viernes, 24 de febrero de 2012

Buscando creatividad

La creatividad es un elemento clave en la solución de problemas y sobre todo en momento difíciles en los que aplicar la misma solución, ya no sirve y necesitamos emplear un método nuevo.

Las ideas creativas no surgen de repente, por arte de magia, en nuestra mente. Son más bien el resultado de intentar resolver mentalmente problemas específicos o alcanzar determinadas metas. La teoría de la relatividad no se le ocurrió a Albert Einstein como una inspiración repentina. Fue más bien el resultado de realizar una cantidad enorme de cavilaciones mentales para resolver la discrepancia existente entre las leyes de la física y las del electromagnetismo, tal y como se conocían en su momento.

Albert Einstein, Leonardo Da Vinci y Thomas Edison, al igual que otros muchos genios han trabajado siempre de la misma forma. Ellos no esperaban a que las ideas creativas les cayeran del cielo, se centraron en intentar resolver mentalmente un problema.

La mejor manera para resolver un problema de forma creativa, consiste en plantearlo lo más claramente posible para llegar a conocer a fondo la situación, luego tratar de generar ideas por muy descabelladas que puedan parecer y evaluarlas para ver si alguna nos puede servir para encontrar una salida nueva al problema. Se suelen seguir los 7 pasos siguientes que configuran el método que Jeffrey Baumgartner* ha elaborado :

1. Identificar y exponer claramente el problema o la meta a conseguir. A menudo esto puede parecer algo simple, pero al hacerlo nos daremos cuenta de que aquello que consideramos “el problema” no siempre es el problema o la meta real. Conviene preguntarse muy claramente ¿por qué esto es un problema para mi? Y también ¿Hay algo más que haga que esto sea un problema o me impida alcanzar mi meta? ¿Qué quiero conseguir realmente? ¿Qué me impide alcanzarlo? ¿Cómo me imagino/me sentiré pasados seis meses/un año después de lograrlo? ¿Tienen mis amigos o conocidos ese mismo problema? ¿Cómo lo están resolviendo ellos?

Si somos capaces de contestar todas estas preguntas ya tendremos una idea bastante clara del problema. Veremos también si hay algún aspecto que queremos evitar de las posibles soluciones (ya sea que esté fuera de nuestro alcance por temas económicos, de plazos de tiempo u otros).

2. Investigar el problema. Finalmente nos informaremos de manera exhaustiva sobre el problema o la forma de alcanzar la meta. Para ello, podemos buscar información en Internet, preguntando a expertos, en lecturas sobre el tema, a través de amigos, compañeros, familiares, etc… y así vamos recopilando ideas de todos los que nos rodean.

3. Formular retos creativos. En este punto ya tenemos una idea bastante clara de las posibles soluciones a nuestro problema o a la forma de alcanzar nuestra meta. Ahora tenemos que convertir esas posibles soluciones en retos creativos, planteándonos la pregunta ¿De qué forma puedo o debo hacerlo? Evitando ponernos limitaciones, así obtendremos más ideas y luego podremos encontrar la que mejor se adapta a nuestra situación concreta. Por ejemplo: ¿cómo puedo encontrar un trabajo? En lugar de ¿Cómo encontrar un trabajo de (la profesión habitual) ó cerca de casa? Estamos en crisis y seguro que hay muchas cosas que sabe hacer y otras que le gustaría o podría aprender…

4. Aportar ideas. Sentarse a pensar tranquilamente, o dar un paseo y anotar el mayor número posible de ideas por muy descabelladas que parezcan, deje que salgan sin excepciones. También puede pedir a sus amigos o familiares o cualquier conocido que le den ideas sobre el tema. Apuntarlas todas sin juzgarlas, de momento, haciendo una lista de unas 50 ideas.

5. Combinar y evaluar esas ideas. Ahora tómese un tiempo, desde unas horas hasta un par de días. Vaya repasando las ideas y seleccione por ejemplo en el caso de un trabajo, las que mejor se adaptan a sus conocimientos y circunstancias y vaya puntuándolas del 0 al 5, en función de sus preferencias, siendo el 5 lo que más se acerca a su deseo/necesidad. Luego comente con las personas de su entorno que puedan verse afectadas por la solución para conocer su opinión. Infórmese también sobre las posibilidades y formas de llevarlas a cabo, por ejemplo, si decide montar un negocio, acérquese a la Cámara de Comercio de su provincia para ver las posibilidades del mercado, ayudas que puede solicitar y demás trámites. No se limite a evaluar una sola idea, varias ideas podrían combinarse o llevarse a cabo conjuntamente.

