viernes, 5 de agosto de 2011

Generación sin nombre

Hoy deseo reflexionar sobre la generación de los que nacieron hacia la mitad del siglo pasado. Es una generación “bisagra”. Han nacido de las penurias de las postguerras europeas, conocido la ilusión y el estallido del Mayo 68 en su adolescencia o juventud, y pasado a la madurez en un vertiginoso torbellino de desarrollos y avances sociales y tecnológicos como jamás se habían vistos anteriormente en la historia de la humanidad, teniendo que adaptarse continuamente a los cambios drásticos que iban apareciendo en sus vidas y su medio ambiente.

Todas esas experiencias les han curtido y ha dado lugar a una generación de personas que rondan ahora los 60 años, una edad en la que sus padres ya eran considerados como ancianos, tenían estilo de vida de ancianos y solían asumir que ya se les acababa la vida. Sin embargo, ellos no se ven así. De hecho cuando se miran al espejo a pesar de la huellas del tiempo, se reconocen y se aceptan, porque tienen claro todo lo vivido aunque no se identifican con las personas de esa edad tal y como fueron hasta hace bien poco. Ellos son por lo general curiosos, activos y no se han estancado.

En su mayor parte son personas que se han hecho a si mismas, han sabido provechar las oportunidades que ofrecían los cambios, sienten satisfacción con sus vida, han aprendido a cuidarse mediante la alimentación y el ejercicio. Aprecian y valoran la juventud, pero no la añoran. Se relacionan con éxito con las demás generaciones, sin complejos. Saben que les queda aún mucho por hacer y posiblemente, según las estadísticas de esperanza de vida, más de un cuarto de siglo aún por vivir, por disfrutar de nuevas experiencias, y sobretodo muchas cosas que aprender.

Es una generación cargada de experiencias, acostumbrada a adaptarse a situaciones novedosas y/o ambigüas. La mayor parte son luchadores natos, han tenido la oportunidad de estudiar, han hecho carrera en empresas o creándose una actividad autónoma, sacrificando la seguridad, arriesgándose y descubriendo su capacidad para desenvolverse con sus talentos peculiares que han ido desarrollando, consiguiendo con frecuencia mayor satisfacción con los servicios que han prestado a la sociedad. En general, tienen un buen nivel cultural y son capaces de disfrutar de la vida, de moverse y desenvolverse por el mundo.

Pensando en esa generación, a la que no tiene sentido llamar viejos, porque muchos tienen más inquietudes y energía que algunos jóvenes desanimados y desencantados por el futuro que les auguran. A esa etapa de la vida, por ser el mejor momento de su madurez, disfrutando una segunda adolescencia, pero esta vez concientes de lo que pasa, se me ocurrió que no estaría mal llamarla madurescencia


2 comentarios:

  1. "madurescencia" me parece acertada la palabra.
    La adolescencia del Mayor.

    ResponderEliminar
  2. Je suis d'accord avec Chema "madurescencia"c'est a dire que nous avons eu une adolescence où nous découvrions des nouvelles choses et nous avons mûri alors que nos parents n'avaient pas c'est pour ça qu'a notre âge ils étaient déjà plus vieux.
    Une grosse bise.

    ResponderEliminar