viernes, 26 de agosto de 2011

Atención

¿Cómo funciona la atención? ¿Podemos prestar atención a dos cosas a la vez? ¿Somos conscientes de lo que ocurre en la realidad?

Os propongo realizar esta prueba, mirad el video que se encuentra a continuación. Se os pide contar los pases de balón que realizan los jugadores de blanco, pongan mucha atención.

¿Que tal os sentís después de esta prueba? Hay que verlo para creerlo… Me imagino que os habéis quedado algo desconcertados. Al concentrarnos en los pases no vemos nada más… por muy extraño e inesperado que sea cualquier otro hecho, no lo vemos. Pues si, así ocurre con más de la mitad de las personas, cuando estamos concentrados en una cosa nos resulta muy difícil ver lo que ocurre alrededor. Cuando tenemos claro lo que buscamos no nos damos cuenta de lo nuevo o inesperado. Entendéis ahora lo fácil que resulta equivocarnos, confundirnos, del poder de la ilusión que nos impide ver lo que ocurre en la realidad a nuestro alrededor…

Esto ocurre muchas veces cuando nos obsesionamos con algo, parece que lo vemos en todas partes y nos asusta, sin embargo no vemos otras cosas totalmente nuevas e inesperadas que ocurren al mismo tiempo.

Conviene reflexionar seriamente sobre nuestra forma de ver y percibir la realidad y las consecuencias que ello puede acarrear en muchos aspectos de nuestra vida. Cuando una persona está muy deprimida solo ve a su alrededor situaciones dramáticas y desesperanzadas, pero en cuando conseguimos romper ese cerco, empieza a despertar, a darse cuenta de hay otra vida diferente más positiva y de que es real.

Esta forma de ceguera atencional, que hemos visto en el experimento anterior puede ayudarnos también a ver cómo se ha producido la gran desconexión cultural entre la capacidad para reconciliar los grandes cambios de la era digital con los convencionalismos y hábitos en todos los aspectos de la sociedad, especialmente en la enseñanza y el mundo del trabajo que han quedado ya obsoletos.

La autora de este experimento, la neurocientífica Cathy Davidson también lo utiliza para ejemplificar la resistencia al cambio que vivimos, nos dice: “Mientras nos centremos en el objeto que conocemos olvidaremos lo nuevo, lo que necesitamos conocer. El proceso de desaprender para volver a aprender precisa de un nuevo concepto del mismo conocimiento, que es un proceso y no un objeto, que no debería ser un nombre sino un verbo en cambio constante.”

Este tipo de experimentos debería ser utilizado como punto de referencia para examinar la naturaleza y evolución de la atención, la necesidad de ir adaptándonos cada vez más a nuevos métodos, a nuevos paradigmas, ser más creativos y desarrollar más nuestro hemisferio derecho.

· Video del experimento del gorila invisible de Daniel J. Simons.

viernes, 19 de agosto de 2011

Recuerdos de vacaciones




Es tiempo de vacaciones, de viajes, de aventuras… con frecuencia nos encontramos con un par de problemáticas, una antes de salir : ¿que equipaje me voy a llevar? y la otra cuando ya estamos en el lugar de destino ¿que voy a comprar?.

Con los tiempos y las nuevas normas que nos encontramos en los vuelos, considero que en estos temas debemos mas que en cualquier otra circunstancia, debemos ser minimalistas. Por experiencia después de darme cuenta año tras año que de nada sirve llenar la maleta de ropa que luego ni me pongo y harta de que me pierdan las maletas en los aeropuertos, he ido reduciendo cada vez más el equipaje. Finalmente he opto por la máxima comodidad un par de zapatos muy cómodos y fácilmente adaptables cualquier indumentaria y otro par más adaptado a alguna ocasión especial junto un pequeño bolso de mano, el resto suele ser ropa cómoda y adaptada a la temporada y el lugar de destino, ropa que se pueda combinar entre sí y una pieza más de vestir. Siempre llevo un chubasquero que ocupa poco sitio y suele sacarme de un apuro, un set de aseo con las dosis calculadas para los días del viaje, en pequeños frascos de plástico para no llevar los botes originales, un set de medicinas de urgencia (aspirinas, Alka Seltzer, tiritas, etc…), todo ello tiene que caber en un trolley de los que van en cabina. Aparte llevo un gran bolso de mano con lo indispensable de diario con el teléfono, la documentación, una bolsita de aseo y maquillaje y donde pueda ir también el netbook , la cámara de fotos y los artilugios indispensables para la misma. De esta forma se acabó el facturar y las posteriores pérdidas de tiempo para recoger el equipaje.

