En una entrada anterior hablaba
de la gente de la generación de mitad del siglo pasado, que está llegando ahora
a la edad de la jubilación, edad en la que a un@ se le considera mayor. Se
trata de una generación atípica que más que ninguna otra a lo largo de toda la
historia de la humanidad ha vivido innumerables cambios: nacieron en etapa de
postguerra con todas sus carencias, etapa conocida como la del “Baby Boom”, conocieron grandes cambios
en el desarrollo industrial con la incorporación de maquinaria especializada al
mundo del trabajo, el desarrollo de la conquista espacial, les rozó la guerra
fría, tuvieron que adaptarse a cambios sociales profundos que dieron la
oportunidad de una mayor incorporación de la mujer al mundo del trabajo, las
luchas del movimiento feminista por la igualdad de géneros, la revolución de
mayo 68, las crisis de petróleo, el desarrollo de las nuevas tecnologías, la
llegada del euro, la entrada en la era virtual entre otros y actualmente se
enfrenta a la mayor crisis económica mundial hasta ahora conocida. La mayor
parte de ellos no tuvieron teléfono, ni televisión en sus casas hasta la
adolescencia y ahora muchos manejan sus smartphones (teléfonos inteligentes),
navegan por internet, tienen correo electrónico, cuenta de Facebook y son
blogueros.
A estos mayores activos no les
preocupa demasiado llegar a viejos, se entiende que personas así no se sientan
viejos! No tienen tiempo! Llevan tantos años corriendo delante del toro de los
cambios, que no les da tiempo de contar los años que han pasado y solo caen en
ello cuando sus hijos cumplen 30 o 40 años, sorprendiéndose de lo rápido que ha
pasado el tiempo.
Las personas de esta
generación son una fuerza
social importante, saben que les
queda aún mucho que aprender, pero también tienen mucho que aportar a la
sociedad del siglo XXI, una
sociedad en crisis profunda, desorientada, de dudoso futuro y sobretodo carente
de valores morales. Ellos están bien entrenados a afrontar los cambios y pueden
ejercer una poderosa influencia en su medio ambiente, siendo solidarios,
ayudando en muchos aspectos a aquellos que por cualquier razón se han quedado rezagados o desubicados, a
ponerse las pilas, a perder el miedo de ser ellos mismos, de fallar.
Podemos ayudar y yo animo
especialmente a todos mis coetáneos y también a los más jóvenes, al igual que
lo hago yo, a que animen a todos aquellos que les rodean y que aún no se han
integrado en la sociedad digital a que lo hagan lo antes posible, enseñándoles
a usar las nuevas tecnologías, a que se apunten a unas clases de informática y
le pierdan el miedo a sentarse delante de la pantalla de un ordenador. Con ello
fomentarán su conexión al mundo, su autonomía y su autoestima, evitaran que se
conviertan en analfabetos digitales. Podrán estar más en contacto con sus
familiares desplazados a otras localidades o por el extranjero, podrán acercarse
y mantener un contacto más fluido con sus nietos, que no tienen tiempo de pasar
a visitarles, pero que están todo el día conectados en Facebook, Skype o Messenger.
Podrán volver a contactar con
viejos amigos o familiares cuya relación se fue diluyendo con el tiempo y la
distancia, serán capaces de buscar todo tipo de información, de mantener su mente
activa, de aprender un montón de cosas y sobre todo resolver muchos temas
administrativos que sólo se pueden realizar por la vía virtual, sin depender de
nadie, podrán entonces decidir y actuar por sí mismos.
Les puedo asegurar que es muy
gratificante recibir un correo electrónico de una de esas personas de más de 70
años, cuando una no se lo espera, diciendo que se ha metido en un Ciber café
para mandarnos un correo y contarnos que se lo está pasando muy bien de
vacaciones en un lugar lejano…
Pues si tienes razon los que tenemos mas de los 70años emos conocido tantos cambios que es normal de siguir adelante para aprender estas nuevas technologias es formidable.Une bise
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