viernes, 27 de enero de 2012

¡Tenemos varios cerebros!


La ciencia neurológica nos revela hoy que la inteligencia está distribuida por todo el cuerpo, según revela el trabajo del investigador Robert K. Cooper. Siempre que tenemos una experiencia esta no va directamente al cerebro para poder reflexionar sobre ella, sino que primero llega a las redes neurológicas de la región intestinal y del corazón. Puede parecer extraño, pero así es, en el intestino y en el corazón tenemos células nerviosas ó neuronas que ejercen una función muy similar a las de nuestro cerebro. ¡El segundo cerebro es el del intestino y el tercero el del corazón!

Según el Dr. M. Gershon, especialista en la nueva ciencia de la neurogastroenterología y autor de “El segundo cerebro”, el circuito de neuronas o redes celulares que se localiza en nuestro intestino funciona independientemente para recordar, aprender e influir sobre nuestras percepciones y conductas. Cualquier experiencia vivida crea un “sentimiento intestinal” que se manifiesta en hormigueo o nudo en el estómago, sentimos con las tripas, aunque a menudo pasa desapercibido por falta de atención, y porque nuestro umbral de percepción no está acostumbrado a captarlo o relacionarlo, hasta que el aviso es lo suficientemente fuerte para obligarnos a reparar en ello.

El corazón tiene igualmente células nerviosas unidas por una red de neurotransmisores*, con un tamaño similar al de varias áreas de nuestro cerebro craneal, su campo electromagnético es mucho más potente que el del cerebro y es medible hasta unos 3 m de distancia y también actúa independientemente. Aprende, recuerda y responde con sus propias respuestas ante las situaciones de la vida. Además tiene ciertas habilidades como la intuición, que viene a confirmar por la medicina occidental, lo que las antiguas culturas orientales nos enseñan con la meditación, de que el ritmo del corazón puede alterar la efectividad del pensamiento cerebral. Se está demostrando en investigaciones que el ingenio, la iniciativa y la intuición nacen del corazón. Este cerebro además está más abierto a la vida en busca de una comprensión nueva e intuitiva de lo que más importa a la persona, es muy probable que en él resida gran parte de la llamada “inteligencia emocional”, como la empatía, la conciencia emocional de uno mismo, el optimismo, la iniciativa, la vocación de servicio, la alegría, la inspiración, la confianza en uno mismo y en la vida.

Pero para tomar conciencia de ello hay que estar atentos, saber mirar y escuchar las señales tanto de nuestro cuerpo como de nuestro corazón para poder sacar a la luz todos estos tesoros y disfrutarlos. Desde ahí podemos empezar a cambiarnos individualmente, ya que sólo así conseguiremos cambiar el mundo… Para ello no hay atajos, ni pócimas mágicas… las herramientas necesarias son las de siempre… voluntad, paciencia, perseverancia y responsabilidad. Animo el viaje merece la pena…

*Los neurotransmisores son moléculas de sustancias químicas que se producen en el cerebro ante un impulso nervioso y que permiten la conexión de las neuronas entre si para crear nuevos impulsos nerviosos.


viernes, 20 de enero de 2012

Heridas

La vida de las personas no siempre es un camino de rosas. Desgraciadamente en algunos casos, hay personas que sufren situaciones terribles que les dejan una profunda huella de por vida.

Ese sufrimiento o ese dolor cuya huella y se instala en lo más hondo de su mente generando emociones y sentimientos de rabia u odio, que alimenta a lo largo de los años unos procesos degenerativos que van afectando al cuerpo creando todo tipo de enfermedades que además de causar aún más dolor, ahora en lo físico, van poco a poco destruyendo a la persona, culminando así el daño que se inicio muchos años atrás.

De sobra sabemos que no podemos cambiar el pasado y que el futuro está por venir o debería decir por crearse y lo único que podemos hacer es procurar en el presente configurar día a día ese futuro, tratando de darle en la medida de lo posible, una forma satisfactoria.

Para ello, lo único que se puede hacer es tomar conciencia de la situación que os causa el daño y poner todo el empeño en sacar el odio y la rabia interiorizados ya que de seguir manteniéndolo la persona sigue sufriendo igual que en el aquel momento en que fue inicialmente herida.

Siempre que hay apego hay miedo a perder algo o alguien, ya sea algo positivo o algo negativo de esta forma en algún momento la victima pasa a ser su propio verdugo y es incapaz de salir de una relación destructiva manteniéndose en una huida hacia delante. A veces también puede llegar a pensar que si deja de odiar puede estar traicionándose a si mismo y mantiene el apego. Por eso el primer paso está en tomar conciencia de ello para poder llegar a perdonar o a perdonarse, ya se que no es nada fácil, pero hay que intentarlo si se quieren recuperar las ganas de vivir y disfrutar de las nuevas oportunidades que les ofrece la vida.

