sábado, 19 de septiembre de 2009

Fresas


En momentos de tensión o desesperación, los miedos afloran, aparece la angustia y nos bloqueamos, nos obsesionamos con lo que hemos perdido o estamos a punto de perder. Sentimos que sin Ello, todo se acaba, no hay salida lo cual hace que se refuerce el miedo y la tensión siga subiendo.

En esos momentos suelo recordar un cuento Zen que ilustra perfectamente la situación y nos induce a darnos cuenta de lo importante de estar atentos y abiertos especialmente en esas situaciones más dramáticas.

"La fresa.
Un día, mientras caminaba a través del desierto, un hombre se tropezó con un feroz tigre. Se puso a correr, pero pronto llegó al borde de un profundo barranco. Desesperado por salvarse, descendió hasta una rama y quedó colgando sobre el fatal precipicio.

Mientras se sostenía, dos ratones salieron de un agujero del acantilado y comenzaron a roer la rama.
Repentinamente, notó que en la rama había una suculenta fresa silvestre.
La cogió y se la puso en la boca.
¡Estaba increíblemente deliciosa!"

No hay nada peor que una obsesión, esa forma de pensamiento circular, cerrado y estéril que nos devuelve siempre al mismo punto de partida. Por otra parte es evidente que cuando algo nos preocupa resulta difícil apartar ese pensamiento de nuestra mente, sin embargo, si logramos por un momento salirnos del circulo, dar un pequeño salto sobre él, podemos cambiar la perspectiva observando a nuestro alrededor e iniciar así un camino en espiral que nos ofrece nuevos puntos de vista a cada vuelta y con ello podemos encontrar tarde o temprano nuevas oportunidades de salidas al problema.

Suelo tener siempre algunas de mis fresas favoritas cerca de mi, en casa, en mi lugar de trabajo, suelen ser pequeños objetos o mejor fotografías de lugares, personas, animales o cosas, que me inspiran, me proporcionan paz, serenidad y por un momento hacen volar mi imaginación apelando a sentimientos de ternura, bienestar y auténtica felicidad.

Inténtalo, busca tus fresas, están en tus sueños en las cosas que más te gustan, disfrútalas pero no olvides que para ello tienen que estar completamente limpias de cualquier recuerdo o asociación negativa o que te devuelva al problema (por ej. si estas en un proceso de separación afectiva, no uses una foto de un lugar al que estuviste con esa persona, por muy feliz que fueras en aquel momento… usa más bien una foto de un lugar al que tu siempre has querido ir o al que tu fuiste sol@ y que te hace mucha ilusión o te trae muy buenos recuerdos).

Comparto algunas de las mías...

Tapa del Chalice Well en Glastonbury (Avalon).


Recuerdo de una visita a Delphos, el Tolos de Atenea (Grecia)


Desde la terraza del templo de Denderah una vista del Lago Sagrado, donde ahora crecen las palmeras (Egipto)


Recuerdo de un momento mágico al amanecer desde el Valle de los Reyes en Luxor

Este detalle de la Capilla Sixtina pintado por Miguel Angel, ¿no es fascinante ese momento en que el hombre recibe la chispa divina?... Este fragmente me sugiere esperanza y una recarga total de energía.

Un viaje aún pendiente al templo de Ed Deir en Petra (Jordania). He tomado prestada esta fantastica foto de Yann Arthus Bertrand.
Otro momento mágico al amanecer en un solsticio de verano en Stonehenge.

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