viernes, 3 de junio de 2016

Quorum




¿Si pudieras viajar en el tiempo a qué época, o momento de la historia te gustaría viajar?

A Sara, no le dieron la oportunidad de elegir. Caminaba apresurada por las callejas de la parte antigua de la ciudad buscando la perfumería  que su jefe le había indicado donde podría encontrar el Quorum, una colonia que Don José usaba desde  sus años jóvenes y que últimamente a pesar de todo su empeño, no encontraba por ningún sitio. Había recorrido todas las grandes perfumerías del centro, ni siquiera en el Corte Inglés lo pudo hallar. Finalmente, la dependienta de una  perfumería le dijo que habían dejado de fabricarlo, pero que tal vez encontraría algún frasco en una tienda muy antigua situada en el barrio gótico, en el centro de la ciudad cuya dirección le apuntó en una nota.

Al llegar a la oficina le entregó la nota a su secretaria con el encargo de ir a primera hora a esa dirección y comprar todos los frascos que tuvieran en existencias.

Eran las 11 de la mañana cuando Sara se presentó delante de una tienda de aspecto muy anticuado,  con un pequeño escaparate de cristales enmarcados en  madera, donde se amontonaban con poco sentido estético, colonias y perfumes cuyas marcas en su mayor parte no conocía así como objetos de tocador claramente del siglo pasado. Empujó la puerta de madera que se abrió haciendo sonar una campanilla y entró en la tienda que estaba en penumbra y saludó a un hombre muy mayor de pelo blanco y gafas sobre la punta de la nariz con una bata de color azul desteñido que se acercó con una sonrisa algo forzada para preguntarle lo que deseaba, mientras ella le ofrecía su mejor sonrisa y le preguntaba por la colonia Quorum. El  hombre se la quedó mirando  pensativo, fijándose en un pequeño tatuaje en forma de paloma que ella tenía en la muñeca, se rascó la cabeza y antes de irse hacia la trastienda, le preguntó, ¿sabe Vd. lo que significa quórum, señorita? No Señor, le dijo Sara. Y el le respondió mirándola fijamente, es una expresión latina que significa “de ellos”, o sea como uno de ellos”… y desapareció por la puerta de la trastienda, mientras ella se quedaba delante del mostrador curioseando, que extraño parecía todo en aquel lugar y pensó que al igual que otras muchas tiendas  del barrio no tardarían en echar el cierre ya que no le parecía que tuviera mucho éxito comercial.

De repente oyó un estruendo que procedía de la trastienda y un quejido, se acercó intentando asomarse desde el mostrador, pero la salita estaba muy poco iluminada. Preguntó, ¿Señor, señor, se encuentra bien? A modo de respuesta oyó un nuevo quejido, preocupada rodeó el mostrador y entró cautelosamente en la trastienda que estaba llena de cajas, al fondo una puerta estaba entreabierta y se podía ver una tenue luz. Empujó la puerta, preguntando, ¿Señor está aquí? ¿Se encuentra bien? No hubo respuesta.
Siguió por un pasillo en semipenumbra hasta llegar a un patio soleado, se sorprendió de ver la actividad que  había en él, unas personas ataviadas con ropas otros tiempos, de tipo medieval corrían de un lado para otro llevando cestos con comida y jarras llenas de vinos. Pensó que podía tratarse de algún escenario para una película, buscó pero no vio al anciano de la tienda. Siguió caminando hasta unas escaleras que se adentraban en un recinto muy rústico, hecho de piedras y ladrillos que le pareció  como una casa, siguió subiendo hasta  que observó que a lo largo de la escalera había unos ventanucos  alargados muy estrechos, miró por uno de ellos y se quedó asombrada, ¿cómo había podido llegar hasta allí? de repente supo que se encontraba en un castillo medieval en lo alto de una colina. Abajo en una pequeña llanura, unos soldados vestidos con cotas de mallas estaban levantando una pira muy grande, junto a ellos un grupo de hombres que parecían religiosos, vestidos con  unos sayos de  color oscuro blandían unos crucifijos.  Dentro del castillo y por la escalera la actividad era incesante, un hombre se paro delante de ella y se la quedó mirando, sorprendido por su  atuendo no acorde con los tiempos, ella se echó la mano para taparse la boca en señal de miedo. El la cogió de la muñeca y señaló la paloma, mirándola con amabilidad e interés le dijo “Quorum, Consolamentum” y la guió hacía una sala donde un grupo de hombres y mujeres estaban realizando un ritual sagrado. En su mente resonó la palabra “Montsegur”, recordó aquel viaje que hizo con unos primos hacía unos años por Occitania y entendió que estaba junto a los últimos cátaros que iban a ser sacrificados por la inquisición allá por el siglo XIII y ella era parte del Quorum.



No hay comentarios:

Publicar un comentario