viernes, 6 de diciembre de 2013

Diciembre


En estos días de primeros de diciembre y antes de dejarnos arrastrar por la vorágine de las fiestas navideñas y fin de año, con días más cortos, temperaturas más frías y el calendario que nos recuerda que nos acercamos a un final de ciclo, tendemos ya sea a apurarnos por revisar las cosas pendientes o  a ir a cámara lenta, haciendo introspección y balance de lo que hemos tenido la oportunidad de hacer o de conseguir a lo largo del año.

Espero que a pesar de la crisis hayan tenido la oportunidad de aprender algo mas o menos importante para su propio crecimiento, ya que un año más siempre deja una huella. Poco a poco nos vamos desprendiendo de lo superfluo y valoramos más lo esencial. Tomamos conciencia de lo que nos llena y nos hace sentir bien y también de aquello que nos produce malestar y  agotamiento. Estas emociones, sentimientos y sensaciones son grandes maestros que nos van a orientar en el camino de nuestra vida, debemos escucharlos, apuntarlos y sacar nuestras conclusiones ya que serán una excelente base para que podamos, dentro de unas semanas establecer nuestros propósitos de año nuevo.

Pongamos manos a la obra y aprovechando esos momentos de meditación, y después de cerrar los temas pendientes, empecemos a esbozar el mapa de nuestra vida para el próximo año.




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