“La felicidad no es algo que se
pueda adquirir ya hecho, procede de nuestras propias acciones.” Dalaï Lama
No se puede ser feliz todo el
tiempo, pero sí se puede ser feliz una gran parte del tiempo, porque la
felicidad depende de aquello que acostumbramos a hacer.
Empiece por hacer una lista de
todo aquello que le gusta, de aquello que le hace sentirse bien, abarcando
todos los ámbitos de su vida, relacionado con su familia, sus amigos, su
trabajo, sobre la naturaleza, sobre lo que le rodea, sobre su vida.
Así se irá dando cuenta de que hay
un montón de actividades que le hacen sentirse feliz y que si incorpora esas actividades de forma habitual
a su vida, a modo de costumbres se sentirá cada vez mejor, más feliz.
Veamos algunas actividades básicas que pueden hacer que uno se
sienta feliz :
Enumere al final de cada día, a modo de ritual,
tres cosas que le han hecho feliz ese día y por las cuales se
siente agradecido. De esta forma irá creando el hábito de ser agradecido y al
pensar en ello podrá ir relativizando aquellas frustraciones que puede sentir
por las cosas que le molestan o que no tiene y le gustaría tener.
Ayude
a alguien. Si estamos excesivamente centrados en nosotros mismos,
estamos reduciendo nuestro mundo a un espacio limitado ocupado por un pequeño ser infeliz, sin embargo,
cuando nos abrimos a los demás, nos damos cuenta de que ellos también sufren y
tal vez podemos hacer algo para ayudarles a sentirse mejor a que su vida
resulte más agradable. Tomemos cada día la costumbre de echar una mano a
alguien, aunque sea a una sola persona.
Practique
la meditación. Si nos acostumbramos a meditar aún por solo unos minutos al
día, podremos centrarnos más en el presente, seremos más conscientes de la
fuente de nuestro malestar de lo que nos distrae de nuestras metas.
Acostúmbrese cada mañana a sentarse unos minutos y ser consciente de todo su
cuerpo, de su respiración, observe su mente vagar y vuelva a la respiración.
Sea el observador de su mente y podrá aprender, sin lugar a dudas, muchas cosas
interesantes y útiles.
Haga
ejercicio. Todos sabemos que es algo imprescindible para nuestra salud.
Busque algún tipo de ejercicio que le guste realmente, caminar, nadar, montar
en bici, ir al gimnasio, bailar, etc… empiece por practicar unos minutos y poco
a poco vaya incrementando el tiempo y practique cada día.
Por supuesto que hay muchas más
actividades que nos pueden hacer feliz, como el yoga, et tai chi, tomarse una taza de te, escribir,
cuidar del jardín, tocar algún instrumento, reunirse con amigos… Le corresponde
a cada uno encontrar y crear los hábitos que pueden hacer que se sienta más
feliz. Empiece poco a poco y vaya incrementado nuevos hábitos. La meta es su propia felicidad.
(Inspirado por Leo Babauta, periodista
y bloguero minimalista.)
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