Vivimos tiempos estresantes en una sociedad estresada. Veamos hoy de qué forma podemos ir reduciendo esta tensión, ese estrés que hace que cada vez nos exigimos más a nosotros mismos.
Cuando nos vemos sometidos a mucha tensión, ya sea por algo externo procedente del ambiente o por motivos internos que perturban nuestro equilibrio emocional, nuestro cuerpo reacciona ya sea con el deseo de huir de la situación o bien preparándose para luchar y afrontar el peligro. Esta reacción activa casi todos los órganos y funciones de nuestro cuerpo, el cerebro, el sistema nervioso, el corazón, varias hormonas, el sistema digestivo y el muscular. Podemos decir que es un estímulo que nos agrede tanto emocional como físicamente, ya sea que el peligro sea real o simplemente percibido como tal.
En cualquier caso sus consecuencias pueden producir hipertensión arterial, gastritis y úlceras en el estómago e intestino, disfunción renal, insomnio, agotamiento físico y alteraciones en el apetito.
En nuestra reacción al estrés influye en el carácter, las experiencias pasadas, los hábitos y costumbres, que hacen que nos tomemos las cosas de forma muy diferente y acabemos más o menos estresados. Sin embargo, siempre podemos aprender nuevos hábitos más saludables que nos ayuden a hacer las cosas más sencillas, para mejorar nuestro equilibrio emocional. Veamos algunas ideas que tal vez puedan ayudar a relajarse.
Lo primero y básico: Respirar. Respira hondo, lentamente, hazlo varias veces, verás como poco a poco tu mente se va tranquilizando y las ideas se van aclarando…
Presta atención a las necesidades de tu cuerpo, cuando te sientas cansado, tomate un descanso, cuando te sientas nervioso, inquieto, angustiado, procura salir a caminar un rato, haz un poco de ejercicio para soltar la tensión; cuando sientas que la rutina te aplana, haz algo diferente a lo habitual.
Organiza tu trabajo, tus actividades y todas aquellas cosas que necesitas obligatoriamente, pero procura estar abierto a cualquier novedad, improvisación o sugerencia de los tuyos en tu vida personal, y disfruta de todo aquello que te ofrece el momento presente.
Aprende a decir NO cuando sientas que alguien intenta obligarte o aprovecharse de tu amabilidad, si no deseas hacerlo, así evitarás frustraciones y los demás entenderán que eres una persona sincera y que pueden contar contigo si dices SI cuando quieres decir SI y NO cuando realmente no puedes o no quieres. Aprende a discriminar entre lo que realmente es importante y lo que no lo es. No te satures de compromisos y actividades.
Procura sentirte bien con cualquier cosa que hagas, siempre que sea posible procura acompañarlas de algo que te motive y te guste, por ejemplo: Rodéate de fotos bonitas, que te inspiren, pon una música de fondo que te guste, quema algún tipo de incienso que estimule agradablemente tus sentidos, se amable y evita situaciones frustrantes o que te produzcan resentimiento.
Tómate a diario unos minutos de soledad durante los cuales puedes meditar o simplemente estar en paz sin hacer nada y sin pensar en nada.
Cualquiera que sea tu edad, aprende algo nuevo, lee, cuida tu crecimiento personal. Aprende sobretodo a conocerte, a canalizar tus emociones y mejorar cada día un poco más como ser humano.
Al menos un día a la semana desconéctate de todo y dedícate a alguna actividad, algún hobby que te guste, que te permita dejar fluir tu creatividad y recargarte las pilas.
Finalmente cuida tus recursos, gestiona y mantén controlados tus ingresos o haberes, ten algo de ahorro para paliar situaciones difíciles, imprevistas y poder afrontarlas.
Confío en que estos consejos ayuden a evitar el estrés usando de forma más adecuada el tiempo y la energía en el día a día, manteniéndonos en forma y con la mente en positivo.
Buenos consejos para regular el estrés.
ResponderEliminarMuchas veces la inadaptación que sufrimos al enfrentarnos a una sociedad desafiante, competitiva y demasiado global nos obliga a poner a prueba nuestro organismo.
Un saludo.