Se habla mucho en estos días en
la red de nuevos sistemas de monitorización (entiéndase vigilancia) que se está
implantando o envías de
instalación en varias ciudades importantes, como por ejemplo Nueva York , donde
Microsoft ha desarrollado para la policía de dicha ciudad, un sistema de
vigilancia mediante cámaras para localizar entre otros y verificar alertas
terroristas, hacer seguimiento del
automóvil de un sospechoso, comprobar sus recorridos en los últimos días,
semanas y meses… acceder a sus antecedentes, etc… También me acabo de enterar
de que para mediados del 2014, en Brasil, de cara a los próximos juegos
olímpicos del 2016, todos los vehículos
del país llevarán instalado un sistema de localización para evitar
robos, controlar el tráfico, las frontera, manteniendo el vehículo permanentemente
vigilado … vamos que todo esto que parece inspirado de las películas de ciencia
ficción como Minority Report, Gattaca, 1984, Un mundo feliz, está ocurriendo ya en nuestro mundo real.
Es evidente que si bien todo ello
en un primer momento va enfocado a la seguridad de los ciudadanos, nos suele
dar que pensar sobre todo a los aficionados al género de la ciencia ficción,
donde al final de la película la delgada línea que separa el deber de la
protección por parte del estado y el derecho a la libertad e intimidad de los
ciudadanos, resulta siempre aniquilada en beneficio del control de unos cuantos
poderosos que convierten al resto
en una masa esclavizada y manipulada.
Releyendo la novela “Un mundo
Feliz” que escribió Aldous Huxley en 1932, en la cual describe una dictadura
perfecta, con apariencia de democracia, con una sociedad formada por individuos
manipulados genéticamente con distintos niveles de capacidades mentales antes
de nacer y se encuentran bajo el control de una élite, los Alfas que me recuerdan mucho a un grupo de grandes familias que
detienen los poderes fácticos, por encima de los propios gobiernos y que
manejan como marionetas a todas las demás categorías de seres, como los Betas, que son los que ejecutan las
órdenes de los anteriores, y se parecen a nuestros políticos y directivos de
grandes empresas, luego vienen los Gamas
o subalternos muy parecidos a los funcionarios y profesionales y finalmente están
los Deltas y los Epsilones que me recuerdan a todo el resto de los trabajadores,
moldeados por herencia genética ó social a ser manipulados, utilizados como
carne de cañón en beneficio de los primeros. Imagínense todo este mundo en una
cárcel sin muros donde los prisioneros ni siquiera tengan el deseo de evadirse…
un sistema basado en el consumo, donde el arte, la cultura y la ciencia están censurados
y se fomenta un entretenimiento controlado y adaptado a cada categoría, que les
inhibe de aprender, pensar, darse cuenta, avanzar…, cambiar. ¿no sería una
premonición de lo que está ocurriendo actualmente?
Les sugiero que aprovechen el
verano para ver o volver a ver estas películas o leer las novelas que las
inspiraron.
Si nos cierran la puerta de la cultura entraremos por la ventana.
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