Al día siguiente dijo el Maestro: Desgraciadamente, es más fácil viajar
que detenerse".
Los discípulos quisieron saber por qué.
"Porque mientras viajas hacia una meta, puedes aferrarte a un
sueño; pero cuando te detienes, tienes que hacer frente a la realidad"
"Pero entonces, ¿cómo vamos a poder cambiar si no tenemos metas ni
sueños?", preguntaron perplejos los discípulos.
"Para que un cambio sea real, tiene que
darse sin pretenderlo. Haced frente a la realidad y, sin quererlo, se producirá
el cambio".
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