Cuatro viajeros provenientes de distintos países
que seguían la
misma ruta juntaron el poco dinero que tenían para comprar comida.
-El persa dijo:
comparemos angur.
-El árabe
contestó: no, yo quiero inab.
-El turco no
estuvo de acuerdo y exclamó: de eso nada, yo comeré uzum.
-El griego
protestó diciendo: lo que compraremos será stafil.
Como ninguno sabía
lo que significaban las palabras de los demás, comenzaron a pelear entre sí.
Tenían información, pero carecían de conocimiento.
Pasó por allí un
hombre que dijo:
-Yo puedo
satisfacer el deseo de todos ustedes, denme su dinero.
Los viajeros
accedieron a la solicitud del recién llegado. Al cabo de un rato, el hombre
regresó con aquello que todos habían mencionado sin saber que se referían a lo
mismo: uvas.
Hay que
saber escuchar y dar tiempo al espíritu para intentar entender lo que el otro
nos está diciendo.
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