sábado, 17 de abril de 2010

Despedidas

Hace unos días vi una película del director japonés Yojiro Takita : “Despedidas”. Es una película hermosa y profunda que me ha conmovido, por la forma y los diversos temas que toca, con esa sensibilidad mezclada con algunos toques de humor, esa forma peculiar de la que son capaces de acercarse a lo más íntimo los orientales.

Resumiendo, el tema de la película se centra en un joven músico que se queda sin trabajo y regresa a su pueblo natal donde encuentra un empleo que consiste en realizar un ritual de amortajamiento que se practica en Japón, una actividad a veces mal entendida y que produce rechazo social por parte de algunos, pero imprescindible para otros. El trabajo consiste en vestir y maquillar al difunto para poder enterrarlo de la mejor manera posible. También trata la película de una iniciación en ese arte, porque de hecho el ritual es muy delicado y se lleva a cabo siguiendo unas pautas, con gestos y movimientos medidos al estilo de una ceremonia del té. Es hermoso ver como el protagonista va cambiando también en su estado de ánimo, al principio agobiado por la necesidad y luego se va afianzando en su trabajo y termina haciéndolo puramente por “amor al arte”; además de encontrar la oportunidad de volver a conectar con sus propias raíces gracias a su nueva profesión y todo con esa reverencia y ese respeto típico de los japoneses.

Son especialmente emocionantes las escenas de las reacciones de los familiares que solicitan y asisten al ritual, cuando el difunto está ya preparado llegando a aceptar actitudes y situaciones malentendidas y/o malvividas con este. Es realmente conmovedor y hermoso.

En otro orden de cosas, ello me ha recordado la tragedia y el dolor de esas familias españolas que empezaron a pensar que por fin iban a tener la oportunidad de enterrar a sus familiares muertos durante la guerra civil, gracias a las investigaciones en las fosas iniciadas por el juez Garzón, cuya iniciativa, valiente, ha resultado ser inadecuada según la ley. Confío en que la justicia de este país encuentre la forma de resolver este asunto y ayudar a todas estas familias por fin a enterrar a sus muertos, honrarles, y permitirles descansar en paz y descansar ellos mismos, aceptando esa muerte, lo cual es muy difícil psicológicamente hablando si no se practica alguna forma de ritual de despedida con el cuerpo o los restos, teniendo así la oportunidad de cerrar sus heridas, al igual que podrá hacerlo este país que tanto lo necesita para encontrarse a si mismo.

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