Hoy os dejo este cuento que me parece oportuno tener a mano para no olvidarlo en muchas situaciones de nuestras vidas.
Que tengáis un buen fin de semana
Siempre se ha hecho así.
“Cierto día, un becerro tuvo que atravesar un bosque
virgen para volver a su pradera. El animal abrió un sendero tortuoso, lleno de
curvas, subiendo y bajando colinas.
Al día siguiente, un perro que pasaba por allí usó ese
mismo sendero para atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero,
jefe de un rebaño, que viendo el espacio ya abierto hizo a su rebaño seguir por
allí.
Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese mismo
sendero: entraban y salían, giraban a la derecha y a la izquierda, descendían,
se desviaban de los obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero
no hacían nada para crear una nueva vía.
Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en una
amplia carretera donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas,
obligados a recorrer en tres horas una distancia que podría realizarse en
treinta minutos, si no hubieran seguido la vía abierta por el becerro.
Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle
principal de un poblado y, finalmente, en la avenida principal de una ciudad.
Todos se quejaban del tránsito, porque el trayecto intrincado era el peor de
todos.
Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se reía al ver
que los hombres tienen esa ciega tendencia rutinaria a seguir la vía que ya
está abierta, sin preguntarse si habría acaso una mejor opción o camino. Tal
vez hubiesen descubierto otros paisajes más bellos.”
Qué título más acertado!
ResponderEliminarSí que nos cuesta, pero si lo intentamos veremos que existen muchos caminos y posibilidades.
¡Gracias por el precioso cuento!
¡Besos y feliz fin de semana!
Así es. Somos animales de costumbres y hábitos preconcebidos. Eso de buscar alternativas esta reservado solo a unos pocos y desgraciadamente se les suele tachar de locos e inconsistentes. La natural no esta demasiado bien visto.
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