Durante el viaje me encanta patear las ciudades que visito o re-visito, buscando lugares nuevos, con solera y sobre todo museos, templos de todo tipo, disfruto de la comida del país, de sus olores, de sus sonidos, todo lo que es diferente, me gusta sentir el lugar... Me encanta acoplarme al ambiente, conocer las costumbres del país. Debo decir al respecto, que antes de salir de viaje me preparo investigando lugares, costumbres, historia, horarios, etc… para evitar sorpresas y también me gusta aprender cosas hablando con las gentes del país. Siempre que puedo visito alguna cosa curiosa que se salga de los circuitos turísticos habituales y sobre todo saco muchas, muchas fotos, son como pedacitos de recuerdos que refrescan mi memoria y que me permiten revivir todo el viaje cuando las veo de vuelta a casa.

Otro tema importante es el de las compras, por todas partes las tiendas de souvenirs están omnipresentes, a menudo con objetos de dudoso gusto y además hay ciudades donde la fama de compras a precios muy baratos parecen obsesionar a algunos que compran por comprar muchas cosas que nunca van a usar. Creo que lo mejor es llevar una lista de lo que realmente necesitamos. Tener en mente un presupuesto y tratar de comprar lo imprescindible o aquello que llama especialmente la atención. Esta práctica me resulta útil, teniendo en cuenta que no llevo mucho espacio donde almacenarlo, además procuro demorar las comprar por unos día y a veces me ocurre que aquello que me pareció fabuloso el primer día, al cabo de un par de días, ni lo recuerdo….

La verdad es que los mejores recuerdos me gusta llevármelos puestos, un espectáculo, una comida en un buen restaurante, una visita a algún lugar especial, una conversación con lugareños, un atardecer desde un punto mágico… En resumen, lo mejor del viaje son las experiencias que siempre quedarán en nuestro corazón.

viernes, 12 de agosto de 2011

Siglo XXI

Suena casi a ciencia ficción, pero ya estamos en él, ya hemos recorrido más de una década y muchas cosas en cambiado en nuestro quehacer diario, marcando un camino en el que la tecnología dicta la mayor parte de las direcciones a seguir. Para sobrevivir, no nos queda más remedio que adaptarnos, adquirir nuevas habilidades y competencias que conviene conocer.

Según Andrés Schuschny , (Físico y Economista, Investigador de la Comisión de America Latina en las Naciones Unidas) y en base a los estudios del Instituto para el Futuro (IFTF) surgen seis fuerzas o factores motivadores de cambios que son :

1. La longevidad extrema: El aumento de la esperanza de vida a nivel global cambiará la naturaleza de lo que es una carrera en el mundo laboral y las formas de emprender cualquier iniciativa vinculada con el aprendizaje.

2. La aparición de las máquinas y sistemas inteligentes: La automatización en el lugar de trabajo hará que “los trabajadores humanos” dejen de realizar tareas rutinarias y repetitivas.

3. La consolidación de un mundo informatizado: La cada vez más creciente presencia de sensores y el poder ilimitado del procesamiento transformarán al mundo en un sistema programable.

4. La nueva ecología de los medios de comunicación: Que requiere de nuevas alfabetizaciones comunicacionales que van más allá del mero texto.

5. La presencia de organizaciones superestructuradas: Las tecnologías sociales movilizarán nuevas formas de producción y creación de valor.

6. Un mundo globalmente conectado: Que incrementa la interconectividad global poniendo a la diversidad y la adaptabilidad en el centro de las operaciones de todas las organizaciones.

Estos factores darán lugar a nuevas habilidades o competencias necesarias como :

1. Dar sentido: es la capacidad de determinar el significado de lo que se expresa.

2. Inteligencia social: es la habilidad de conectar con los demás de una manera profunda y directa, para detectar y estimular las reacciones e interacciones que se desee.

3. Pensamiento adaptativo y novedoso: Es la habilidad de pensar y encontrar soluciones y respuestas más allá de lo que la memoria dicta o basándose en reglas.

4. Competencias transculturales: Es la capacidad de operar en diferentes ambientes culturales.

5. Pensamiento informatizado: La habilidad de traducir grandes cantidades de datos en conceptos abstractos y comprender los datos basados en el razonamiento.

