viernes, 22 de febrero de 2013

Orientando la mirada - El Kaizen


 No está de más de vez en cuando volver a orientarnos, me refiero a  volver la mirada hacia Oriente para inspirarnos.

Hoy voy a hablar del Kaizen. Se trata de una palabra japonesa que significa mejora continuada y cambio positivo. Desde hace unos años está muy de moda en el ámbito empresarial, pero también podemos aplicarla a nuestra vida diaria. Puede considerarse como una forma de  vida que consiste en aprender algo nuevo y diferente cada día y mejorarlo, alcanzando así una expansión personal completa, hacer cada cosa “mejor que ayer y peor que mañana”.

Para practicarlo necesitaremos reemplazar los hábitos viejos por hábitos nuevos. Tendremos que hacer cosas diferentes, entrar en lo desconocido, experimentar cambios de actitud y aprender nuevas cosas. Porque cuando uno se atreve a salir de su círculo de comodidad, de sus costumbres diarias, de su rutina de todos los días, y explora lo desconocido para hacer cosas diferentes, entonces es cuando en verdad empieza a liberar su verdadero potencial humano, es cuando empieza a ser diferente, a cambiar y a notar los verdaderos resultados de sus esfuerzos, es cuando empieza a implementar el autodominio y el dominio de todas las cosas que le rodean.
“Un viaje de mil kilómetros comienza con un solo paso.” Lao Tzu

La próxima semana veremos cómo podemos llevarlo a cabo de forma concreta.


viernes, 15 de febrero de 2013

Siempre se ha hecho así.


 Hoy os dejo este  cuento que me parece oportuno tener a mano para no olvidarlo en muchas situaciones de nuestras vidas.

Que tengáis un buen fin de semana

Siempre se ha hecho así.
“Cierto día, un becerro tuvo que atravesar un bosque virgen para volver a su pradera. El animal abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, subiendo y bajando colinas.

Al día siguiente, un perro que pasaba por allí usó ese mismo sendero para atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero, jefe de un rebaño, que viendo el espacio ya abierto hizo a su rebaño seguir por allí.

Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese mismo sendero: entraban y salían, giraban a la derecha y a la izquierda, descendían, se desviaban de los obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían nada para crear una nueva vía.

Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en una amplia carretera donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas, obligados a recorrer en tres horas una distancia que podría realizarse en treinta minutos, si no hubieran seguido la vía abierta por el becerro.

Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle principal de un poblado y, finalmente, en la avenida principal de una ciudad. Todos se quejaban del tránsito, porque el trayecto intrincado era el peor de todos.

Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se reía al ver que los hombres tienen esa ciega tendencia rutinaria a seguir la vía que ya está abierta, sin preguntarse si habría acaso una mejor opción o camino. Tal vez hubiesen descubierto otros paisajes más bellos.”



viernes, 8 de febrero de 2013

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

Todavía recuerdo a mi madre repitiéndome esa frase…
A nuevos tiempos nuevas palabras. Seguro que han oído hablar de la procrastinación, sí suena un poco fuerte, pero en el fondo no es otra cosa que el hecho de posponer las cosas para hacerlas más tarde.

A todos nos ha ocurrido experimentar resistencia ante una tarea árdua o complicada que requiere de toda nuestra atención cuando no estamos muy  predispuesto a ello, aunque sabemos que tarde o temprano tendremos que hacerlo o entregar ese trabajo. Finalmente, se nos echa el tiempo encima y cuando nos ponemos a ello aún a regañadientes,  nos damos cuenta de que no era para tanto…

El problema de posponer tareas está en que al amontonarse el trabajo, esa tarea que hemos ido relegado a más tarde, se convierte en una fuente de estrés que no deja de recordarnos lo que tenemos voluntariamente pendiente, interfiriendo seriamente en nuestro trabajo y demás actividades.

Es evidente que la vida sería más sencilla si hiciéramos las cosas cuando toca en lugar de procrastinar las tareas con su consiguiente efecto de tensión. De esta forma podríamos resultar más productivos y eficientes en nuestro trabajo y en nuestra vida en general.

Personalmente tengo por norma hacer primero lo fácil, con ello me refiero a resolver los asuntos que requieren poco tiempo y se pueden ir resolviendo sobre la marcha, por ejemplo,  responder  a vuelta de correo electrónico los mails que se van recibiendo.

Otras estrategias que uso son las siguientes:
Elaborar listas de tareas  según el grado de  prioridad o urgencia.
Si es posible dividir la tarea cuando ésta es muy compleja en varios pasos creando así una  sub-lista de tareas sencillas

Por supuesto que pocuro evitar distracciones mientras realizo la tarea, esto  consiste en :
·   Desconectarme de Internet
·   Apagar el teléfono o tenerlo alejado y en silencio
·   Preparar previamente todo el material que puedo necesitar para hacer el trabajo

Trabajar por períodos de tiempo de manera constante y concentrada, durante unos 25 o 30 minutos, tomando un descanso de 5 minutos a término de ese tiempo.

Motivarse: tener en mente la sensación de bienestar o tranquilidad que vamos a obtener cuando  completemos la tarea.

Todo esto forma parte de hábitos de organización que he descrito en varias anteriores entradas en este blog y que si los seguimos, poco a poco van a ayudarnos a modificar nuestra forma de pensar, llevándonos a ser más eficientes, perseverantes y sentirnos más relajados, disponiendo de más tiempo para aquellas cosas que nos encanta hacer por puro placer.




viernes, 1 de febrero de 2013

10 sugerencias sencillas para mejorar nuestra Salud Mental (2)


1)    Aprender a distinguir entre aquello que nos hace sentir bien ahora mismo y aquello que nos hará sentir mucho mejor más adelante. A menudo nos empeñamos en luchar por conseguir  algo que nos produce  un placer inmediato, sin  pensar en lo que queremos realmente. Está comprobado que cuando logramos demorar la gratificación, nuestra satisfacción es mayor.

2)    Abrir el abanico de posibilidades o plantearse ambas cosas. Con relación al punto anterior cabe sin embargo otra posibilidad. En nuestra cultura occidental ante una decisión, con frecuencia pensamos que hay que elegir entre una u otra opción, sin embargo, también nos podemos plantear quedarnos con ambas, para ello la pregunta es : ¿Cómo puedo tener, o hacer las dos cosas a la vez?

3)    Descubrir las formas que tenemos de auto-sabotearnos. Todos tenemos ideas negativas con respecto a nosotros mismos que se  instalaron en nuestra psique en una edad temprana en la que nos costaba mucho distinguir lo auténtico de lo falso. Si queremos  alcanzar nuestras metas, debemos sacar a luz esas ideas autodestructivas y después de comprobar que esos mensajes son falsos, deberemos deshacernos de ellos, no reprimirlos, sino soltarlos simplemente reconociendo su falsedad y/o dejar de ampararnos en ellos para ir un poco más allá de nosotros mismos.

4)    Aceptar a los demás tal y como son. No podemos cambiar a los demás y si lo intentamos solo conseguiremos frustración. Debemos aceptar que cada uno es libre de elegir la vida que quiere vivir y la forma en la que quiere hacerlo. Si nos sentimos molestos por la forma de ser o de actuar de alguien de nuestro entorno, procuremos en la medida de lo posible, simplemente limitar nuestros contactos con esa persona.

5)     Procurar plantearse metas de forma que estas presenten cierto grado de dificultad siempre y cuando sean realistas y alcanzables. Si nos fijamos metas demasiado fáciles, podemos llegar a aburrirnos y si son demasiado difíciles podemos llegar a darnos por vencidos. Es esencial para  alcanzarlas encontrar el punto adecuado.

Siguiendo estos consejos básicos conseguiremos  una buena salud mental.