Una vez, un hombre atormentado por sus problemas juró que si éstos se
solucionaban, vendería su casa y donaría a los pobres todo el dinero obtenido
de la venta.
Llegó el momento en que se dio cuenta de que debía cumplir su juramento.
Pero no deseaba regalar tanto dinero. De manera que ideó una forma de eludir
esta situación.
Puso la casa en venta, valuándola en una moneda de plata. No obstante
quien comprara la casa debía adquirir un gato. El precio pedido por este animal
era de diez mil piezas de plata.
Otro hombre compro la casa y el gato. El primero dio a los pobres la
moneda de plata, y guardo en sus bolsillos las diez mil.
La mente de muchas personas funciona de esta manera. Deciden seguir una
enseñanza, pero interpretan su relación con ella según su propia conveniencia.
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