6. Diseñar un plan de acción. Ya tiene a su disposición algunas buenas ideas, no se estrese y mantenga la motivación. Las ideas creativas pueden dar lugar a grandes cambios en nuestras vidas o llevarnos a tener que arriesgarnos, todo el mundo no está dispuesto a asumir ciertos riesgos y pueden echarse atrás. Diseñe un plan de acción paso a paso, secuenciando las tareas, para sacar adelante su idea.

7. Llevarlo a cabo con las ideas más prometedoras. Si ha conseguido realizar todo lo anterior ya está listo parta ponerlo en marcha. Adelante! y si algo no funciona, no se preocupe, revise su plan de acción y vuelva a empezar.

Y no lo olviden que : “La fortuna sonríe a los que son atrevidos”.

*Jeffrey Baumgartner : creador del Pensamiento Anticonvencional, una forma creativa de abordar los problemas.

viernes, 17 de febrero de 2012

Gestionar el estrés

Vivimos tiempos estresantes en una sociedad estresada. Veamos hoy de qué forma podemos ir reduciendo esta tensión, ese estrés que hace que cada vez nos exigimos más a nosotros mismos.

Cuando nos vemos sometidos a mucha tensión, ya sea por algo externo procedente del ambiente o por motivos internos que perturban nuestro equilibrio emocional, nuestro cuerpo reacciona ya sea con el deseo de huir de la situación o bien preparándose para luchar y afrontar el peligro. Esta reacción activa casi todos los órganos y funciones de nuestro cuerpo, el cerebro, el sistema nervioso, el corazón, varias hormonas, el sistema digestivo y el muscular. Podemos decir que es un estímulo que nos agrede tanto emocional como físicamente, ya sea que el peligro sea real o simplemente percibido como tal.

En cualquier caso sus consecuencias pueden producir hipertensión arterial, gastritis y úlceras en el estómago e intestino, disfunción renal, insomnio, agotamiento físico y alteraciones en el apetito.

En nuestra reacción al estrés influye en el carácter, las experiencias pasadas, los hábitos y costumbres, que hacen que nos tomemos las cosas de forma muy diferente y acabemos más o menos estresados. Sin embargo, siempre podemos aprender nuevos hábitos más saludables que nos ayuden a hacer las cosas más sencillas, para mejorar nuestro equilibrio emocional. Veamos algunas ideas que tal vez puedan ayudar a relajarse.

Lo primero y básico: Respirar. Respira hondo, lentamente, hazlo varias veces, verás como poco a poco tu mente se va tranquilizando y las ideas se van aclarando…

Presta atención a las necesidades de tu cuerpo, cuando te sientas cansado, tomate un descanso, cuando te sientas nervioso, inquieto, angustiado, procura salir a caminar un rato, haz un poco de ejercicio para soltar la tensión; cuando sientas que la rutina te aplana, haz algo diferente a lo habitual.

Organiza tu trabajo, tus actividades y todas aquellas cosas que necesitas obligatoriamente, pero procura estar abierto a cualquier novedad, improvisación o sugerencia de los tuyos en tu vida personal, y disfruta de todo aquello que te ofrece el momento presente.

Aprende a decir NO cuando sientas que alguien intenta obligarte o aprovecharse de tu amabilidad, si no deseas hacerlo, así evitarás frustraciones y los demás entenderán que eres una persona sincera y que pueden contar contigo si dices SI cuando quieres decir SI y NO cuando realmente no puedes o no quieres. Aprende a discriminar entre lo que realmente es importante y lo que no lo es. No te satures de compromisos y actividades.

Procura sentirte bien con cualquier cosa que hagas, siempre que sea posible procura acompañarlas de algo que te motive y te guste, por ejemplo: Rodéate de fotos bonitas, que te inspiren, pon una música de fondo que te guste, quema algún tipo de incienso que estimule agradablemente tus sentidos, se amable y evita situaciones frustrantes o que te produzcan resentimiento.

Tómate a diario unos minutos de soledad durante los cuales puedes meditar o simplemente estar en paz sin hacer nada y sin pensar en nada.

