viernes, 28 de noviembre de 2014

Problemas imaginarios


 Mientras Mulla Nasrudin está paseando con su hijo, ven un huevo en el suelo.

El niño le pregunta:
- Papá, ¿cómo entran los pájaros en el huevo?
Nasrudin sofocado, responde:
- ¡Yo que me he estado preguntando toda mi vida cómo salían los pájaros del huevo!
- Vienes tú ahora y me planteas un problema más.
Maestro: muchos de nuestros problemas existen únicamente en nuestra mente, ¡los inventamos!


Fuente : la sabiduría de los cuentos de A. Jodorowsky


viernes, 21 de noviembre de 2014

No perder la calma


En un monasterio había un anciano monje ante el cual los jóvenes novicios se sentían intimidados; no porque fuera severo con ellos, si no porque nada parecía perturbarlo o afectarlo nunca

Así, veían en él algo inquietante y le temían. Al fin sintiendo que no podían soportar más esa situación, decidieron ponerlo a prueba. Una oscura mañana de invierno, cuando era tarea del anciano llevar la ofrenda del té a la sala del Fundador, el grupo de novicios se oculto en un recodo del largo y sinuoso corredor que a ella llevaba. Al pasar el anciano, salieron de su escondite dando alaridos como una horda de demonios.
Sin que su paso vacilará, el anciano siguió andando con calma, llevando cuidadosamente el té. En la siguiente vuelta del corredor, como él bien sabía, había una mesita. Se dirigió hacia ella en la oscuridad, depositó la taza, la cubrió para protegerla del polvo, y entonces, apoyándose sobre la pared, prorrumpió:
- ¡Oh, oh, oh! – en exclamaciones de susto.
Un maestro del Zen, al relatar esta anécdota, comentaba:
- Se ve, pues, que nada tienen de malo las emociones.

- Sólo que no debe dejarse que nos arrastren o perturben lo que estamos haciendo.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Perseverancia

“El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia”. Doris Lessing

Suele decirse que la ecuación del éxito es : Trabajo + Disciplina + Constancia. Y el éxito consiste en lograr nuestros objetivos, lo cual nos da una sensación de plenitud, de satisfacción y de felicidad.

Muchas veces me encuentro en la consulta con personas que tienen dificultades para organizar su vida y conseguir sus metas, no por falta de talento ni inteligencia, sino por falta de disciplina y de perseverancia.

Todos sabemos que esto es bastante sencillo cuando lo que estamos haciendo, o estudiando es algo con lo cual estamos muy motivados, no nos damos cuenta del esfuerzo que estamos haciendo, ya que interiormente nos sentimos  comprometidos con lo que estamos haciendo y los pasos para llegar a la meta fluyen con toda naturalidad y casi sin esfuerzo, o al menos no tenemos plena consciencia del sacrificio que estamos haciendo, sin embargo, cuesta mucho aplicar esta capacidad de constancia y perseverancia a otros temas que nos motivan menos o incluso que nos resultan aburridos, aunque somos conscientes de que son indispensables para un optimo funcionamiento de nuestra vida.

Pero ¿ cómo hacer para conseguir poner en funcionamiento la motivación y aplicarla a esos otros  aspectos de nuestra vida que queremos mejorar?

En primer lugar debe ser algo importante, que nos va a facilitar la vida, o hacerla más grata y eso es algo que debemos tener claro y no porque alguien nos lo diga, sino porque es una pura cuestión de necesidad personal. No sirve hacerlo por agradar a otros.

Poco a poco al esforzarnos por conseguir esa meta, al adquirir nuevos hábitos que nos permiten poner orden en lo que nos rodea, observamos que ello nos ayuda también a tener las cosas más claras y que nos resulte más llevadera cualquier tarea rutinaria en la que tardamos cada vez menos tiempo y así disponemos de más tiempo para otras cosas que nos gustan más o que nos resultan más beneficiosas.

Otro punto importante para adquirir esos nuevos hábitos consiste en ir modificando los  actuales poco a poco, pongamos que queremos dedicar todos los días un tiempo para meditar o hacer algún tipo de ejercicio físico, tendremos que decidir cual es la mejor hora para nosotros, aquella que no pueda ser interferida o interrumpida por nuestras actividades laborales, familiares o sociales y atenernos a ella en lo posible por una parte y por otra lo mejor es ir poco a poco, incrementando cada día o cada semana el tiempo que le dedicamos hasta  llegar al tiempo optimo.

Para conseguirlo debemos prescindir de algunas otras actividades que realmente no necesitamos, evitar perder el tiempo en cosas que no nos aportan nada, enfocarnos en la meta y ser constantes.

No hay nada más agradable que llegar al final de día con una sensación de haber tenido una jornada completa, con tiempo suficiente para realizar todo aquello que realmente nos llena, nos satisface y nos hace felices.




viernes, 7 de noviembre de 2014

La mente


Se trataba de un hombre que llevaba muchas horas viajando a pie y estaba realmente cansado y sudoroso bajo el implacable sol de la India. Extenuado y sin poder dar un paso más, se echó a descansar bajo un frondoso árbol. El suelo estaba duro y el hombre pensó en lo agradable que sería disponer de una cama. Resulta que aquél era un árbol celestial de los que conceden los deseos de los pensamientos y los hacen realidad. Así es que al punto apareció una confortable cama.
El hombre se echó sobre ella y estaba disfrutando en el mullido lecho cuando pensó en lo placentero que resultaría que una joven le diera masaje en sus fatigadas piernas. Al momento apareció una bellísima joven que comenzó a procurarle un delicioso masaje. Bien descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería poder degustar una sabrosa y opípara comida. En el acto aparecieron ante él los más suculentos manjares. El hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso. De repente le asaltó un pensamiento: “!Mira que si ahora un tigre me atacase!” Apareció un tigre y lo devoró.
Moraleja
Cambiante y descontrolada es la naturaleza de la mente. Aplícate a conocerla y dominarla y disiparás para siempre el peor de los tigres: el que mora dentro de ella misma.