viernes, 25 de enero de 2013

10 sugerencias sencillas para mejorar nuestra Salud Mental (1)

  
1)    Valorar el nivel de nuestras necesidades al intentar conseguir aquello que nos va a producir satisfacción.  Las necesidades humanas básicas consisten en poder relacionarse, tener libertad, obtener reconocimiento y tener capacidad de supervivencia y de disfrute. No  obstante, aunque todos los humanos compartimos estas características, nuestro nivel de necesidades de cada una es variable. De modo que una persona puede tener una gran necesidad de relacionarse y disfrutar, y para otra va a resultar más importante recibir reconocimiento o tener libertad. La clave de la felicidad está en mantener una conducta que nos permita cubrir en su justa medida cada una de las necesidades que deseamos alcanzar. Si no obtenemos lo suficiente, nos sentiremos decepcionados  y si conseguimos demasiado, puede que nos sintamos sobresaturados.

2)     Entender y ser responsables de nuestras  decisiones. Siempre tenemos que elegir. Puede que a veces no nos gusten algunas opciones, pero siempre tendremos posibilidades de elegir.

3)     Relacionar nuestro comportamiento y su desarrollo para bien o para mal. Con frecuencia consideramos que son causas ajenas las que motivan  nuestro éxito o fracaso, y nos olvidamos  de ver qué es lo que hacemos o dejamos de hacer para conseguir nuestras metas. Cuando  comenzamos a sentirnos responsables de nuestros propios resultados en lugar de atribuírselos a otros, nos sentimos más seguros y felices.

4)    Entender el poder de nuestra percepción y de qué forma podemos modificarla. Muchas veces nos inventamos historias acerca de los demás, así como sobre los acontecimientos de nuestra vida, que nada tienen que ver con la realidad. Se trata sencillamente de nuestra interpretación de hechos o situaciones, una interpretación que puede llegar a crear una enorme e innecesaria confusión. Si nuestra  percepción no nos sirve, tenemos que cambarla, mejorarla, tratar de percibir las cosas con carácter positivo.

5)    Encontrar el equilibrio en todo. Todo lo que nos ocurre tiene cualidades tanto positivas como negativas, pros y contras, el problema está nuevamente en la forma en que lo percibimos. Tendemos a clasificar las cosas como buenas o malas, positivas o negativas, dolorosas o placenteras, pero el caso es que ambos aspectos de esta dualidad están siempre presentes. Solo depende de donde pongamos el enfoque. Solo cuando conseguimos ver los dos aspectos de la dualidad mejoramos nuestra salud mental.


viernes, 18 de enero de 2013

¿Cómo puedo ayudar al mundo?


¿Cómo puedo ayudar al mundo?


- Comprendiéndolo, replicó el Maestro.

- ¿Y cómo puedo comprenderlo?

- Apartándote de él.

- Pero, entonces, ¿cómo voy a servir a la humanidad?

- Comprendiéndote a ti mismo.
Fuente: ¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello







viernes, 11 de enero de 2013

El camino de tu vida



En la línea de lo  que comentaba en una entrada anterior. Que toda nuestra vida es el resultado de nuestras decisiones y nuestras acciones. Una persona que no tiene metas por alcanzar en su vida, solo conseguirá confusión y aburrimiento, llenándola de excesos inútiles. Necesitamos tener un motivo para poder levantarnos cada mañana y dar lo mejor de nosotros mismos. De no ser así  acabaremos sufriendo la enfermad de nuestro tiempo : la depresión.


Sin embargo una meta no tiene porqué ser algo perfectamente perfilado y nítido, de hecho eso puede ser peligrosos, ya que en algunos casos si seguimos algo muy concreto puede que dejemos pasar oportunidades, es mucho mejor tener una idea general sobre lo que queremos e ir dándole forma a lo largo del camino aprovechando todas las oportunidades que se presentan.

Lo importante es encontrar la motivación  que nos impulse  a esforzarnos y  hacer los sacrificios necesarios –si bien cuando estos se hacen por amor al arte no son tales sacrificios- para alcanzar la meta. A partir de ese momento somos perfectamente capaces de obviar cualquier distracción que intente desviarnos del camino.