Cualquiera que sea tu edad, aprende algo nuevo, lee, cuida tu crecimiento personal. Aprende sobretodo a conocerte, a canalizar tus emociones y mejorar cada día un poco más como ser humano.

Al menos un día a la semana desconéctate de todo y dedícate a alguna actividad, algún hobby que te guste, que te permita dejar fluir tu creatividad y recargarte las pilas.

Finalmente cuida tus recursos, gestiona y mantén controlados tus ingresos o haberes, ten algo de ahorro para paliar situaciones difíciles, imprevistas y poder afrontarlas.

Confío en que estos consejos ayuden a evitar el estrés usando de forma más adecuada el tiempo y la energía en el día a día, manteniéndonos en forma y con la mente en positivo.

viernes, 10 de febrero de 2012

¿Cuál es tu “don”?

Cuando Joseph Campbell, el más famoso de los estudiosos de mitología de nuestro tiempo (y autor, entre otros libros, del excelente "El Poder del Mito") creó la expresión "siga a su don", estaba expresando una idea cuyo momento parece haber llegado. Paolo Coelho en "El Alquimista" lo describe bajo el nombre de “Leyenda Personal”.

Alan Cohen, un terapeuta afincado en Hawai, también trabaja sobre el tema. Él cuenta que cuando en sus conferencias pregunta quien está insatisfecho con su trabajo, las tres cuartas partes de la audiencia levanta la mano. Cohen ha creado un sistema de doce pasos para ayudar a las personas a reencontrarse con su "don"

1) “Dígase a si mismo la verdad: divida una hoja de papel en dos columnas y escriba en el lado izquierdo todo lo que le encantaría hacer. Después escriba en el lado derecho todo lo que está haciendo sin entusiasmo. Escriba como si nadie fuese a leer lo escrito, y no censure, ni juzgue sus respuestas.

2) Comience despacio, pero hágalo: busque en internet o pasese por una agencia de viajes, y procure encontrar algún viaje que encaje en su presupuesto o vaya a ver la película que está postergando ver o compre ese libro que tanto desea leer. Sea generoso consigo mismo y verá como estos pequeños pasos le harán sentir más vivo.

3) Vaya parando despacio, pero deténgase: Hay cosas que agotan por completo su energía. ¿Es tan imprescindible ir a esa reunión del comité? ¿Tiene que ayudar a esa persona que no desea ser ayudada? ¿Tiene derecho su jefe a exigirle que, además del trabajo, usted deba concurrir a las mismas fiestas que él? Al dejar de hacer lo que no le interesa, se dará cuenta de que estaba exigiéndose más de lo que los otros realmente pedían.

4) Descubra sus pequeños talentos: ¿Qué es lo que sus amigos dicen que usted hace bien? ¿Lo que usted hace a gusto, aun cuando no sea perfecto en su ejecución? Estos pequeños talentos son mensajes escondidos de sus grandes talentos ocultos.

5) Comience a elegir: Si algo le gusta, no lo dude. Si está en duda, cierre los ojos e imagine que ya tomó la decisión A, y vea todo lo que le comportará. Haga lo mismo con la decisión B. La decisión que le haga sentir más conectado con la vida es la correcta, aun cuando no sea la más fácil.

6) No base sus decisiones en ganancias financieras: Éstas llegarán si usted realmente hace algo con entusiasmo. El mismo jarrón, hecho por un orfebre que adora lo que hace, o por un hombre que detesta su oficio, tiene un alma. Será rápidamente vendido (en el primer caso) o quedará encallado (en el segundo caso).

7) Siga su intuición: El trabajo más interesante es aquel que le permite ser más creativo. Einstein decía: "Yo no llegué a mi comprensión del Universo usando solamente las Matemáticas". Descartes, el padre de la lógica, desarrolló su método a partir de un sueño que tuvo.

8) No tenga miedo a cambiar de idea: Si dejó de lado una decisión y ello le molesta, vuelva a pensar lo que escogió. No luche contra aquello que le gusta más.

9) Procure descansar: Un día por semana sin pensar en el trabajo permite que el subconsciente le ayude, y muchos problemas (aunque no todos) se solucionan sin ayuda de la razón.

