En una ciudad a la que se
llamaba, precisamente, la ciudad de los locos, había ido a parar un derviche,
que solía salir a caminar por las mañanas. Un día de esos vió a una mujer que
llevaba a la espalda una pesada puerta.
- ¿Por qué vas tan cargada? –
preguntó
- Porque esta mañana, al salir
a trabajar, mi marido me ha dicho: “Hay objetos de valor en casa. Que nadie
pase por esa puerta”. Y por eso, al salir, me he llevado la puerta conmigo.
Para que nadie pueda pasar por ella.
- ¿Quieres – le propuso el
derviche – que te diga una cosa para que no tengas que cargar con esa puerta?
- No – contestó ella – Lo
único que podría ayudarme es saber cómo hacer esta puerta menos pesada.
-Eso no puedo decírtelo –
contestó el derviche.
Y se separaron.
El maestro dice que a veces,
la solución a nuestros problemas, está en saber escuchar a otros y mirar las
cosas desde otra perspectiva.
Cuento Sufi.
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