Si hay algo que nos caracteriza como seres humanos, es la voz. Esa capacidad que tenemos los seres humanos de emitir sonidos que tienen sentido para comunicarnos. La voz es el resultado del funcionamiento de una serie de órganos que podemos controlar en cierta medida y que nos permite hablar y expresar emociones como reír, llorar, gritar y también podemos usarla como instrumento musical para cantar. Según la biblia, el inicio de todo fue el Verbo…
Es sabido que algunas personas tienen la capacidad de cambiar nuestras emociones y a veces orientar nuestras opiniones modulando su tono de voz, los presentadores de programas de radio, los actores por ejemplo que son capaces de crear personajes de lo más convincentes en el teatro o el cine, algunos oradores, políticos o religiosos, son capaces de manipular las masas, los médicos y terapeutas también podemos usar la voz para modificar el estado de ánimo o de conciencia de nuestros pacientes cuando se encuentran en situaciones críticas.
Sin embargo de toda esta gama de posibilidades, lo más fascinante, lo que más me maravilla, es la capacidad de la voz humana para crear arte, como instrumento musical, ya que constituye la primera herramienta para la música de la que dispuso nuestra especie. La ciencia revela que nuestro cerebro está preparado para comunicar palabras, pero también inflexiones de tono, pronunciaciones, acentos y timbres característicos, elementos que han refinado y condicionado el control que ejercen los cantantes para la emisión de melodías cantadas en base a una larga preparación.
Esta reflexión se me ocurrió hace unos días, después de asistir a un concierto de la mezzosoprano Cecilia Bartoli, cuyos registros de voz y coloratura son admirables, el dominio de la voz de esta mujer llega directo al corazón, me emociona, me transporta, su reciente trabajo Sacrificium sobre la música cantada por los castrati, es magnifico. Su presencia en la escena con poderosa expresión no verbal potencia aún más su excelencia como cantante. En fin, una suerte y una delicia poder verla y disfrutar de su arte.
Sin ánimo de pretender ponernos todos a cantar, creo que estaría bien que cuidáramos un poco más de nuestra voz evitando situaciones de estrés, sobreesfuerzos vocales, etc… aprendiendo a modular y entonar, pues aunque no seamos conscientes de ello, la voz revela mucho de nuestro sentir y pensar.
Que cosa mas bonita que escuchar una voz conocida y perdida desde mucho tiempo uno sueña en la esperanza de un dia volver a escuchar esa voz tan amada,no quisiera morir sin que mi deseo se cumpla en que sean sus palabrotas o sus tonterias.Mi mayor deseo oir su voz .Bises a toi .
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