10) Deje que las circunstancias le muestren el camino más agradable: Si usted está luchando demasiado por algo y no obtiene resultados, procure ser más flexible y entréguese a los caminos que la vida le muestra. Eso no significa renunciar a la lucha, ser perezoso, ni dejar las cosas en manos de los otros; significa entender que el trabajo con amor nos da fuerzas y no desesperación.

11) Preste atención a las señales: Es un lenguaje individual, unido a la intuición que aparece en los momentos adecuados. Aunque las señales indiquen una dirección opuesta a la que usted había planeado, sígalas. A veces se equivocará, pero es la única manera de aprender este nuevo lenguaje.

12) Finalmente ¡arriésguese! Los hombres que cambiaron el mundo comenzaron su camino mediante un acto de fe. Tenga fe en la fuerza de sus sueños. Dios es justo, y no colocaría en su corazón un deseo imposible de ser realizado.”

Parece un programa interesante para conectar con la fuente de nuestra motivación, con nuestro “don” ó debería decir nuestro “duende personal”, aquel que nos hace sentir más vivos al permitirnos fluir con la vida en la corriente del universo.

viernes, 3 de febrero de 2012

¿Tienes infoxicación?

Si eres usuario habitual de Internet, te gusta estar al tanto de todo lo que circula por la red y estás suscrit@ a varios blogs o páginas web, sin hablar de todos los PPS que te mandan tus contactos y por supuesto te pasas con frecuencia por Facebook, Tweeter, etc… si también ves la TV, oyes las noticias en la radio y lees los periódicos a diario, es muy probable que en algún momento hayas padecido infoxicación.

La infoxicación es la ansiedad generada por el exceso o sobrecarga de información, de ahí la necesidad de practicar de forma exhaustiva lo que algunos llaman la “ignorancia selectiva”.

Soy curiosa por naturaleza y me encanta estar al tanto de las últimas noticias, pero a estas alturas la cantidad de medios y de información de que disponemos hace imposible abarcarlo todo, con lo cual hay que discriminar, por una parte los temas y por otra también las fuentes de información, así una acaba por volverse hiper selectiva.

La publicidad y los medios de comunicación, así como la industria del ocio y la diversión nos asaltan continuamente intentando atraer nuestra atención. Las informaciones más o menos relevantes a las que nos vemos sometid@s no están siempre en la línea de nuestros intereses o necesidades y son potentes elementos de distracción que nos hacen perder el tiempo. A estas alturas ya no se puede estar completamente abiert@ a la información que recibimos a diario, además la mayor parte de estas noticias o informaciones se repiten y necesitamos filtrar cuidadosamente la información.

Tenemos la sensación de desear estar siempre en otro lugar, haciendo otra cosa, nos mantenemos en estado de alerta, miramos constantemente la bandeja del correo, el móvil o la TV para ver si hay algo nuevo, buscando una nueva dosis de novedad.

Este reflejo condicionado que nos hace estar siempre pendiente de algún cambio en el entorno ha dejado de ser una conducta adaptativa, para convertirse en una fuente de stress que se conoce como “ansiedad informacional”.

En el trabajo esto se presenta en forma de constantes interrupciones, la realización de multitareas y la dificultad de mantenerse concentrad@ por mucho tiempo. Según un estudio realizado en USA se considera que el trabajador americano medio es interrumpido cada 3 minutos y mantiene abiertas una media de 8 ventanas en su navegador. “Trabajus interruptus” lo llaman…

Veamos cómo podemos evitar esta infoxicación.

Filtrar y seleccionar la información, para a ello:

  • En primer lugar debemos centrarnos y tomar conciencia lo que necesitamos o estamos buscando, unos momentos de meditación diarios no vienen nada mal para centrarnos.
  • Tratar de volver a nuestro objetivo principal cada vez que observamos una distracción o desviación.
  • Practicar el ayuno informacional, consiste en tomarse periódicamente un tiempo ( uno, dos, tres días o más) durante los cuales dejamos de interesarnos por cualquier fuente de información o noticias, nos desconectamos de TV, radio, correos, periódicos… ese tiempo podemos dedicarlo a leer novelas, escuchar música, ver películas, tomar el sol, pasear, hacer deporte, cocinar, pintar, etc… hablar de cualquier cosa que no sea noticia con la pareja o los amigos.

Ya sé que no resulta fácil, pero es una experiencia muy interesante que aclara la mente, nos devuelve la concentración y nos permite estar más en contacto con la realidad de nuestro entorno inmediato.