china

viernes, 5 de noviembre de 2010

Cuento de Turquía

Había un gorrión minúsculo que, cuando retumbaba el trueno de la tormenta, se tumbaba en el suelo y levantaba sus patitas hacia el cielo.

-¿Por qué haces eso? -le preguntó un zorro.

-¡Para proteger a la tierra, que contiene muchos seres vivos! -contestó el gorrión-. Si por desgracia el cielo cayese de repente, ¿te das cuenta de lo que ocurriría? Por eso levanto mis patas para sostenerlo

-¿Con tus enclenques patitas quieres sostener el inmenso cielo? -preguntó el zorro.

-Aquí abajo cada uno tiene su cielo -dijo el gorrión-. Vete... tú no lo puedes comprender...