Acabo de ver HER, la película dirigida
por Spike Jonze y magníficamente protagonizada por Joaquín Phoenix, una
película original que podríamos catalogar de ciencia ficción-romántica, aunque
tiene visos de muy cercana realidad teniendo en cuenta la velocidad a la que
nos tienen acostumbrados las novedades tecnológicas. La película me ha parecido
realmente apasionante ya que ofrece un tema de reflexión muy interesante en el punto
en el que nos encontramos en cuanto a humanidad más o menos evolucionada.
Describe la vida de un hombre
solitario que es escritor de cartas de tipo sentimental para un servicio de
correo electrónico y que se encuentra inmerso en una situación de reciente
ruptura de pareja, en pleno proceso de divorcio que no logra asimilar y que
dedica la mayor parte de su tiempo libre a jugar con video juegos. Un Buen día
adquiere un nuevo sistema operativo para su ordenador cuya inteligencia
artificial es capaz de desarrollar un nivel extraordinario de empatía con su
dueño, acompañándolo en todo momento y adelantándose a sus necesidades y deseos
tanto mundanos como íntimos, hasta llegar a establecerse entre ambos una
relación amorosa.
Sin embargo, esto no queda ahí
ese sistema operativo se alimenta y evoluciona constantemente nutriéndose de
las emociones, sentimientos y sensaciones de los humanos e interactuando con
otros sistemas operativos similares, que se realimentan e investigan juntos, llegando
a explorar la naturaleza profunda y el amplio abanico de las diversas formas del amor, con alusiones a la obra del
gran Allan Watts y logrando que esa tecnología a la que actualmente algunos
tanto temen insistiendo en que nos aísla de los demás, en este caso consigue
conectar a todos devolviéndoles su humanidad, con lo cual lo virtual se
convierte en metafísica y permite a los humanos seguir su camino evolutivo para
encontrar la verdadera naturaleza de la realidad, el crecimiento de la
consciencia, la búsqueda de la felicidad, las cuales no tienen porque estar reñidas
con el conocimiento científico.
Les recomiendo la película y ¡Ojalà!
que este planteamiento de ficción funcione como una profecía autocumplida!
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