¡Que importante es la creatividad! Es sobre todo una forma de salir de antiguas pautas, costumbres y formas obsoletas de percibirnos y de percibir al mundo. La creatividad también nos permite resolver problemas y establecer relaciones más sanas y satisfactorias que nos harán sentir más felices.
La creatividad no es un don, es
una capacidad que podemos alimentar y desarrollar, la creatividad debe ser una
disciplina, un habito que podemos poner en práctica a diario en todas nuestra
actividades.
Veamos seis pautas que se pueden
utilizar para adquirir y mantener el hábito de la creatividad:
1.- Confíe en su creatividad. Este es el primer paso, el más
importante. Descubra en que área se siente más creativo (escribir, pintar,
cocinar, contar cuentos, arreglar cosas, etc…) la creatividad se puede
manifestar de mil maneras en lo que regalamos, la ropa que llevamos, la forma
de decorar la casa… ¿Cuál es su forma de ser creativo?
2.- Reconozca la voz de su autocrítica. Todos conocemos esa voz
interior que quiere protegernos, esgrimiendo críticas a menudo muy negativas y
al hacerlo nos inhibe de atrevernos. De modo que vamos a acallarla y para
empezar le vamos a dar un nombre a ser posible simpático, así será más fácil
pactar con ella para que nos deje ser
más creativos.
3.- Preste atención a los detalles. Al empezar a practicar con la
creatividad nos daremos
cuenta de que le prestamos más
cuidado a los detalles de todo lo que nos rodea o sucede, señal de que nos vamos
sintiendo más vivos, más en el presente. ¿De que color es el coche del vecino?
¿Al calzarnos qué zapato ponemos primero? ¿Cuántos correos recibimos cada día?
Cambiemos el nombre de las cosas, de esta forma empezaremos a ver el mundo de
forma distinta.
4.- Haga preguntas tontas. El hecho de querer quedar bien y estar a
tono, interrumpe el flujo de la creatividad. No temamos hacer preguntas obvias
o incluso tontas (no hay preguntas tontas realmente). ¿Nos atrevemos a que nos
miren como un bicho raro? Fomentemos nuestra curiosidad sobre sentimientos,
motivaciones, etc. Podemos pensar y replantearnos como funcionan las cosas, el
mundo, etc.
5.- Practique la atención plena*. Procure centrarse en el presente,
deje de rumiar sobre el pasado -basta con tomar nota de lo ocurrido para no
repetir un error- o preocuparse u obsesionarse por el futuro -basta con
planificar las metas-. Cuando nos centramos en el presente, estamos atentos y
abiertos a lo que ocurre aquí y ahora, entramos de lleno en el proceso
creativo.
6.- Acepte la paradoja. Es curioso pero parece que todo lo que
atañe al ser humano resulta paradójico. Puede que por momentos nos encante la
soledad y sin embargo, en otros disfrutemos de la compañía de los demás, A
veces nos cuesta decidirnos y
otras veces tomamos decisiones
impulsivas, puede que a veces nos sintamos muy seguros de nosotros mismos y
otras nos sentimos muy vulnerables. Conozcamos nuestros puntos paradójicos,
aceptemos nuestros opuestos, esto resulta muy útil cuando queremos cambiar de
hábitos.
Como vemos la creatividad es un hábito, un proceso. Podemos aprender de los niños, observándoles como caminan, aprenden, descubren, exploran, seamos como ellos curiosos y abiertos a lo que surge.
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