En nuestro lado del mundo, el
verano es equivalente a tiempo de ocio, vacaciones, buena temperatura, días más
largos, etc… y todo ello nos lleva a pasar más tiempo fuera, disfrutar de la
naturaleza, del campo o de la playa y compartir con los demás las últimas horas
de la tarde tomando algo fresco.
El que puede, se permite
desplazarse unos días o unas semanas, viajar hacia otro lugar, reencontrarse
con familiares o amigos, o también descubrir nuevos horizontes y cambiar
totalmente de ambientes. Sin embargo, con los tiempos que corren son muchos los
que no pueden permitirse esos lujos y tienen que quedarse en su entorno
habitual, o sea, en su casa, en ese caso también el verano puede ser un tiempo
de esparcimiento, hay muchas cosas que podemos hacer desde casa.
Desde plantearnos descansar dando
un giro a los horarios habituales, dar un repaso a la casa y cambiar la
disposición de los muebles, hacer algo de limpieza, deshacernos de cosas que
nos sobran o que no nos gustan y que tenemos amontonadas en un armario o un
trastero, dar una mano de pintura a aquellas zonas que lo necesiten. Ponernos
al día con todo aquello que hemos ido posponiendo, desde lecturas, músicas,
películas, correspondencia, organización de cualquier cosa, dedicar un poco más
de tiempo a nuestros pasatiempos habituales o iniciar alguno nuevo, programar
salidas al campo con familiares o amigos, etc…
También podemos explorar rincones
de la ciudad o el pueblo donde vivimos, visitar algún edificio, museo, etc.. visitar otros lugares cercanos a
donde vivimos, repasar los álbumes de fotografías y escribir un relato sobre algunas situaciones que nos recuerden y en cualquier caso, mantener
una mentalidad positiva y disfrutar de cualquier actividad que surja o nos planteemos realizar. En una
palabra disfrutar de aquello que tenemos a nuestra disposición, viviendo el
momento presente.
La vida es el sueño de una noche de verano.
ResponderEliminarParafraseando a Shakespeare... Muy bonito.
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