Iniciamos un nuevo año, un nuevo
ciclo y muchos sentimos por estas fechas la necesidad de elaborar una lista de propósitos, metas o cambios que deseamos realizar a lo largo de los próximos meses para
mejorar nuestra vida.
Este es un buen momento para
cambiar ciertos hábitos o costumbres procurando hacer las cosas de una forma
mejor o con un resultado más satisfactorio. A veces esto es la consecuencia de
un nuevo aprendizaje o por el contacto con alguna persona que nos ha inspirado
o impactado al observar su forma de actuar y entendemos que esa conducta puede
dar lugar a una mejor calidad de vida.
Lo primero que podemos hacer en
ese caso es establecer una lista de objetivos o metas que queremos alcanzar en
nuestra vida. Cosas que otras
personas hacen y que encajan con
nuestra forma de ser o de pensar, porque van en la dirección que queremos
seguir. Es importante que sintamos una gran afinidad hacia ello para poder
hallar la motivación que nos permitirá realizar el esfuerzo para conseguirlo.
Una vez realizada la lista de
nuestros objetivos, podemos
dividirla en los pasos o acciones físicas que tendremos que realizar o desarrollar para integrar el nuevo hábito o la nueva
costumbre.
Estas nuevas acciones irán dando
forma a un comportamiento que nos permitirá modificar poco a poco el hábito
anterior. Se suele decir que si se repite una conducta determinada a lo largo
de 30 días, está quedará integrada
en nuestra vida. No conozco si hay
base científica en ello, pero es un plazo mínimo que siempre podemos probar de mantener
para empezar a ver algún cambio, la fuerza de voluntad y la motivación se
encargarán de hacer el resto. También podemos marcarnos un plazo tres o seis
meses, o más, para conseguirlo y en caso de recaídas, siempre podemos volver a
empezar.
Algo que resulta muy útil es
llevar un registro con lo que se va consiguiendo día a día o por semanas de las veces que hemos logrado
realizar el ejercicio orientado al
cambio, ya sea dejar de fumar, perder peso, hacer ejercicio, etc... A algunos
les gusta compartir sus progresos en las redes sociales, con el aliciente de un
compromiso público.
Es evidente que los cambios, las
decisiones importantes para que sean efectivos, tienen que ser de dentro hacia
fuera, tienen que nacer de una necesidad personal. Tenemos que elegirlo libremente, a conciencia y convencidos de que es
para mejorar nuestra calidad de vida, ya que cualquier cosa que nos venga
impuesta desde fuera, creará frustración
o aburrimiento y tarde o temprano terminará fracasando.
Otro aspecto a tener en cuenta es
la necesidad de ir paso a paso, no pretender resolverlo todo de golpe. Ya sé
que algunos prefieren los cambios radicales y les funcionan, pero en general es
mejor dividir las metas en varios pasos para ir adaptándose.
En cualquier caso tener claro que
no hay varita mágica que nos cambie de la noche a la mañana, se consigue con
paciencia, voluntad y perseverancia.
Sólo se consiguen los objetivos que uno se marca, cuando aparece el Maestro. Con persistencia y trabajo el Maestro siempre aparece.
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