Como un manto espeso y levemente translucido, hoy la niebla lo cubre todo. El paisaje habitual adquiere un toque mágico y misterioso. Verdaderamente siento su encanto al pasear por este lugar conocido.
El mar, las rocas, los árboles,
las casas aparecen desdibujados, incluso aquellas construcciones que hieren y
afean el paisaje desaparecen o las percibo con el atractivo del desenfoque de
la profundidad de campo de una fotografía. Ya sea tan grande, como el mar o tan
pequeño como un arbusto todo cobra una nueva dimensión, es como caminar por un
nuevo mundo y descubrir paso a paso nuevas formas que aparecen y otras que desaparecen, se me antoja como esa nada que describen los libros de
literatura fantástica, siento el deseo de entrar en ella, de que me envuelva,
de perderme en ese nuevo mundo, que me
atrae y me fascina alentando mi curiosidad y mi espíritu aventurero.
Luego aparece el sol que poco a
poco la va diluyendo, deshaciendo como un velo que se evapora, destruyendo la
magia y devolviendo los colores al paisaje. Regreso a mi realidad…
(de mi colección de inspiraciones matutinas)
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