En respuesta a la solicitud que se me hizo hace unas semanas de hablar sobre este tema aquí está en la entrada de esta semana.
Son muchas las personas que sufren este trastorno del sueño, algunas puntualmente, se pasan una noche en blanco, otras lo viven con mayor frecuencia, y en estos casos puede entrar en la categoría de insomnio crónico.
La falta de sueño tiene consecuencias muy serias en la vida de las personas, ya que incide profundamente en su estado de ánimo, produce ansiedad y depresión, las personas se vuelven irritables o agresivas, influye negativamente en su capacidad de concentración, con pérdida de memoria lo cual da lugar a problemas en su rendimiento laboral, las actividades diarias y también repercute en las relaciones de todo tipo, las consecuencias negativas también afectan al estado físico, produciendo cansancio, agotamiento, etc…
Las causas del insomnio también pueden ser debidas a problemas psiquiátricos como depresión, trastorno de ansiedad, esquizofrenia, etc.. o psicológicos, stress por insatisfacción o conflictos en el ámbito laboral, en las relaciones personales, de pareja o familiares. Las causas también pueden ser debidas a una enfermedad física, problemas respiratorios, musculares, fibromialgia, artritis, artrosis etc..
Una de las primeras cosas que debemos conocer es lo que motiva el insomnio. En caso de identificar claramente el origen del problema si este tiene una causa psicológica siempre se puede pedir ayuda profesional para aprender técnicas de relajación o de afrontamiento de las situaciones estresantes.
En los casos de enfermedad psiquiátrica, psicológica grave y física es posible que se precise medicación recetada por su especialista, por supuesto que no conviene nunca automedicarse. No obstante, si se toma durante mucho tiempo este tipo de medicación se produce una cierta habituación y deja de hacer efecto o se necesitan cada vez dosis más altas para mantener el sueño, motivo por el cual muchas personas buscan otras vías para resolver el problema.
En estos casos se recomienda intentar llevar a cabo un programa que incorpora buenos hábitos de vida y de sueño :
- Procurar levantarse cada día a la misma hora y en general mantener un horario regular para las comidas y demás actividades habituales, esto permitirá ir adquiriendo rutinas que irán moldeando el reloj biológico interno.
- Hacer ejercicio físico varios días a la semana. Si se trata de un ejercicio fuerte es mejor hacerlo por la mañana o por lo menos unas seis horas antes de acostarse; en el caso de ejercicios más suaves como el caminar, tai chi, yoga, conviene terminar de hacerlo unas cuatro horas antes de irse a dormir
- Evitar tomar café o bebidas excitantes o energizantes, especialmente por la tarde, evitar también el tabaco ya que produce ansiedad
- Evitar el alcohol sobre todo si se toma alguna medicación
- Evitar dormir la siesta, es mejor relajarse o descansar unos 20 minutos en un sillón cómodo
- Acostarse cuando se tiene sueño (en el caso de insomnio puntual, evitar quedarse dando vueltas en la cama, es mejor levantarse, leer o escuchar algo de música relajante, tomar una infusión y cuando aparezca el sueño volver a la cama)
- Cenar ligero y pronto, como mínimo dos horas antes de acostarse
- Realizar algún tipo de ritual en el momento de irse a dormir que permita relajarse, por ejemplo, tomar un baño o ducha caliente, tomarse una infusión de hierbas relajantes (Reina Luisa, valeriana, manzanilla, amapola de California, entre otras), leer un rato o escuchar una música relajante.
- Evitar ver películas de temática violenta o estresante o ver programas de telebasura o mantener alguna discusión antes de irse a dormir.
- Evitar ver la televisión en la cama o usar el ordenador justo antes de dormir
- Realizar algún ejercicio de respiración profunda para relajarse en el momento en que se dispone a dormir
- Perfumar la almohada con unas gotas de lavanda o de esencia de geranio.
Ya solo me queda desearles ¡unos felices sueños!
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