lunes, 12 de octubre de 2009

¿Que quieres que te pongan en la lápida…?

“¿Que quieres que te pongan en la lápida el día que te mueras?” me preguntó hace unos días una persona que esta pasando por una grave crisis personal.

Reconozco que me quedé un poco “a cuadros” algo así como cuando vemos en una pantalla una imagen pixelada descompuesta en un montón de cuadritos… Aunque por mi actividad suelo tener la costumbre de intentar ponerme en el lugar de los demás, hasta ahora nunca me había planteado ponerme en la piel de un muerto, para saber lo que pudiera desear que los demás pensaran de él… Me quedé mirando a esa persona y le reconocí que sinceramente nunca lo había pensado, pero que lo pensaría.

Realmente lo que le preocupaba era qué huella podría dejar de su paso por este mundo pero no solo por “el qué dirán” sino más bien por aquello de que cuando llegase al final de su vida, ella misma pudiera pensar que su vida había valido la pena.

Efectivamente, como me comentaba, muchas personas se esfuerzan por que se les reconozca y se les recuerde como personas relevantes por sus hechos, sobre todo en el ámbito profesional o social, sin embargo, ella deseaba que se la aceptara y recordara simplemente por el hecho de haber vivido y disfrutado de la vida, no desde un enfoque hedonista, tan solo desde una perspectiva sencilla, honesta y relajada, sin rehuir el esfuerzo cuando es preciso. Esto que puede parecer lo más simple, no lo es precisamente.

Las personas somos muy parecidas aunque tan distintas unas de otras… cada una, en función de las propias experiencias que va encontrando en su camino valora más en cada momento unas cosas u otras. Personalmente, opino que poco importa lo que pongan en la lápida o lo que piensen los demás, de todos modos podemos estar tranquilos porque ya sabemos que siempre se habla bien de los muertos…  para mi, lo que importa es lo que hemos aprendido como seres humanos, como lo hemos vivido, y si nos sentimos en paz al llegar al final del camino.  Lo resumen los versos de  Antonio Machado : “Caminante no hay camino, se hace camino al andar…”. Y tú, ¿ has pensado ya en tu epitafio?

Estos días siguiendo mi camino, me he encontrado con las huellas de los Guanches, antiguos pobladores de estas islas donde vivo,  y de quienes se está sacando a la luz su olvida sabiduría.

Paisaje de aspecto lunar en la Reserva Ambiental de San Blas en el sur de Tenerife


Lugar de culto de los Guanches




Contrastes.

Ver más fotos en mi galería http://www.flickr.com/photos/fmo

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