Por momentos sentimos que las cosas que hacemos escapan a nuestro control y nos planteamos qué podemos hacer para mejorar nuestra vida, hacer las cosas más sencillas y ser más eficientes.
Nos asombramos al ver lo que consiguen hacer otros sin sentirse estresados, mientra, nosotros a duras penas conseguimos sacar adelante lo imprescindible, con una desagradable sensación de agobio y sin hacer lo que realmente queremos, sin disfrutar de nuestra vida.
En estos casos tal vez ha llegado del momento de plantearnos algunos cambios. En primer lugar, plantearnos en ¿qué nos estamos equivocando? Que podemos simplificar para hacer las cosas mejor y más sencillas, como por ejemplo :
Modificar nuestros horarios, salir un poco antes, a veces adelantando de 5 ó 10 minutos la hora de salida nos permite evitar horas punta y disponer un tiempo extra para hacer alguna actividad más relajadamente, sin prisas. Tratar de organizarnos al máximo y simplificar algunas tareas, eliminando todo aquello susceptible de distraernos, por ejemplo consultar el correo solo 2 ó tres veces al día en horas puntuales, evitando así la tentación de que cada vez que oímos el timbre de una entrada de correo ir a consultar el buzón.
Simplificar pensamientos y objetivos : plantearse pequeñas metas a corto plazo : “solo por hoy, voy a dejar los problemas en mi lugar de trabajo y disfrutar de una velada tranquila con la familia”… “solo por hoy, voy a sentirme feliz”…, de alguna manera estaremos programando nuestra mente y predisponiéndola a ello y nos resultará más fácil hacerlo.
Relacionarnos con personas nutricias al contrario de las tóxicas, la primeras son aquellas personas que nos hacen sentirnos bien, que nos motivan, estimulan nuestra imaginación, siempre nos enseñan algo, y después de una conversación con ellas salimos recargados de energía positiva. Las tóxicas, como su nombre indica son todo lo contrario.
Leer, ya sean temas que motiven nuestra reflexión, nuestro aprendizaje o simplemente hagan volar nuestra imaginación, fomenten nuestra creatividad o espiritualidad, y nos diviertan ó nos permitan relajarnos. Ello nos servirá de recarga energética.
Procuremos diversificar nuestros intereses dedicar un tiempo a diferentes cosas a lo largo del día o de la semana. Lo ideal en estos casos es construir una gráfica, que puntuaremos en función del tiempo dedicado a cada cosa a lo largo de la semana y luego iremos uniendo los puntos (como en la fig. siguiente)
La figura nos puede ayudar a ir descubriendo los aspectos que necesitan ser reequilibrados en nuestra vida, resaltando aquellos a los que estamos dedicando más y menos tiempo.
En cualquier nos iremos dando cuenta de que todo depende de nosotros, de la forma de encarar nuestra vida y por ello en nuestras manos está el poder cambiarlo para sentirnos mejor.
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