Internet puede llegar a ser muy
adictivo. ¿Pero cómo dejar de
estar mirando por esa ventana que desde la comodidad de nuestra casa,
o donde quiera que estemos mediante el móvil, nos permite de estar
cotilleando en todo momento, a través de las redes sociales, lo que hacen los
demás, nuestros amigos, conocidos
o completos desconocidos? Internet es para muchos un enorme coladero que igual
que un pozo sin fondo absorbe todo su tiempo impidiéndoles ser poco productivos
y dejándoles a menudo con una
intensa sensación de vacío y pérdida de tiempo.
¡Ojo! que con esto no pretendo
hacer un panfleto contra Internet, ni demonizar las redes sociales y que conste
que tengo muy claro que es una herramienta tremendamente útil, que uso con frecuencia para comunicarme,
informarme y aprender, pero el problema no está en Internet sino en las
personas que hacen más uso de la red o de sus dispositivos.
Me encuentro con frecuencia en mi trabajo con
personas que no saben usar sus teléfonos, están constantemente recibiendo
alertas sonoras de todas sus redes sociales ( what’sapp, Facebook, Twitter,
correo, etc..) con la consiguiente molestia del pitido o musiquilla que les
pone en tensión y les incita a la necesidad de saber quien ha hecho o dicho
qué… Hay que aprender a usar los dispositivos, dejar de ser sus esclavos, todas
las redes sociales tienen la posibilidad de silenciarse y no es necesario estar
siempre en estado de alerta y acabar con
problemas de ansiedad.
Podemos preguntarnos porqué uno
se vuelve adicto a Internet, pues como toda adicción es una forma de huida, de
modo que el que siente que es adicto a Internet debe preguntarse ¿de que tiene
miedo? ¿de qué está huyendo? Y afrontar la situación o pedir ayuda.
Una de las estrategias que pueden
emplearse consiste en intentar desconectarse durante una hora o un día entero
para empezar y dedicarse a otra actividad y ver qué pasa. O también ir poco a
poco incrementando el tiempo de desconexión.
Tenemos que tomar consciencia de
lo corta que es la vida humana y de que no conviene desperdiciarla, estamos
aquí para aprender, relacionarnos, disfrutar de las cosas sencillas y de las
demás también, de modo que lo mejor es dejar de enredarnos tanto.
También podemos programar de alguna manera el tiempo en Internet,
al encender el ordenador, tomar consciencia de las necesidades en ese momento y
plantearse un plazo concreto de tiempo para ver el correo, otro para noticias,
otro para echar un vistazo a las redes sociales -sin necesidad de ver todos los videos de niños o gato-,
o para investigar sobre un tema
concreto y cuando termines despegarse de la pantalla, darse una vuelta por la
sala o la casa o el despacho, tomarse una taza de te, de café o un vaso de agua
y al cabo de un rato volver a programar otra tanda de actividades en la red.
Así, poco a poco seremos conscientes de lo que hacemos y del tiempo que empleamos
en ello.
En casos extremos puedes usar
unas aplicaciones que bloquean el ordenador para que no se pueda acceder a Internet,
o sencillamente desconectar el
cable de la red o el wifi durante
un tiempo.
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