viernes, 26 de marzo de 2010

Pecado mortal vs Pecata minuta

Desde hace unas semanas nos topamos a diario con el escándalo de los casos de pedofilia cometidos por sacerdotes católicos. Algo que desgraciadamente era un secreto a gritos, un tema tabú, sobre lo que una se pregunta cómo es posible que nadie hiciera nada antes para evitarlo.

Los abusadores sexuales de menores siempre manipulan y amenazan a sus víctimas con males terribles (como si fuera poco lo que les están haciendo), que pueden recaer incluso sobre sus familiares, creándoles así un sentimiento de terror y de culpa que les obliga al silencio y conduce a un enorme sufrimiento. En los casos de sacerdotes pedófilos utilizan además el temor al castigo divino y eterno, que recaerá eso si, solo sobre el menor... Revelar la situación ante tal amenaza es prácticamente imposible para un niño que percibe que algo está mal, se siente avergonzado y aterrorizado. A pesar de todo, algunos han tenido el enorme valor de denunciarlo a sus padres, que en décadas pasadas, por lo que desgraciadamente he podido comprobar a lo largo de mi práctica profesional, no les creyeron o no le dieron importancia, incrementando con ello el sentimiento de desamparo de estos niños victimas de un delito mayor que nunca fue castigado y que les ha destrozado la vida. Incluso para colmo de cinismo algunos entre los cuales figuran cargos eclesiásticos, han hecho declaraciones diciendo que en parte la culpa es de los niños porque tienen actitudes provocadoras!!!

Resulta patético ver como el máximo responsable de la iglesia sale ahora al paso de un aluvión de denuncias por abusos sexuales a menores por todo el mundo emitiendo un tibio comunicado pidiendo perdón por ello en nombre de todos los culpables. También ha salido a la luz que este mismo máximo responsable ha sido encubridor de numerosas denuncias de pedofilia durante años. Sin embargo, no se menciona que tipo de medidas drásticas se van a tomar en el seno de la iglesia y si van denunciar y llevar ante los tribunales “humanos” a estos infanticidas; ya que de eso se trata, de matar la infancia en todas las personas que han sufrido este tipo de abuso y arrastran un desajuste psicológico que les impide ser adultos felices. Nuevamente con esta actitud pasiva e impune se vuelve a vulnerar la dignidad de esos niños que siguen sufriendo desamparo en la infancia de muchos adultos.

Me parece vergonzoso que ante estos gravísimos hechos no se oiga a todos los que protestan y se rasgan las vestiduras manifestándose contra la homosexualidad y el aborto, llegando a hacernos dudar de si en lugar de ser un derecho al que se pueda optar en casos concretos, vaya a ser una obligación por ley para todos el tener que optar por esa orientación sexual o por abortar.

Me pregunto :

¿Acaso lo que no se dice, lo que no sale a la luz, no existe?

¿Porqué los embriones y fetos humanos de unas semanas tienen más valor o merecen mayor protección legal que la vida de los niños ya criados?

¿Porque al conocer los hechos no se han tomado inmediatamente medidas por parte de los responsables eclesiásticos para denunciar y castigar a los culpables desde hace años?

¿No debería ser juzgado el Papa por su delito de encubrimiento de sacerdotes pedófilos?

¿Será que para la iglesia católica el abuso sexual de menores es pecata minuta?

Me preocupa que en el siglo XXI, en la era de Internet en la que todo se sabe al momento, todavía existan en occidente organizaciones de poder privilegiadas, que están por encima del bien y del mal, por encima de la ley, que además tratan de manipular las leyes que rigen las vidas de los ciudadanos, manteniendo la doble moral para evitar que esas mismas leyes no se les apliquen a ellos, amparándose en la fe y una supuesta ley divina que interpretan a su antojo y conveniencia.

¡Ya está bien de bulas y sino que venga Dios y lo vea!


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