viernes, 9 de mayo de 2014

Crecer a tu ritmo


Aunque se trata de una historia conocida, creo que de vez en cuando es conveniente recordarla.

El Maestro siempre permitía que cada cual creciera a su propio ritmo. Que se sepa, nunca pretendió “presionar” a nadie. Y él mismo lo explicaba con la siguiente parábola.

Una vez, al observar un hombre como una mariposa
 luchaba por salir de su capullo, con demasiada lentitud
 para su gusto, trató de ayudarla soplando delicadamente.
 Y en efecto, el calor de su aliento sirvió para acelerar el proceso.
 Pero lo que salió del capullo no fue una mariposa,
sino una criatura con las alas destrozadas.
Cuando se trata de crecer, concluyó el Maestro, no se puede acelerar el proceso, porque lo único que puede conseguirse es abortarlo.

Fuente: ¿Quién puede hacer que amanezca? de Anthony de Mello



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