viernes, 26 de septiembre de 2014

Haciendo de nuestra vida un arte

Cuando observamos a nuestro alrededor, nos damos cuenta que algunas personas tienen una vida mejor que otras, no me refiero aquí al nivel material exclusivamente, sino a su calidad de vida.

Encontrar calidad de vida es todo un arte que requiere cultivar ciertas cualidades como la apertura mental, la curiosidad, la confianza, la aceptación y cierta capacidad discriminatoria para  ver la realidad tal y como es sin autoengaños.

Todo esto nos conduce a poner en práctica unas capacidades que nos acercan a un nivel de excelencia que nos puede permitir conseguir que nuestra vida se convierta en una obra de arte.

Algunas de estas capacidades  que podemos ir desarrollando son :

La compasión : en lugar de sentirnos enfadados o frustrados, podemos ver el dolor de los demás y compartirlo, en el más puro sentido de la palabra y esta compasión también la puede uno aplicar a sí mismo.

La gratitud : La vida nos deja siempre algo bueno, aunque a veces disfrazado… busquemos ese lado bueno de la vida y sintámonos agradecidos en lugar de quejarnos.

El riesgo con “alegría expectante” : Con esto me refiero a esos momentos en los que experimentamos una mezcla de alegría y cierto temor, cuando hacemos algo que nos obliga a salir de nuestra “zona de seguridad” poniéndonos en la tesitura de  sentirnos muy motivados, pero también enfrentándonos a la posibilidad de  que algo falle. Como cuando nos atrevemos a realizar un sueño.

Salir de nuestra zona de seguridad. Ese estado o circunstancias que nos mantienen en la jaula de oro de la seguridad, el preferir lo malo conocido antes que lo bueno por conocer, que nos limita y nos asfixia. Intentemos salir de esa zona de seguridad, superando el malestar que nos produce, dando pequeños pasos hacia aquello que nos llama.

Vivir el presente. Esto suena muy bonito pero no es nada fácil. Intente mantenerse durante un solo minuto sentado con los ojos abiertos y atento a todo lo que ve y oye, evitando que su mente  se vaya por las ramas. Si consigue mantener su mente a raya o bien tiene practica en el ejercicio de la Consciencia Plena (Mindfulness) o no se ha dado cuenta de que su mente se iba…

Las relaciones son muy importantes. Todo aquello que tenemos, que hacemos, que pensamos no es nada sin las relaciones, estas son la fuente de todas nuestras posibilidades de experiencia y crecimiento en la vida.

Evitar crearnos expectativas y prejuicios. Esto es una fuente de insatisfacción que nos impide vivir las cosas tal y como son, perdiendo  muchas oportunidades de todo tipo. De modo que es conveniente reconocer esas expectativas y esos prejuicios y  soltarlos antes de que hagan mella en nosotros.

Aprender a soltar. Aquí radica la esencia del arte de vivir : soltar todas nuestras expectativas, prejuicios, deseos de  tener razón, de controlar, soltar  el miedo a la inseguridad, a fallar, a aburrirnos, dejar de compararnos con los demás, de buscar todo tipo de evasiones, de sentirnos enfadados, de quejarnos… Soltar, soltar y soltar todo eso.

Pues aquí tienen la técnica del arte de vivir, ahora nos toca ponerla en práctica, pero no olviden que al igual que en las otras artes, la perfección no existe, se trata de soltar y volver a soltar, caer y volver a levantarse sin fustigarnos. El arte de vivir es el arte de mejorar.
 (Inspirado por Leo Babauta)


viernes, 19 de septiembre de 2014

La felicidad de no depender.


La historia se refiere a un individuo que se mudó de aldea, en la India, y se encontró con lo que allí llaman un sennyasi. Este es un mendicante errante, una persona que, tras haber alcanzado la iluminación, comprende que el mundo entero es su hogar, el cielo su techo y Dios su Padre, que cuidará de él. Entonces se traslada de un lugar al otro. Tal como tú y yo nos trasladaríamos de una habitación a otra de nuestro hogar.
Al encontrarse con el sennyasi, el aldeano dijo: 
"¡No lo puedo creer! 
Anoche soñé con usted. Soñé que el Señor me decía: 

-Mañana por la mañana abandonarás la aldea, hacia las once, y te encontrarás con este sennyasi errante
- y aquí me encontré con usted."
"¿Qué más le dijo el Señor?" Preguntó el sennyasi.
Me dijo: "Si el hombre te da una piedra preciosa que posee, serás el hombre más rico del mundo …
¿Me daría usted la piedra?"
Entonces el sennyasi revolvió en un pequeño zurrón que llevaba y dijo: 

