Aparecen entre las sombras de la
noche que agoniza, el hálito y el ulular del viento les da vida, como fantasmas
que se mueven temblorosos agitando sus ropajes blancos sobre el trasfondo de
unos montes de siluetas desgarradas y sombrías, envueltas en la niebla del
amanecer.
Lentamente la luz va descubriendo el paisaje, pintando las nubes de
tonos rosados y mostrando los jirones agitados por el viento. Desaparecen las
sombras, las olas susurrantes acarician la orilla… Inspirando la brisa marina,
celebro el nuevo día.
(de mi colección de inspiraciones matutinas.)
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