Ya he hablado sobre el minimalismo, que consiste en concentrarse en lo esencial y desprenderse de lo superficial, aplicándolo cada uno a su propia situación.
Debemos tomar el minimalismo como una decisión personal, lo cual implica que si bien podemos mostrar sus beneficios a aquellos que nos rodean y se interesen por ello, no podemos evidentemente imponerlo.
Podemos aplicarlo a todos los ámbitos de nuestra vida, ya que para ser honestos y respetados debemos mostrar una actitud coherente y buscar siempre en cada acto la intención de mejorarnos como personas tanto a nivel individual como social. Para ello, debemos evitar volvernos radicales e imponer nuestro criterio respetando las decisiones ajenas, evitar juzgar a los demás si toman un camino diferente. Debemos ser tolerantes en una sociedad que nos empuja constantemente al consumismo, evitando dejarnos atrapar mas allá de lo que realmente necesitemos de ella.
Una de las metas del minimalismo consiste en disfrutar de la vida al máximo, a través de todas las experiencias que se presenten en nuestra vida.
Otro punto importante al adoptar esta actitud, consiste en aprender a decir NO con cierta elegancia o mejor dicho diplomacia, los demás no tienen porque saber que uno posee ya todo cuanto necesita, ya que esto puede malinterpretarse. Cuando nos proponen algo que no nos interesa, es mejor responder con un “Bien, pero lo veo más tarde, gracias” o bien “de momento tengo todo lo que necesito”.
El minimalismo no tiene porque implicar un sacrificio, al contrario, puesto que es una elección personal, puede tomarse como un juego o un reto y a la larga vamos viendo como ganamos espacio y tiempo en nuestra vida al ir eliminando todo aquello que realmente no necesitamos y que con frecuencia suele intoxicarnos.
Veamos algunas de sus ventajas:- Disponer de más tiempo para hacer aquello que nos guste, al reducir compromisos y automatizar tareas
- Tener una vida sostenible. Al concienciarnos de nuestros hábitos de consumo y al reducir su impacto en el planeta, conseguiremos una vida mas sostenible y podremos ahorrar.
- Mejorar la salud. Al dejar de ver tele-basura y de consumir alimentos poco sanos
- Centrarnos más en la calidad y menos en la cantidad. Dejar de comprar cosas innecesarias y comprar solo cosas de calidad, productos que tienen una larga duración de uso y que realmente vamos a utilizar.
- Centrarnos en nuestro verdadero objetivo, dejando a un lado proyectos secundarios que nos distraen y nos hacen perder tiempo. Tratando de lograr una meta especial o desarrollar un talento particular.
- Eliminar el exceso. Al reducir las posesiones materiales, ejercitaremos el desapego a los objetos. Conseguiremos con ello más espacio y menos distracciones.
- Evitaremos el desorden. Cada cosa tendrá su lugar. Si no hay desorden, no hay nada que ordenar.
- Consumir información relevante. La actitud minimalista nos llevará a conseguir solo la información que nos interesa. Filtraremos y desecharemos lo demás. No perdemos tiempo leyendo artículos inútiles que no nos aportan nada.
- Logramos ser mas eficientes. Aprendiendo a usar la tecnología en nuestro beneficio, automatizando las tareas repetitivas, dispondremos así de más tiempo para lo que necesitemos.
No existen reglas fijas para llevar un estilo de vida minimalista. De lo que se trata es de simplificar, deshacernos de lo inútil y centrarnos en lo esencial. Cada uno lo lleva a su manera y conveniencia, buscando la forma de beneficiarse de esta nueva forma de vida para sentirse más libre y más feliz.
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