Una meta debe ser algo que nos permita crecer como persona, tiene que ser algo que necesitemos (¡ojo! es diferente de desear) a un nivel profundo, algo que dé sentido a nuestra vida, que nos oriente en una dirección y también algo factible aunque no exento de cierta dificultad y a lo que podamos asignar un plazo de tiempo para su consecución. (Ya sea una carrera, una meta profesional o personal como mejorar nuestra salud, etc.)

Una vez tengamos esas premisas  tenemos que informarnos detalladamente e identificar los pasos a seguir para alcanzarla. En ese punto tal vez debamos replantearnos la importancia real de ciertas cosas que pensamos que son importantes y que tengamos que sacrificar o pasar a un segundo plano durante ese tiempo.

Es evidente que a lo largo del camino surgirán momentos de desánimo  y tentaciones que nos hagan dudar, pero no olvidemos que si queremos conseguir algo importante a veces será necesario hacer posible aquello de lo no nos creíamos capaces o lo que pensábamos era imposible para nosotros.


Cada un@ debe conocer sus propias limitaciones y atreverse a llevarlas un poco más allá para  poder conseguir lo que realmente le importa y necesita para dar un sentido a su vida. Una actitud y  una mentalidad abierta y positiva siguiendo una dirección clara, atraerán a nuestra vida sincronicidades, coincidencias, a modo de señales, de que vamos por buen camino.

 





viernes, 4 de enero de 2013

Nuevo año, nueva vida

 Iniciamos un nuevo año, un nuevo ciclo y muchos sentimos por estas fechas la necesidad de elaborar una lista de propósitos, metas o cambios que deseamos realizar a lo largo de los próximos meses para mejorar nuestra vida.


Este es un buen momento para cambiar ciertos hábitos o costumbres procurando hacer las cosas de una forma mejor o con un resultado más satisfactorio. A veces esto es la consecuencia de un nuevo aprendizaje o por el contacto con alguna persona que nos ha inspirado o impactado al observar su forma de actuar y entendemos que esa conducta puede dar lugar a una mejor calidad de vida.

Lo primero que podemos hacer en ese caso es establecer una lista de objetivos o metas que queremos alcanzar en nuestra vida. Cosas que  otras personas  hacen y que encajan con nuestra forma de ser o de pensar, porque van en la dirección que queremos seguir. Es importante que sintamos una gran afinidad hacia ello para poder hallar la motivación que nos permitirá realizar el esfuerzo para conseguirlo.

Una vez realizada la lista de nuestros objetivos, podemos  dividirla en los pasos o acciones físicas que tendremos que  realizar o desarrollar para  integrar el nuevo hábito o la nueva costumbre.

Estas nuevas acciones irán dando forma a un comportamiento que nos permitirá modificar poco a poco el hábito anterior. Se suele decir que si se repite una conducta determinada a lo largo de 30 días, está quedará  integrada en nuestra vida. No conozco  si hay base científica en ello, pero es un plazo mínimo que siempre podemos probar de mantener para empezar a ver algún cambio, la fuerza de voluntad y la motivación se encargarán de hacer el resto. También podemos marcarnos un plazo tres o seis meses, o más, para conseguirlo y en caso de recaídas, siempre podemos volver a empezar.

Algo que resulta muy útil es llevar un registro con lo que se va consiguiendo  día a día o por semanas de las veces que hemos logrado realizar el ejercicio  orientado al cambio, ya sea dejar de fumar, perder peso, hacer ejercicio, etc... A algunos les gusta compartir sus progresos en las redes sociales, con el aliciente de un compromiso público.

Es evidente que los cambios, las decisiones importantes para que sean efectivos, tienen que ser de dentro hacia fuera, tienen que nacer de una necesidad personal. Tenemos que elegirlo libremente, a conciencia y convencidos de que es para mejorar nuestra calidad de vida, ya que cualquier cosa que nos venga impuesta desde fuera,  creará frustración o aburrimiento y tarde o temprano terminará fracasando.

Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad de ir paso a paso, no pretender resolverlo todo de golpe. Ya sé que algunos prefieren los cambios radicales y les funcionan, pero en general es mejor dividir las metas en varios pasos para ir adaptándose.

En cualquier caso tener claro que no hay varita mágica que nos cambie de la noche a la mañana, se consigue con paciencia, voluntad y perseverancia.