Todas las culturas tienen símbolos sagrados para representar la relación entre el hombre y el universo, a los que se les otorgan propiedades curativas del alma. Hoy mi sugerencia es ver como podemos trabajar con ellos para relajarnos, encontrar paz, serenidad o un mayor conocimiento de nosotros mismos.
Se trata en cierto modo de iniciar un viaje hacia nuestra propia esencia adentrándonos en aspectos hasta ahora desconocidos de nosotros mismos, haciendo que aflore nuestra sabiduría interior. Al integrarlos conseguimos centrarnos y encontrar la paz interior, ser más creativos, etc ...
La palabra Mandala, de origen sanscrito significa “circulo”, “rueda” o “totalidad”. Fue Carl G. Jung, quien los utilizó en terapias con el fin de alcanzar la búsqueda de la individuación en los seres humanos. Jung solía interpretar sus sueños dibujando un mandala diariamente, lo cual le permitió descubrir la relación que estos tenían con su centro y a partir de ello elaboró una teoría sobre la estructura de la psique humana.
Según Carl Jung, los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente. Afirmó que el arquetipo de estos dibujos se encuentra firmemente anclado en el subconsciente colectivo.
Los mandalas son básicamente diagramas cosmológicos que pueden ser utilizados para la meditación. Consisten en una serie de formas geométricas concéntricas. Las formas básicas más utilizadas son: círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos.
La meditación con mandalas puede consistir en la observación o el dibujo de éstos.
Ya sea, sólo sentándose en un lugar cómodo, lograr una respiración rítmica y profunda, y observar algún mandala, esto puede llevar a un estado de relajación y hacernos sentir más alertas ante los hechos que suceden a nuestro alrededor. El proceso de observación puede durar entre tres y cinco minutos.
O bien, podemos dibujar mandalas, colorearlos, pintarlos o crearlos con un collage. Aunque se recomienda que en un principio, se comience por pintarlos para ir familiarizándose, pero realmente se trata de expresar lo que uno sienta.
Se pueden usar diversas técnicas, (lápices de colores, pinturas, collages, incluso conchas, piedras, cristales de cuarzo y plantas que podemos colocar en una jardinera o en el jardín, todo dependerá de nuestro estado de ánimo y de lo que el mandala que deseamos crear nos transmita. Si lo que buscamos es exteriorizar las emociones, podemos hacerlo de adentro hacia fuera; si por el contrario, queremos centrarnos, lo realizaremos de afuera hacia adentro.
Este es un trabajo que puede hacer cualquier persona, sin importar su edad o religión. Es una práctica sencilla que te proporcionará un mayor bienestar personal y equilibrio interno.
Ver algunos mandalas realizados a partir de mis fotos en :
http://www.flickr.com/photos/fmo/sets/72157621932665157/
Se trata en cierto modo de iniciar un viaje hacia nuestra propia esencia adentrándonos en aspectos hasta ahora desconocidos de nosotros mismos, haciendo que aflore nuestra sabiduría interior. Al integrarlos conseguimos centrarnos y encontrar la paz interior, ser más creativos, etc ...
La palabra Mandala, de origen sanscrito significa “circulo”, “rueda” o “totalidad”. Fue Carl G. Jung, quien los utilizó en terapias con el fin de alcanzar la búsqueda de la individuación en los seres humanos. Jung solía interpretar sus sueños dibujando un mandala diariamente, lo cual le permitió descubrir la relación que estos tenían con su centro y a partir de ello elaboró una teoría sobre la estructura de la psique humana.
Según Carl Jung, los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente. Afirmó que el arquetipo de estos dibujos se encuentra firmemente anclado en el subconsciente colectivo.
Los mandalas son básicamente diagramas cosmológicos que pueden ser utilizados para la meditación. Consisten en una serie de formas geométricas concéntricas. Las formas básicas más utilizadas son: círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos.
La meditación con mandalas puede consistir en la observación o el dibujo de éstos.
Ya sea, sólo sentándose en un lugar cómodo, lograr una respiración rítmica y profunda, y observar algún mandala, esto puede llevar a un estado de relajación y hacernos sentir más alertas ante los hechos que suceden a nuestro alrededor. El proceso de observación puede durar entre tres y cinco minutos.
O bien, podemos dibujar mandalas, colorearlos, pintarlos o crearlos con un collage. Aunque se recomienda que en un principio, se comience por pintarlos para ir familiarizándose, pero realmente se trata de expresar lo que uno sienta.
Se pueden usar diversas técnicas, (lápices de colores, pinturas, collages, incluso conchas, piedras, cristales de cuarzo y plantas que podemos colocar en una jardinera o en el jardín, todo dependerá de nuestro estado de ánimo y de lo que el mandala que deseamos crear nos transmita. Si lo que buscamos es exteriorizar las emociones, podemos hacerlo de adentro hacia fuera; si por el contrario, queremos centrarnos, lo realizaremos de afuera hacia adentro.
Este es un trabajo que puede hacer cualquier persona, sin importar su edad o religión. Es una práctica sencilla que te proporcionará un mayor bienestar personal y equilibrio interno.
Ver algunos mandalas realizados a partir de mis fotos en :
http://www.flickr.com/photos/fmo/sets/72157621932665157/
excelente trabajo francoise M
ResponderEliminar