Hay momentos en la vida en la que
el horizonte parece cubrirse de nubarrones muy oscuros. Una mala noticia, la
pérdida de un trabajo, repentinas dificultades financieras, un accidente, una relación
problemática, un diagnostico negativo, ya sea propio o de un ser querido y toda
esa supuesta paz y estabilidad que tanto esfuerzo nos costó levantar se viene
abajo en unos segundos. Sí así es la vida un flujo continuo de cambios, un
camino jalonado de cuestas y pendientes que tenemos que recorrer y no siempre
con los zapatos más adecuados.
Todos nos hemos preguntado alguna
vez, ¿porqué es tan complicada la vida?
Y yo pienso, no será que la
pregunta está equivocada y deberíamos preguntarnos ¿para qué es tan complicada la vida?
Mi opinión es que todos venimos a
esta vida a aprender o mejor dicho a adquirir consciencia. Si nos fijamos
mínimamente en todo lo que nos
rodea y nos ocurre, en todas las personas que nos encontramos en el camino, nos
damos cuenta de que estamos continuamente aprendiendo, descubriendo cosas que
nos llevan a madurar y conocernos mejor, tanto a nosotros mismos como a los
demás.
Tal vez debamos quejarnos menos
por aquello que nos molesta, nos duele y aprender a conocerlo para poder integrarlo
o afrontarlo mejor, a veces dando un rodeo. Tal vez debemos mirar las cosas de
forma menos superficial y ser más pacientes para descubrir el secreto de lo que
nos quieren enseñar… Tal vez así encontraremos más flores en el camino.
¡Buen viaje!.
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