sábado, 25 de septiembre de 2010

La intuición

Es la capacidad de basarnos en razones irracionales para tomar decisiones… Hasta hace bien poco fue una facultad denostada y reprimida, sin embargo, la ciencia nos está diciendo ahora que no es tan malo el usarla y de hecho lo hacemos cada vez con más frecuencia, ya que nos permite ahorrar tiempo en nuestro sinfín de toma de decisiones en el día a día.

Ante la duda a la hora de tomar una decisión importante, sugerimos desde la psicología, madurar los hechos e incluso hacer listas con los pros y los contras, aunque cada vez con más frecuencia parece que nuestro cerebro se deja guiar por la intuición, y las cosas no salen tan mal…

Las Investigaciones que dirige el Dr. Gerd Gigerenzer, Psicólogo del Instituto Max Plank de Berlín, están indicando que la intuición puede ser a veces mejor que una decisión tomada de forma racional y largamente sopesada.

Resulta que a veces es mejor ante una duda tener solo parte de la información y no darle demasiadas vueltas ya que nuestro cerebro tiende a escoger de forma innata aquello que conoce o le resulta familiar … o sea un atajo.

Se basa en lo que se llama cognición heurística, resumiendo se trata de unos principios sencillos que ignoran la información y seleccionan tan solo un par de buenas razones, siempre y cuando estas sean realmente de peso.

El cerebro responde a unas reglas generales aprendidas a lo largo de miles de años de nuestra evolución y que se han instalado en la mente de la especie humana y rigen muchas de nuestras elecciones y conductas haciendo que ya no nos tengamos que plantear ciertas situaciones o elecciones que nos permiten sobrevivir y seguir nuestro camino, haciendo que situaciones que pudieran ser consideradas como molestas se conviertan en algo que no se cuestiona y es pasado por alto, como el amor materno o paterno, que hace que cuidemos de nuestros hijos haciendo así que sobreviva la especie, por ejemplo, o la elección de una pareja en la cual nos dejamos llevar por los impulsos del corazón, más que de la razón.

La mayoría de las decisiones importantes las tomamos de forma intuitiva y no por falta de elementos entre los que elegir, simplemente porque nuestro cerebro elige lo que conoce o reconoce como vemos en la mayor parte de nuestras interacciones sociales.

Esto también ocurre en nuestras decisiones a la hora de elegir un partido político o de comprar cualquier producto, ya que la publicidad se nutre de ello y si se fijan hay muchos partidos políticos que a pesar de no ofrecer un proyecto de gobierno interesante son ampliamente votados, tienen sus seguidores y saben que hagan lo que hagan les van a seguir votando… lo mismo ocurre con algunas marcas que viven de éxitos anteriores y al lanzar un nuevo producto no hablan del producto y centran su publicidad sencillamente en el renombre de la marca.

Lo que ocurre es que tendemos más a decidir en función de lo que creemos o queremos ver que en lo que vemos realmente.


domingo, 19 de septiembre de 2010

Cuidemos nuestros cerebros


La ciencia neurológica nos revela hoy que la inteligencia está distribuida por todo el cuerpo, según revela el trabajo del investigador Robert K. Cooper. Siempre que tenemos una experiencia esta no va directamente al cerebro para poder reflexionar sobre ella, sino que primero llega a las redes neurológicas de la región intestinal y del corazón. Resulta extraño, pero así es, en el intestino y en el corazón tenemos células nerviosas ó neuronas que ejercen una función muy similar a las de nuestro cerebro. El segundo cerebro es el del intestino y el tercero el del corazón!

Según el Dr. M. Gershon, especialista en la nueva ciencia de la neurogastroenterología y autor de “El segundo cerebro”, el circuito de neuronas o redes celulares que se localiza en nuestro intestino funciona independientemente para recordar, aprender e influir sobre nuestras percepciones y conductas. Cualquier experiencia vivida crea un “sentimiento intestinal” que se manifiesta en hormigueo o nudo en el estómago, sentimos con las tripas, aunque menudo pasa desapercibido por falta de atención, y porque nuestro umbral de percepción no está acostumbrado a captarlo o relacionarlo, hasta que el aviso es lo suficientemente fuerte para obligarnos a reparar en ello.

