Esta semana hemos estado celebrando el Carnaval en Santa Cruz.
Estas fiestas que se viven con enorme entusiasmo, creatividad y pasión en todas las islas Canarias tienen a Tenerife como máximo exponente. Podría decirse que aquí se lo toman muy en serio y lo llevan preparando durante casi todo el año. Como ya es sabido los trajes de las candidatas a reinas del carnaval son un derroche de imaginación y fantasía que no dejan de sorprendernos cada año. Igualmente las actuaciones de las murgas, las agrupaciones, rondallas, etc… llenan las calles de colorido y de música, por no hablar de las cabalgatas y cosos que son todo un espectáculo que merece la pena vivir de vez en cuando…
Si nos remontamos al origen de la celebración del carnaval, nos encontramos con unas fiestas paganas como las que se realizaban en honor a Dionisios, el Dios griego del vino, Baco en la mitología romana, donde se celebraban las bacanales y las saturnales o incluso podríamos remontarnos a las fiestas en honor del dios con aspecto de buey, Apis en el antiguo Egipto, todas ellas marcadas por una notable relajación de las costumbres. En las culturas cristianas, se celebraban unas mascaradas rituales de origen pagano con un breve período de permisividad que se oponía a la represión de la sexualidad y a la severa formalidad litúrgica de la Cuaresma.
En cualquier caso, el carnaval nos ofrece la oportunidad de vivir un proceso catártico que propicia, un cambio interno, una forma de liberación de tensiones y represiones impuestas por ciertos condicionamientos de la sociedad mediante el uso del disfraz y la máscara, que nos permite con frecuencia hacer y decir cosas que no nos atreveríamos a expresar en público con la cara descubierta. Ese disfraz que con frecuencia puede reflejar algo que nos atrae mucho o por el contrario, que nos produce rechazo y con el que buscamos la burla, o simplemente si nos acogemos a la temática de la fiesta propuesta para cada año, nos permite entrar en una especie de comunión con los demás participantes en la que nos sentimos arropado y podemos desinhibirnos.
Durante una semana, nos olvidamos de los problemas, nos reímos de ellos y de nosotros mismos junto con los demás y podemos después empezar un nuevo año con nuestra máscara habitual para afrontar lo que el día a día nos depare.
Aquí os dejo algunas fotos del coso celebrado el pasado martes en Santa Cruz.
Hay más en mi galería de Flickr: http://www.flickr.com/photos/fmo
¡Viva! el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife
ResponderEliminarMagnifiques costumes .Que c'est beau et quelle ambience.Bravo pour le carnaval de Santa Cruz de Tenerife qui me rapelle des bons souvenirs de mes differants sejours.Bises
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