Thanksgiving – Acción de Gracias

Siempre me ha resultado curioso esa inclinación que sentimos en Europa de criticar por un lado (casi) todo lo que procede de Estados Unidos de Norte América, naturalmente que algunas veces con razón -aunque no todas- y por otro lado tendemos a dejarnos seducir por algunas costumbres y modas que no siempre resultan edificantes.

Sin embargo, hay una costumbre norteamericana que siempre me ha llamado mucho la atención y que sin embargo en Europa no ha tenido eco, ni adaptación. Se trata de Día de Acción de Gracias, el Thanksgiving, que en inglés significa dando gracias, es una celebración tradicional que tiene lugar en los Estados Unidos el cuarto jueves de noviembre. No se si será porque este año coincide con mi cumpleaños, pero hoy me apetece hablar de ello.

Todos hemos visto en innumerables películas esa celebración en una comida que reúne a toda la familia y donde el patriarca trincha el tradicional pavo, aderezado con salsa de arándanos, pastel de calabaza o de manzanas y todos se unen para dar gracias con una sencilla oración.

Pienso que su falta de éxito en Europa es debido a que se trata de la celebración de un acontecimiento histórico referido a la colonización del continente americano en el siglo XVII, durante el cual un grupo de colonizadores protestantes ingleses se vieron atrapados por el mal tiempo de aquellas latitudes y fueron socorridos por la ayuda de los nativos de la zona que les proporcionaron cobijo y comida. Al año siguiente ya instalados los colonos quisieron celebrar su primera cosecha junto con los nativos, dando gracias a Dios por los frutos de su trabajo. Por lo que respecta al lamentable desarrollo de su relación con los nativos, todos sabemos por desgracia lo que pasó, pero eso es historia… Posteriormente se decidió esta fecha como fiesta oficial en Estados Unidos.

Volviendo al día de Acción de Gracias, personalmente lamento que el concepto básico de esa costumbre no lo haya importado nuestra vieja Europa, pues considero que es muy importante dar gracias, no solo en el día a día a todos aquellos que nos ofrecen algo, ya sea tangible o intangible, a la Divinidad para los que son religiosos, al Universo para los a-religiosos, y porque no, también a nosotros mismos, dicho esto por supuesto sin connotaciones ególatras, sino por simple respeto hacia nuestro esfuerzo diario por cuidarnos, mejorar en todo lo que hacemos, como una forma de mantener una sana autoestima.

Por eso sugiero que además de todas las celebraciones que nos impone el calendario, algunas de las cuales han perdido su esencia y carecen de sentido para nosotros, sin contar aquellas con que nos acosa la publicidad a lo largo del año, cada uno festeje su particular día de Acción de Gracias, que podría ser por ejemplo y para no olvidarnos, el día de nuestro cumpleaños, para agradecer todo y a todos los que han formado parte de nuestra vida a lo largo del año.

¡Muchas gracias a todos los que de cerca o de lejos, de una forma o de otra, han compartido este año conmigo por todo lo que me han dado y enseñado!