"¿Será ésta la piedra de la cual usted hablaba?"
El aldeano no podía dar crédito a sus ojos, porque era un diamante, el diamante más grande del mundo.
"¿Podría quedármelo?"
"Por supuesto, puede conservarlo; lo encontré en un bosque. Es para usted."
Siguió su camino y se sentó bajo un árbol, en las afueras de la aldea. El aldeano tomó el diamante y ¡qué inmensa fue su dicha! Como lo es la nuestra el día en que obtenemos algo que realmente deseamos. 
El aldeano en vez de ir a su hogar, se sentó bajo un árbol y permaneció todo el día sentado, sumido en meditación. 
Al caer la tarde, se dirigió al árbol bajo el cual estaba sentado el sennyasi, le devolvió a éste el diamante y dijo:
"¿Podría hacerme un favor?"
"¿Cuál?" le pregunto el sennyasi.
"Podría darme la riqueza que le permite a usted deshacerse de esta piedra preciosa tan fácilmente?"
                              Autor Desconocido 
 



viernes, 12 de septiembre de 2014

Diferencias aparentes


Cuatro viajeros provenientes de distintos países

que seguían la misma ruta juntaron el poco dinero que tenían para comprar comida.
-El persa dijo: comparemos angur. 

-El árabe contestó: no, yo quiero inab. 

-El turco no estuvo de acuerdo y exclamó: de eso nada, yo comeré uzum. 

-El griego protestó diciendo: lo que compraremos será stafil.
Como ninguno sabía lo que significaban las palabras de los demás, comenzaron a pelear entre sí. Tenían información, pero carecían de conocimiento.
Pasó por allí un hombre que dijo:
-Yo puedo satisfacer el deseo de todos ustedes, denme su dinero.
Los viajeros accedieron a la solicitud del recién llegado. Al cabo de un rato, el hombre regresó con aquello que todos habían mencionado sin saber que se referían a lo mismo: uvas.
 Hay que saber escuchar y dar tiempo al espíritu para intentar entender lo que el otro nos está diciendo.


viernes, 5 de septiembre de 2014

Creando una vida mejor

 ¿A quién no le gustaría sentirse bien, tener una vida menos complicada, disponer de más tiempo para aquellas cosas que nos gustan, que nos llenan, que nos permiten ser  nosotros mismos, en una palabra que nos hacen sentirnos más felices?

Para llevar a cabo este proceso en primer lugar debemos observar y analizar todo lo que nos rodea y conforma nuestra vida diaria, así como nuestras circunstancias personales y a partir de ahí iremos intentando realizar pequeños cambios que nos permitirán ir resolviendo problemas y simplificando nuestra vida.

Veamos algunos ejemplos que pueden ser de utilidad para la mayor parte de nosotros:

Organizar nuestro mundo, básicamente poner orden en nuestra casa, nuestro lugar de trabajo. Cuando tenemos cada cosa ordenada en su sitio, es más fácil su localización y ese orden nos hace ganar tiempo y facilita que nuestra vida sea más sencilla, más relajada, haciendo que nuestra mente y nuestras ideas puedan, resultar más fluidas. Mantengamos también este orden en nuestras actividades diarias, me refiero a que después de usar cualquier aparato o hacer algo, procuremos devolverlo a su sitio y dejar las cosas como estaban evitando el caos al cabo de unos días.

Deshacernos de todo aquello que no necesitamos. Cuando no proponemos  poner orden en nuestra casa, empiezan a aparecer cosas que llevan años en los cajones y que ni siquiera recordábamos que teníamos, esa es la señal de que no las necesitamos y que ya va siendo hora de que recuperemos ese espacio regalándolas a alguien que las pueda necesitar, llevándolas a alguna ONG o vendiéndolas.

Dosificar el flujo de información que recibimos. Con las redes sociales, tendemos a estar todo el tiempo recibiendo y descargando información desde la red, esto ya está empezando a convertirse en un agobio para muchos que ya no podemos procesar adecuadamente tantos datos que en su mayor parte son irrelevantes, seamos pues selectivos y discriminemos la información que aceptamos ya que el exceso de noticias puede llegar a ser muy estresante y desestabilizador, quedémonos con lo que realmente nos interesa o necesitemos.

Realizar con frecuencia actividades que nos gustan, nos hacen sentir felices. Como por ejemplo, leer, escuchar música, ver una película, viajar, hacer fotos, tomar un café con los amigos o la familia, etc… y disfrutar de ello lo mas posible.

Evita o aléjate de las personas que te hacen sentir mal. Por muy cercanas que te sean esas personas, cuando ves que ya no puedes aguantarlas, no te cuelgues, no entres en discusiones con ellas, no busques cambiarlas o complacerlas, simplemente acepta las cosas tal y como son, de quien vienen y aléjate o ignóralas limitando al máximo tu contacto con ellas.

Dedica un poco de tiempo a conocerte mejor, practica alguna forma de  meditación, o relajación que te permita encontrarte a ti mismo y sentirte en paz, acéptate  y atrévete a expresarte tal y como eres

En la medida de tus posibilidades, ahora que te siente bien, ayuda a los demás, ahora que dispones de más tiempo, echa una mano de forma benévola a quién lo pueda necesitar, escúchalos, enséñales a encontrar su camino, anímales a avanzar, apóyales en lo que necesiten.
Todas estas cosas te irán llevando a sentirte mejor contigo mismo y con el mundo que te rodea y en ello encontrarás paz y felicidad.