Existen técnicas de psicología que ayudan a superar traumas profundos vividos en la infancia, como por ejemplo la técnica de EMDR que utilizo en las sesiones de psicoterapia y que da excelentes resultados. No obstante en algunos casos el daño es tan grave que llegado a afectar a la estructura mental y no siempre se puede aplicar esta magnífica técnica. En esos casos tenemos que dar mucho apoyo a esa persona y enseñarle alguna técnica para que consiga sacar esa rabia y ese odio que perpetua su sufrimiento y le está matando.

Una forma de sacarlo puede consistir en ayudarle a expresarlo de alguna manera que le resulte factible, ya sea mediante ejercicios físicos, mediante la escritura, el dibujo o la pintura, o incluso la música. Poco a poco la persona se va vaciando de la rabia y el odio que deja de alimentar la herida y permite que está empiece a sanar. Empieza a cambiar su forma de pensar, va toma plena conciencia a niveles profundos de que ya no existe aquel peligro inicial o dependencia y ya no necesita seguir odiando ni sentir miedo, solo entonces desde ese punto de lucidez y aceptación, puede iniciarse una curación.

Debemos darnos cuenta del poder de nuestra mente que puede tanto generar bienestar como crear muchísimo dolor e infelicidad en nuestras vidas, según como reaccionamos ante las situaciones que nos ocurren; podemos elegir qué hacer: obsesionarnos con ellas y perder tiempo y energía, o pasar página y concentrarnos en otras que realmente nos satisfacen.

Conviene por lo tanto estar alertas para mantener siempre una actitud positiva y evitar cualquier forma de intoxicación de tipo mental, emocional o físico que produce miedo y que puede conducirnos a la depresión, la desesperación o alguna enfermedad física. Debemos esforzarnos por tratar de darle la vuelta por difícil que pueda parecernos ya que esa será siempre nuestra mejor medicina.

viernes, 13 de enero de 2012

Más minimalismo


Creo que ya he comentado en este blog que en tiempos de crisis un buen remedio consiste en desarrollar una mentalidad minimalista. Ya sabemos que no podemos dejar de consumir, sin embargo en estos tiempos no nos queda más remedio que consumir lo que realmente necesitamos.

La filosofía minimalista nos enseña que podemos vivir mejor utilizando las herramientas o lascosas que nos permitan hacer lo que tenemos que hacer y disfrutar de nuestra vida, evitando un consumismo excesivo. No me malinterpreten. Me refiero a que no es malo comprar y consumir aquello que necesitamos realmente, si podemos permitírnoslo claro, pero no andar cambiando por capricho cada año, aquellas cosas que utilizamos habitualmente y que están perfectamente operativas, tratemos de alargarles un poco la vida.

También en esta línea minimalista podemos centrarnos en las pequeñas cosas, fomentar actitudes sencillas, por ejemplo, evitando coger el coche para hacer aquellos recorridos que podemos hacer caminado, además así hacemos ejercicio, que es muy sano. Hacer como se hacía antes, hace un par de generaciones, evitar comprar a plazos, siempre que es posible y sobretodo no caer en la tentación de todo lo que nos quieren vender con la publicidad. En una palabra, usar el sentido común elaborar presupuestos y no gastar más de lo tenemos, ya que al parecer esa actitud según nos dicen los entendidos, es lo que ha motivado la crisis… A mi modo ver puede que haya algo de razón en ello, aunque por supuesto no se trata solo de eso.

Existe además un factor no sólo ecológico sino también humanitario para ser minimalista y está en que la mayor parte de los productos o aparatos que consumimos ahora (teléfonos, tabletas, ordenadores, Ipods, etc…) están construidos con materiales bastante escasos. Hace poco leía sobre el tristemente famoso “coltan” que es un mineral que sirve para la elaboración de todos estos productos y que se encuentra en su mayor parte en Africa. Sin embargo, en lugar de dar la oportunidad de salir de la pobreza a este tan maltratado y sufrido continente, parece que la producción de dicho mineral lo está hundiendo más aún si cabe, en la miseria, fomentando guerras, hambrunas y sufrimiento, ya que las empresas que compiten por la compra del mineral fomentan esta situación para poder ser competitivas en los mercados del primer mundo y empujarnos a comprar sus productos, cambiando cada año de móvil u otros aparatos por el estilo. De esta forma, por desconocimiento, somos cómplices de que se mantenga esta situación.