El corazón tiene igualmente células nerviosas unidas por una red de neurotransmisores*, con un tamaño similar al de varias áreas de nuestro cerebro craneal, su campo electromagnético es mucho más potente que el del cerebro y es medible hasta unos 3 m de distancia y también actúa independientemente. Aprende, recuerda y responde con sus propias respuestas ante las situaciones de la vida. Además tiene ciertas habilidades como la intuición, que viene a confirmar por la medicina occidental, lo que las antiguas culturas orientales nos enseñan con la meditación, de que el ritmo del corazón puede alterar la efectividad del pensamiento cerebral. Se está demostrando en investigaciones que el ingenio, la iniciativa y la intuición nacen del corazón. Este cerebro además está más abierto a la vida en busca de una comprensión nueva e intuitiva de lo que más importa a la persona, es muy probable que en él resida gran parte de la llamada “inteligencia emocional”, como la empatía, la conciencia emocional de uno mismo, el optimismo, la iniciativa, la vocación de servicio, la alegría, la inspiración, la confianza en uno mismo y en la vida.

Pero para tomar conciencia de ello hay que estar atentos, saber mirar y escuchar las señales tanto de nuestro cuerpo como de nuestro corazón para poder sacar a la luz todos estos tesoros y disfrutarlos. Desde ahí podemos empezar a cambiarnos individualmente, ya que sólo así conseguiremos cambiar el mundo… Para ello no hay atajos, ni pócimas mágicas… las herramientas necesarias son las de siempre… voluntad, paciencia, perseverancia y responsabilidad. Animo el viaje merece la pena…

*Los neurotransmisores son moléculas de sustancias químicas que se producen en el cerebro ante un impulso nervioso y que permiten la conexión de las neuronas entre si para crear nuevos impulsos nerviosos.



sábado, 11 de septiembre de 2010

La vida fácil no da la felicidad.

Según recientes investigaciones realizadas por la psiquiatra Dra. Charo Sánchez, resulta que un cierto grado de incertidumbre hace que nuestro cerebro segregue mayor cantidad de dopamina, lo cual nos hace sentirnos mejor.

Es la plasticidad neuronal, la capacidad de nuestras neuronas de adaptarse a nuevas situaciones, lo que nos permite dar un salto evolutivo, crecer adquirir más conocimientos, sentirnos más seguros. Al parecer nuestro cerebro sigue funcionando aún como en tiempos antediluvianos, en una época en la que cualquier necesidad básica requería un esfuerzo, como buscar alimento, seguridad, cobijo, etc… En aquella época todo era incierto, desconocido y requería un alarde constante de atención y de aprendizaje. Algo que tenemos la oportunidad de vivir ahora en situaciones de crisis.

El punto para conseguir sentirnos bien, en un estado de ánimo placentero y satisfactorio, está en mantenerse en un equilibrio entre el estrés y el eustrés (lo que se entiende por estrés o tensión positiva). El objetivo consiste en plantearse metas que si bien tienen un grado de dificultad que requiere esfuerzo, tengan también un nivel de al menos un 50% de probabilidades de ser alcanzadas, ya que esa duda es lo que precisamente genera motivación y satisfacción.

Nuestro cerebro está acostumbrado a luchar por lo que necesitamos, pero también tiende a engancharse a la vida fácil. - esto, sin duda, lo hemos podido comprobar todos…- Esto es importante ya que con nuestras acciones se van modificando las redes neuronales, ampliándose con el esfuerzo y generando más conexiones y reduciéndose o limitándose con la falta de él. Además se ha comprobado que el esfuerzo es un excelente regulador del estado de ánimo.

En nuestra “sociedad del bienestar”, el esfuerzo, la paciencia, ya no están de moda. Estamos en constante búsqueda de la satisfacción inmediata de nuestras necesidades y deseos, enganchados a la ley del mínimo esfuerzo, y esta vida fácil, nos produce cada vez mayor malestar, menos satisfacción, la prueba está en la cantidad de personas con trastornos del estado de ánimo y dificultades de adaptación, por no hablar de la depresión que sufren cada vez más personas en Occidente.

Es interesante conocer ahora esta información sobre el funcionamiento de nuestro cerebro para poder encontrar una salida a la crisis tanto la socioeconómica como la de nuestra existencia individual. La situación actual de crisis nos devuelve curiosamente a la duda, a la necesidad de realizar esfuerzos por resolverla, de adaptarnos a los cambios, de la ir cerrando etapas. Con ello nos podemos plantear nuevas metas, nuevos retos, en una palabra un nuevo crecimiento.

