Hoy voy a sugeriros centrarnos en el presente practicando
la atención plena, el mindfullness, lo cual hará que nos sintamos más concientes,
más relajados y más abiertos a lo que ocurre a nuestro alrededor también
estaremos más conectados con nosotros mismos, con nuestros pensamientos,
emociones e impulsos y podremos resolver con más lucidez la mayor parte de
nuestros problemas diarios. Con ello dejaremos sobretodo de pre-ocuparnos por
el futuro o de lamentar hechos o acciones del pasado y podremos también
relacionarnos mejor con los demás.
La herramienta fundamente que
deberemos utilizar para ello es la meditación, podemos recurrir a la meditación
tradicional, con su estructura formal y un ritual lo cual no siempre es fácil
aplicar o seguir por todos, por ello les sugiero que practiquen con unas mini
meditaciones algunas de las cuales les voy a sugerir.
Estas prácticas nos van a
permitir mejorar tanto la memoria, como el estado de ánimo, el bienestar, el
rendimiento intelectual, la empatía, la autoconciencia y hasta la capacidad de
autorregulación. Podremos centrarnos en el presente, haciendo breves repasos
del pasado para revisarlo, reflexionar y aprender de él, en cuanto al futuro
nos proyectaremos en él puntualmente para planificar, anticipar y organizar
nuestra vida.
Para empezar, vayamos a lo más
simple, de momento olvidémonos de las técnicas esotéricas, no se trata de
despreciarlas naturalmente, pero a veces resultan contraproducentes por algunas
de sus teorías y pueden crear confusión y estancamiento. Además cuando ya
tengamos algo de práctica si nos apetece siempre podemos volver a ellas.
Lo que les sugiero es empezar con
pequeños pasos. Estas mini meditaciones podemos practicarlas a lo largo del
día, varias veces mientras realizamos nuestras actividades habituales. Bastan
unas pocas respiraciones profundas entre dos tareas; mirar a nuestro alrededor
siendo plenamente conscientes de lo que vemos, oímos, olemos, etc..; cuando
comemos saborear los primeros bocados; cuando vamos caminando por la calle nos
fijamos en el movimiento pendular de los brazos; cuando vamos a abrir una
puerta, observamos detenidamente el giro de la llave en la cerradura; en
cualquier momento prestar atención a los sonidos lejanos; al entrar en el coche antes de arrancar
realizar un par de respiraciones
profundas; en la cola del supermercado, mientras esperamos, prestar atención a
nuestros pensamientos y emociones y así un sinfín de pequeñas acciones a las
que podemos prestar más atención a lo largo del día.
Algunas personas suelen usar una
alarma en su teléfono que periódicamente les anima a tomarse ese breve momento
de meditación a lo largo del día. Poco a poco siguiendo esta práctica nos
iremos acostumbrando a mantener la atención plena en casi todas nuestras
actividades y lograremos ser conscientes al máximo de una conversación con otra
persona, más pendiente de sus palabras y emociones que de nuestro móvil o de
nuestros pensamientos sobre cualquier acción futura y podremos estar
concentrados en cada momento.
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