En la era de Internet considero que más que nunca podemos ser minimalistas. Se suponía que con los ordenadores se iba a reducir el consumo de papel y no es así, se siguen talando muchos árboles porque aún se necesita acumular y saturarse de impresos en lugar de aprender a usar adecuadamente las herramientas informáticas de que disponemos para organizar el trabajo y evitar el caos. El minimalismo tiene mucho que ver con ser consciente, es decir, comprender el alcance de nuestras decisiones.

El minimalismo no implica el dejar de consumir, sino de aprender a consumir mejor de una forma consciente, comprando solo aquello que necesitamos, dando otro uso a lo que no necesitamos, regalándolo, cambiándolo o vendiéndolo, y de esa manera poder aprovechar mejor los recursos de que disponemos para hacer otras cosas que nos produzcan satisfacción sin ocupar lugar. Podemos emplearlos en aprender un idioma, hacer música o cualquier otro arte, centrarnos en nuestro crecimiento personal, etc… y también podemos viajar o invertirlo pensando en el futuro.

“No es mas rico el que más tiene sino el que menos necesita”.


viernes, 6 de enero de 2012

Un año más ponemos el contador a cero

Empezamos un año más y no viene mal hacer balance de lo que ha sido para cada un@ el año anterior. Podemos ver por donde vamos con los proyectos que iniciamos hace un año o más, si fueron a más largo plazo, los éxitos y también los fracasos. La satisfacción/frustración conseguida y sobretodo lo que hemos aprendido. Si, eso es lo más importante, mucho más que los éxitos o los fracasos que hayamos podido tener, ¿qué hemos aprendido con estas nuevas experiencias?

Una vez realizado este ejercicio plantearnos nuevos retos y proyectos para este año. ¿Que sueños decides realizar en los próximos 12 meses? ¿Porque se trata de eso, no? De realizar tus sueños, pues nada hay más satisfactorio, inspirador, motivador y generador de autoestima y autoconfianza que la realización de un sueño personal.

También puede que decidas aprovechar el inicio de un nuevo año para cambiar algún hábito, alguna costumbre o incluso una forma de vida completa. Iniciamos un nuevo ciclo así que vete pensando en cual es tu Proyecto 2012, ¿cómo quieres que sea este nuevo año?. No te preocupes por lo que digan los demás, ni por las previsiones pesimistas, tu sigue tu camino, nunca se sabe cuando, ni donde puede surgir la oportunidad, hay que estar preparad@ y cazarla al vuelo… Animo y manos a la obra!

¿Cómo se hace?

1.- Empieza por anotar todo aquello que quieres realizar durante este año, lo que quieres hacer, o dejar de hacer y lo que más te conviene. Trata de ser lo más realista posible y anota todo lo que se te ocurra.

2.- En una libreta anota tus propósitos para el 2012, escribe por orden de importancia los que hayas elegido (hacer ejercicio, perder peso, aprender un idioma o iniciar una formación, viajar a…, etc…) Es mejor que elijas solo unos pocos para no agobiarte y mantenerte firme en tus propósitos; procura también que sean cosas que realmente puedas hacer.

3.- Ahora elabora la lista de los pasos necesarios para conseguirlo. Establece también fechas concretas para hacer cada una de las cosas que te propones (Ej.: ir al gimnasio, a la piscina o a caminar, qué días, a qué horas, visitar gimnasios o piscinas más cercanas a la casa o al lugar de trabajo para ver horarios y hacer inscripción, o bien ver recorridos de una duración determinada para caminar; comprar ropa adecuada, quedar con algún acompañante, etc. En el caso del ejercicio procura que sea algo lúdico y divertido ya que si te lo planteas como un castigo no duraras mucho… sobretodo, no lo olvides, ¡quiérete!.

Repite la operación para cada uno de los propósitos creando así un proyecto claro y concreto. Posteriormente ya irás encajando las distintas actividades en función de los horarios para que te resulte cómodo y factible sin ser fuente de stress.

4.- Utiliza tu agenda o los avisos de recordatorio del móvil para no olvidarte de nada cuando te lances y empieces a realizar tus propósitos.

5.- No olvides hacer un seguimiento para comprobar los resultados y ver en que medida se están cumpliendo tus metas (Ej. Si has mantenido el ritmo de asistencia al gimnasio, o a caminar a lo largo del mes, las veces que no lo has hecho y qué te lo ha impedido, anotar la pérdida de peso al final de cada mes, etc..)

“Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso”