Por fin, he tenido la suerte de poder visitar el país, al haber estado ya en varios países del Norte de África, pensé que iba a ser algo más de lo mismo y la verdad es que me llevé una sorpresa, Turquía es un país tremendamente verde, sus tierras están llenas de cultivos de todo tipo, hay agua en abundancia y sus gentes son muy abiertas y trabajadoras.
El circuito turístico nos permitió conocer las distintas etapas de la historia y creación del país, desde épocas muy anteriores a los hititas pasando por la creación de su actual república creada hacia mediados del siglo pasado por Ataturk, hasta el siglo XXI, a través de varios museos donde tienen abundantes y auténticas joyas arqueológicas de épocas muy remotas incluso anteriores al neolítico, también tuvimos la oportunidad de visitar iglesias y construcciones de los primeros cristianos que habitaron por la región de Capadocia, hasta las omnipresentes mezquitas artísticamente decoradas. El paísaje pintoresco, fascinante y curioso con sus formaciones rocosas moldeadas por los elementos, especialmente en los valles de Goreme y Zelve, con sus ciudades trogloditas de varios pisos, así como los restos de las magnificas ciudades greco-romanas de Hierapolis, Afrodisias y Efesos, sin olvidar las columnas de algodón de Pammukale, ni las joyas arquitectónicas de Estambul como son la Mezquita Azul, la Basílica de Santa Sofía y los palacios Topkapi y Dolamabaçe. También pudimos disfrutar de un espectáculo lleno de colorido, ritmos y arte con bailes propios del país, los bailes rituales de los derviches y la sensualidad de la danza del vientre.
Paseando por el Gran Bazar yo intentaba imaginarme como fue aquel lugar hace unos siglos, cuando llegaban las caravanas de mercaderes de oriente y de occidente, gentes de distintas razas, culturas, idiomas diferentes que intercambiaban todo tipo de productos así como también conocimientos, me puse a alucinar con todo ello, hasta que me di cuenta que deambulando por las calles de la medina habíamos llegado al bazar de las especies, donde una sinfonía de olores, colores, sonidos nos llegaban de todas partes. Ya cansados, pudimos sentarnos en esos pequeños taburetes a la sombra de las murallas para saborear un delicioso e intenso café turco.
Viaje muy interesante. Conocer otros paises, otras costumbres, otras culturas, enseña a darnos cuenta de que no estamos solos y que existen otras formas y otras maneras de convivir.
ResponderEliminarC'est une merveille tout ce que tu nous raconte de ce pays et c'est tellement bien expliqué on s'imagine faire partie du voyage comme dans un rêve on s'y voie.
ResponderEliminarGrosses bises