Estamos en fechas de San
Valentín, ya saben ese día en el que nuestra sociedad consumista nos trata a
todos como si padeciéramos alzheimer
y nos empuja de forma empalagosa a consumir más de la cuenta con el
pretexto del día de los enamorados. Cuando el mayor de los regalos que pueda
recibir un ser humano es el amor compartido.
Es gracioso ver como, cuando
aparece la palabra amor a todo el mundo le da por poner una mirada colgada y
sonrisa bobalicona, como si algo empezara a derretírsele por dentro. En lo
único que piensan es en el “enamoramiento” ese que aprendieron de los cuentos
de hadas y no realmente en el Amor.
Y hay tantas formas de amor,
algunas efímeras como el enamoramiento, dolorosas como la pasión, incondicionales
como el amor a los hijos, a los padres, a la familia en general, a la amistad,
y también al género humano, el afecto que se tiene por los animales, por la
naturaleza, el amor por el trabajo propio, por una afición, por el
conocimiento, el arte, etc, seguro que sabrán Vds. añadir muchos más.
El que ama de verdad no necesita
de ninguna fecha en el calendario que se lo recuerde. Lo vive, lo tiene siempre
en mente y lo honra dedicándole un tiempo necesario cada día, sí ese tiempo
limitado que tenemos todos, ese que nos dicen que es oro.
Que conste que por supuesto, no
me parece mal el regalar por esta fecha algo personal, acorde a sus gustos a
nuestra pareja y también entiendo que en períodos de crisis no está de mas
fomentar un poco el consumo para activar la economía, pero no olvidemos que ese
detalle podemos tenerlo también cualquier día del año, no sólo por compromiso en
San Valentín, porque nos lo recuerdan los anuncios, sino porque lo sentimos de
verdad.
Así que a poner en práctica el
Amor en cualquiera de sus formas, porque es lo que nos hace sentirnos bien,
sentirnos vivos y conectarnos con nuestro propósito en la vida.
Que razón tienes!. Gracias y felicidades.
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