Por muchas vueltas que le demos,
hay veces que no logramos poner orden
en nuestros asuntos, seguimos tensos, agotados y nuestra creatividad parece estancarse, tal vez el problema está en que solo hemos hecho más de lo mismo. Todos sabemos que para
obtener un resultado diferente debemos hacer algo distinto, algo que rompa con
la inercia de nuestra forma de actuar en nuestras actividades diarias, si no estamos satisfechos con el
resultado que estamos obteniendo.
El confiar en el ingenio espontáneo agudizado por
la necesidad, no está mal, pero
suele ser una solución a corto plazo, la mayor parte de las veces no nos queda más remedio que plantear
decisiones algo más drásticas y comprobar su eficacia.
Para establecer una línea de acción
debemos reconocer nuestra necesidad de ser organizados, tanto en nuestra vida como en nuestro trabajo,
por supuesto que hay muchas cosas y
situaciones que se surgen que debemos atender sobre la marcha, por ello,
si logramos organizar aunque sea
mínimamente lo habitual o
llamémoslo “lo esperado”, mejor podremos atender lo inesperado.
Veamos algunos puntos importantes:
Para todos el tiempo es limitado,
cada día disponemos sólo de 24 y las tenemos que repartir entre el trabajo, el
ocio, el compartir con los demás y el descanso. Podemos pensar en la forma de
ganar algo de tiempo, ¿Cómo? Reduciendo nuestros compromisos, sobretodo
aquellos que aceptamos por el qué dirán… y aceptar aquellos que son realmente necesarios;
reducir las actividades poco útiles como ver algunos programas en la tele que nada
nos enseñan o aportan, ser conscientes y coherentes con lo que hacemos en todo
momento, dar prioridad a las actividades que nos llenan, que refuerzan nuestro bienestar
mental y físico.
También el dinero es limitado
para los que trabajamos para vivir. No me gusta mucho la expresión “ganarse la vida”, la vida nos fue dada
por nuestros padres y nosotros tenemos que mantenerla de la mejor forma posible
entre otros con el dinero que es el resultado de nuestro trabajo, pero ¿somos
siempre conscientes de en qué gastamos nuestro dinero? No estaría de más
acostumbrarse a tener a mano un
presupuesto mensual para controlar el gasto y así no endeudarnos, ni pasar
penurias, sobretodo en tiempos de crisis.
Finalmente, ¿cual es el
propósito, la finalidad de nuestra vida, lo que queremos y lo que no queremos
hacer con ella, hacia donde queremos ir ?. ¿Nos preguntamos el porqué de todas
nuestras actividades de la mañana a la noche?. En esta segunda década del siglo
XXI, para muchos vivir no resulta nada fácil, la calidad de vida se ha
empobrecido, sin embargo, ahora más que nunca debemos hacer el esfuerzo de
motivarnos de dar un sentido a esa
vida, por y para nosotros mismos que estamos envejeciendo y por las generaciones
que nos siguen. Ahora más que nunca es necesario indagar en los más profundo y
sagrado de nosotros mismo para encontrar qué es lo que nos mueve y procurar
vivir, mas sencillamente tal vez, pero mejor.
Para ello deberemos recurrir
sobretodo al sentido común -lo cual no abunda- modificar algunos pensamientos y
costumbres y actuar con resolución y perseverancia en la dirección que cada un@
considere más oportuna para sí mism@ buscando y encontrando ventajas entre las
dificultades.
Pues si con todos los cambios que tengo hechos las cosas me precen mas facil a ralizar.El tiempo es oro cuando esta bien aprobechado.Une grosse bise.
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