El día se agota bajo un sol arenoso, el aire caliente de la tarde viene ya cargado de humo.
Al caer la noche ésta se ilumina con la luz de las hogueras. La brisa del mar refresca la temperatura. Junto al océano familias, vecinos, grupos de amigos montan sus tenderetes y sus asaderos, cada uno con su música y se preparan para pasar la noche más larga del año. La noche del Solsticio de verano, la noche de San Juan.
Es una noche especial, se impone el rito de encender la hoguera que se practica en muchas culturas y se remonta a épocas ancestrales en las que los humanos estaban muy ligados a los ciclos de la naturaleza.
Junto al fuego unos expresan deseos, otros buscan alguna forma de purificación, de limpieza y se deshacen de recuerdos obsoletos ó dolorosos que arrojan al fuego antes de darse un baño. Se baila, se canta, se reflexiona, se medita y sobretodo se cuentan cuentos y leyendas sobre seres mágicos y fantásticos, brotan historias de brujas, de hadas, de duendes y entre luces y sombras, las chispas de las llamas parecen dar forma a unos seres extraños... vuela la imaginación...
Ya bien entrada la noche, cada uno regresa al mundo real, a su casa, su vida, su particular problemática, con la mente aún encandilada e impregnada de esperanza y el cuerpo ahumado…
Empieza un nuevo ciclo empieza el verano.
Elles son belles ces photos en mouvement on s'y croiraient aux feux de la Saint Jean.Une grosse bise.
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