Si somos capaces de aceptar el reto, de centrarnos y aclararnos personalmente, interactuando luego con todo y todos los que nos rodean, para iniciar paso a paso le esfuerzo, de replantearnos nuestras vidas, nuestras costumbres, nuestras necesidades, no me cabe la menor duda de que vamos a poder resolver nuestros problemas, sentirnos mejor, más seguros, más independientes, más sanos y más felices, logrando ser más creativos en beneficio de todos.


sábado, 4 de septiembre de 2010

Sueños (2)

¿Qué es el sueño y qué es la realidad? En cierto modo es la duda razonable que nos queda después de ver (Inception) Origen, una magnífica, interesante y brillante película de ciencia ficción del director Christopher Nolan. ¡Hace tiempo que la afición echaba de menos una película así !

La película está basada en una idea muy original que mantiene sin embargo, bastantes visos de realidad. La trama va de un especialista en bucear por el inconsciente que se dedica a robar sueños para sus clientes, hasta que recibe el encargo contrario, es decir, implantar una idea en el sueño, o en el subconsciente de una persona y su trabajo se realiza en un estado similar al sueño lúcido*… Todo ello resulta en una excelente película de acción, con buenos efectos especiales, muchos juegos mentales en los cuales se entremezclan lo miedos, los deseos y los propios sueños de todos los personajes, haciendo que la calculada estructura inicial del proyecto de trabajo de partida de los protagonistas salte por los aires y tengan que improvisar sabiamente en cada momento para poder regresar a la realidad… francamente muy ingenioso. Un detalle interesante : al igual que ocurre con el inconsciente la percepción del tiempo en la realidad y en el sueño son muy distintos, pudiendo transcurrir tan solo unos minutos en la primera y horas, días y hasta años según el nivel de profundidad alcanzado, en el sueño… Ello llega a crear algunas veces confusión en los personajes de la película que para saber si están soñando o en el mundo real, tienen que recurrir a un “totem”, un pequeño objeto dotado de movimiento, (un trompo, un dado, etc), y que en función de su movimiento les permite saber si están en la realidad, o siguen soñando…

En cualquier caso una acaba preguntándose : y ¿qué es la realidad? Se construye esta en los sueños?

La respuesta de la ciencia es claramente “si”. Se ha demostrado que efectivamente el inconsciente es fácilmente manipulable y por otra parte que nuestro cerebro interpreta constantemente la realidad. Por ejemplo en la naturaleza no hay colores, ni formas concretas, todo es difuso, cambiante, abstracto y es nuestro cerebro el que reinterpreta las formas y los colores que se encuentran en los llamados bastones oculares. La realidad según la Física consiste en patrones de interferencias lumínicas y sónicas a la que atribuimos colores, sonidos, músicas, palabras, formas, o sea todo un mundo virtual como el que encontramos en los ordenadores, que reinterpretan los bits de ceros y unos en imágenes.

También se han realizado investigaciones sobre la memoria trabajando con grupos de sujetos a los que se les implantan falsos recuerdos que luego ellos reviven y describen con todo tipo de sensaciones, a pesar de ser completamente falsos. En Psicología se sabe que los recuerdos no son fiables, están siempre sesgados por el estado de ánimo y diversas vivencia paralelas que añaden siempre algo a la realidad que describe el sujeto y la distorsionan, la misma situación concreta, relatada por varios testigos revela con frecuencia grandes diferencias.

Volviendo al sueño, las investigaciones revelan que construimos en nuestra mente una realidad que percibe nuestro hemisferio cerebral derecho y le vamos dando forma y un sentido lógico a nuestras las percepciones, a través del hemisferio izquierdo.

Utilizando técnicas de relajación profunda, hipnosis, sueño lucido, respiración así como imaginación guiada o creativa, podemos modificar conductas, sanar heridas y miedos al implantar ideas positivas y estrategias en esos estado alterados de conciencia, para mejorar nuestra vida, generando cambios en nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras emociones y nuestra vida. Puesto que somos manipulables, que sea por nosotros mismos, para alcanzar un mayor bienestar personal.

Algunas de estas técnicas no son nuevas, ya las usaban los antiguos egipcios en sus templos del sueño y también todas las tradiciones shamánicas que encontramos por el mundo, para ayudar tanto a individuos como a la colectividad.

Platón en La República, con su mito de la caverna, apuntaba ya que la vida es como un sueño y Calderón de la Barca escribió :

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión,
 una sombra, una ficción 
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

Bueno pues mientras reflexionan sobre todo esto… yo voy a buscar mi “totem” …

*Los sueños lúcidos son aquellos sueños en donde nos damos cuenta de que estamos soñando.


Encuentros

Luces y sombras