6. Alfabetización en “nuevos” medios: Es la capacidad de evaluar críticamente y desarrollar contenidos que utilizan nuevas formas de comunicación, y aprovechar estos medios para la comunicación persuasiva.

7. Transdisciplinariedad: es la alfabetización y capacidad para entender conceptos a través de múltiples disciplinas convergentes o no.

8. Mentalidad orientada al diseño (Design Mindset): es la capacidad de visionar, representar, desarrollar tareas y procesos de trabajo para los resultados deseados.

9. Gestión de la carga cognitiva: Entendida como la capacidad de discriminar y filtrar la información por orden de importancia, y para entender cómo aprovechar al máximo el funcionamiento cognitivo mediante una variedad de herramientas y técnicas.

10. Colaboración virtual: O sea la capacidad de trabajar de manera proactiva, manteniendo el compromiso, y demostrando la presencia como miembro que forma parte de un equipo virtual.

Todo un reto para los individuos, las instituciones educativas, las empresas y los gobiernos. Las personas tendrán que demostrar que tienen la habilidad de navegar en entornos configurados por el cambio constante. Cada vez más, serán evaluados, en forma continua acerca de estas habilidades. Los trabajadores en el futuro tendrán que saber adaptarse y convertirse en estudiantes de por vida. Las instituciones educativas y las empresas deberán estar atentas a los cambios del entorno y adaptarse a ellos. Los gobiernos tendrán que responder a esos cambios adoptando un papel de verdadero liderazgo que tenga como prioridad a la Educación Nacional.

Muchos los desafíos se avecinan, pero ¿están los dirigentes a la altura? A la vista del descontento manifestado por los movimientos populares por todo el mundo, pidiendo cambios en ese sentido, no parece que así sea…

viernes, 5 de agosto de 2011

Generación sin nombre

Hoy deseo reflexionar sobre la generación de los que nacieron hacia la mitad del siglo pasado. Es una generación “bisagra”. Han nacido de las penurias de las postguerras europeas, conocido la ilusión y el estallido del Mayo 68 en su adolescencia o juventud, y pasado a la madurez en un vertiginoso torbellino de desarrollos y avances sociales y tecnológicos como jamás se habían vistos anteriormente en la historia de la humanidad, teniendo que adaptarse continuamente a los cambios drásticos que iban apareciendo en sus vidas y su medio ambiente.

Todas esas experiencias les han curtido y ha dado lugar a una generación de personas que rondan ahora los 60 años, una edad en la que sus padres ya eran considerados como ancianos, tenían estilo de vida de ancianos y solían asumir que ya se les acababa la vida. Sin embargo, ellos no se ven así. De hecho cuando se miran al espejo a pesar de la huellas del tiempo, se reconocen y se aceptan, porque tienen claro todo lo vivido aunque no se identifican con las personas de esa edad tal y como fueron hasta hace bien poco. Ellos son por lo general curiosos, activos y no se han estancado.

En su mayor parte son personas que se han hecho a si mismas, han sabido provechar las oportunidades que ofrecían los cambios, sienten satisfacción con sus vida, han aprendido a cuidarse mediante la alimentación y el ejercicio. Aprecian y valoran la juventud, pero no la añoran. Se relacionan con éxito con las demás generaciones, sin complejos. Saben que les queda aún mucho por hacer y posiblemente, según las estadísticas de esperanza de vida, más de un cuarto de siglo aún por vivir, por disfrutar de nuevas experiencias, y sobretodo muchas cosas que aprender.

Es una generación cargada de experiencias, acostumbrada a adaptarse a situaciones novedosas y/o ambigüas. La mayor parte son luchadores natos, han tenido la oportunidad de estudiar, han hecho carrera en empresas o creándose una actividad autónoma, sacrificando la seguridad, arriesgándose y descubriendo su capacidad para desenvolverse con sus talentos peculiares que han ido desarrollando, consiguiendo con frecuencia mayor satisfacción con los servicios que han prestado a la sociedad. En general, tienen un buen nivel cultural y son capaces de disfrutar de la vida, de moverse y desenvolverse por el mundo.

Pensando en esa generación, a la que no tiene sentido llamar viejos, porque muchos tienen más inquietudes y energía que algunos jóvenes desanimados y desencantados por el futuro que les auguran. A esa etapa de la vida, por ser el mejor momento de su madurez, disfrutando una segunda adolescencia, pero esta vez concientes de lo que pasa, se me ocurrió que no estaría mal llamarla madurescencia